Fue la temática que abordaron en el programa Punto de Vista, que conduce Sabrina Spinelli con la colaboración de Martín Souza y Natalia Lucero por la señal C6Digital. Y tuvo como una de sus invitadas a la nutricionista Carina González. La licenciada hizo hincapié especialmente en la alimentación en la etapa de la niñez.

En tal sentido, la profesional sostuvo que el niño tiene esta etapa de elegir solo un alimento «y si bien es algo que es un proceso biológico que le tenemos que dejar fluir a esto más dinámicamente, si vemos que por ahí es muy crónico en el tiempo, es importante consultar con el pediatra para ver si hay alguna deficiencia nutricional».
González observó que como padres, siempre se busca el objetivo de que los hijos ingieran todos los nutrientes, como verduras, frutas, carnes. Y sugirió que ante planteos de rechazo a comer algunos alimentos, lo mejor es hablar con el hijo para ver por qué no le gusta.

Seguidamente la nutricionista dio algunos tips como para detectar algún problema que se pueda presentar al momento de la ingesta. «Además, tenemos que tratar de hacer que esa instancia suceda en un ambiente que no sea estresante ni forzado, ni que sea un momento de pelea sino el momento del estar familiar. La hora de la comida en familia tiene que ser un momento de alegría, de la unión», observó.
Así, la invitada mencionó la importancia de que los padres puedan contar con herramientas como para enmascarar algunos alimentos, procesarlos, mezclar por ejemplo la polenta con el zapallo, «cosa que no se dé cuenta o sea ir enmascarando o bueno y ahí voy llevando».

No obstante, la Licencida en Nutrición remarcó que si los padres ven que es ya algo crónico, lo mejor será consultar con profesionales. «Si vemos que el niño presenta alguna deficiencia a nivel de la piel, ahí sí consultamos y vemos a ver cómo podemos abordar esta selectividad con un equipo porque esto también tenemos que trabajarlo con los psicólogos», aseveró.
Según González, hay algún algún tipo de enfermedad que también da selectividad, como por ejemplo el TEA (Trastorno del Espectro Autista). «Hay niños que por ahí hay texturas, colores, olores que no quieren sentir, entonces eso lo tenemos que trabajar en conjunto», recomendó la profesional.

