Misiones
Las prácticas tienen un impacto comunitario en niños con bajos recursos
Futuros docentes brindan apoyo en San Pedro y fortalecen alfabetización
Un grupo de estudiantes del Instituto Superior de Formación Docente (ISFD) de la Escuela Normal Nº 14 en San Pedro impulsa un valioso proyecto de alfabetización comunitaria. Tres veces por semana, llegan al SOS del barrio Santa Rosa para brindar clases de apoyo escolar a niños y niñas de nivel inicial y primario que enfrentan dificultades en su trayecto educativo.
Desde abril de este año, el Proyecto de Mejora Institucional (PMI) transforma el salón del SOS en un espacio educativo informal donde se acompaña a los estudiantes en la realización de tareas y el refuerzo de contenidos, especialmente en lengua y matemática. Esta experiencia representa una oportunidad formativa significativa para quienes se preparan como docentes, al tiempo que responde a una necesidad concreta del territorio.
Desde 2021, el ISFD de la Normal 14 desarrolla diversas acciones frente a las dificultades en lectoescritura y cálculo que se observan en las escuelas primarias. Este año, dichas acciones se materializan en clases de apoyo sistemáticos, con un enfoque centrado en la alfabetización.
Los docentes
El PMI se originó en mesas de trabajo que reunieron a docentes, estudiantes y referentes de organizaciones sociocomunitarias. Participan alumnos de 1°, 2º y 3º año de los profesorados de Educación Inicial y Primaria, quienes cursan materias del Campo de la Práctica Profesional.
Durante las jornadas institucionales se diseñan propuestas pedagógicas que combinan alfabetización con actividades lúdicas, artísticas y musicales. “Actualmente se realizan intervenciones semanales los miércoles, jueves y viernes. Los alumnos brindan acompañamiento a niños que enfrentan desafíos en lectura, escritura e interpretación de textos”, indicó la vicedirectora María Esther Medina.
«La prioridad es la alfabetización inicial, especialmente para alumnos de 3º, 4º y 5º grado. Se busca profundizar el acompañamiento a las trayectorias educativas y promover una intervención pedagógica situada y comprometida con el derecho a aprender», agregó.
El trabajo se articula con los docentes del Departamento de Aplicación de nivel primario de la Escuela Normal. Esta articulación permite diseñar actividades pertinentes y contextualizadas, ya que el equipo directivo y docente aporta información clave sobre las necesidades observadas en las aulas.
Más allá del esfuerzo institucional, cada encuentro con los niños y niñas del barrio resulta una experiencia enriquecedora. Los estudiantes en formación toman contacto directo con realidades diversas y complejas, lo cual fortalece su perspectiva pedagógica y su compromiso social.
Además, cada intervención se integra al proceso académico mediante la elaboración de producciones escritas, devoluciones reflexivas y materiales didácticos. Esto no permite solo evaluar la práctica, sino también resignificarla como una instancia de aprendizaje profundo. “Ellos elaboran materiales, acompañan trayectorias escolares, intervienen pedagógicamente y documentan sus experiencias, articulando saberes específicos, pedagógicos y territoriales con diversas unidades curriculares”, destacó Medina.
Transformar el aula
En el SOS, muchos niños llegan con timidez y dificultades para integrarse. Es en ese contexto donde la vocación y la preparación docente logran transformar el retraimiento en confianza, las caras cabizbajas en sonrisas, y despiertan el interés por la lectura y la matemática. Las mejoras se hacen evidentes también en el aula, según se refieren sus docentes.
El PMI también ha permitido revalorizar recursos pedagógicos existentes, como libros de la biblioteca escolar y juegos didácticos, que se resignifican en las nuevas propuestas. “Notamos cómo esto favoreció la producción colectiva de nuevos recursos, como paneles temáticos, cuentos creados por los propios estudiantes y materiales reciclados con finos educativos”, señaló la vicedirectora.
Coordinado por la profesora Ivana Barrios y el profesor Víctor Núñez, el proyecto fortalece el sentido comunitario y pedagógico del ISFD. Su monitoreo constante permite realizar ajustes en función de las demandas reales del contexto, favoreciendo una educación situada y transformadora.
En esta primera etapa de implementación, se destacan logros importantes: consolidación del vínculo entre el barrio y la escuela, recuperación de trayectorias escolares interrumpidas y revalorización del rol docente como agente activo en la construcción de una educación más justa. Además, la intervención pone el foco en el nivel primario, atendiendo las diversas demandas detectadas entre los alumnos que asisten a las clases de apoyo.
La propuesta está acompañada por la directora Olga Pinto y la vicedirectora María Esther Medina, e impulsada por la Dirección de Educación Superior (DES) del Consejo General de Educación, a cargo del magíster Luis Oviedo. El proyecto se enmarca en las políticas del Instituto Nacional de Formación Docente (Infod), promoviendo el vínculo entre las instituciones educativas y las organizaciones comunitarias.
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