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El presidente Luis Inacio Lula da Silva brindó detalles de su conversación telefónica con Cristina Kirchner de la semana pasada y reveló que la ex presidenta lloró cuando hablaron luego de su condena.
Sin embargo, ni Lula ni su gobierno confirmaron aún los dichos del ex ministro y actual diputado por el PT, Paulo Pimenta, que indicó que el jefe de Estado brasileño visitará el 3 de julio a la ex mandataria en su departamento-prisión del barrio de Constitución.
«El otro día llamé a Cristina Kirchner, que estaba condenada. La llamé para expresarle mi solidaridad, e incluso lloró. Le dije: ‘Cristina, te llamo porque quiero que sepas que mi amistad contigo no se debe a que tú y yo fuéramos presidentes. Mi amistad contigo se debe a que yo soy una persona y tú eres una persona'», le dijo Lula al rapero e influencer Mano Brown en su podcast de redes sociales que se llama «Mano a Mano».
Pimenta había dicho en una entrevista con la AM 750 que Lula va a viajar a la Argentina en la primera semana de julio para hacer una visita a su amiga Cristina y “transmitir personalmente a ella su cariño y solidaridad».
Trabajan en esa visita desde el círculo internacional del PJ, entre ellos su titular, Gustavo Menéndez, a figuras argentinas como el ministro de Economía y candidato presidencial Sergio Massa que tejió su propia relación con Lula. En Brasil, los quieren reunir desde un sector del PT al asesor internacional del mandatario, que es Celso Amorim.
Pero en el Gobierno de Brasil, siempre más institucional que los formatos argentinos, advierten que todavía «no hay más que especulaciones».
La expresidenta argentina está «probando» los límites y alcances de su prisión domiciliaria. Lo hace a diario y por X, algo que tiene resonancia por su figura en sí y por sus seguidores.
Este viernes, Cristina reclamó por X que el régimen de visitas que se le impuso para su prisión domiciliaria, no incluya la obligación de tener que pedir autorización judicial para recibir visitas de familiares, abogados y médicos. Consideró la prohibición como un asunto «totalmente arbitrario» y violatorio de sus derechos civiles. La visita de Lula podría caer en este reclamo.
Para Lula no es fácil hacer una visita política para desacreditar una situación judicial. Él mismo estuvo preso en Brasil por hechos de corrupción en un proceso judicial que el Tribunal Supremo de Brasil anuló, lo contrario de lo que sucedió con Cristina. Además, su archienemigo, Jair Bolsonaro, está reclamando que las actuales causas judiciales en su contra -un intento de golpe contra Lula, entre otras- son de origen político. Es decir, lo mismo que dice Cristina.
En enero de 2023, Lula estuvo en Buenos Aires para la cumbre de la CELAC, y no quiso ver a Cristina. Eran tiempos de tensión entre la ex vicepresidenta y el entonces presidente Alberto Fernández, que fue dos veces a ver al presidente de Brasil, cuando estaba preso en Curitiba.
El mandatario también quedó enredado entre Cristina y Milei, porque en la Casa Rosada no están cerrados a una bilateral entre los dos presidentes, luego de años de choques. Lula da Silva y Javier Milei no sólo nunca hablaron entre sí, sino que arrastran una muy mala relación. La misma pasó de ser explosiva y con críticas e insultos a ser nula, como forma de preservar la relación estratégica entre los dos principales socios del Mercosur.
Luis Inacio Lula da Silva vendrá por unas horas a la Argentina el jueves 3 de julio para la cumbre de presidentes del Mercosur, en la que tiene que recibir la presidencia pro témpore del bloque de manos de Javier Milei. Vendrán también los presidentes de Paraguay, Santiago Peña; de Uruguay, Yamandú Orsi; y deberían venir a esta cumbre, Luis Arce, ya que Bolivia pasó a ser miembro pleno. Y se habla de que vendría el chileno Gabriel Boric.
Con el único que se relaciona Milei es con Peña. Con el resto nada. En la cumbre de Uruguay de diciembre, Lula no esperó a que el ex presidente Luis Lacalle Pou le traspasara la presidencia del bloque a Milei. Y ambos se evitaron.
Lula tiene que estar el miércoles 2 de julio en el norte brasileño para la reinauguración de la planta de automóviles Build Your Dreams, BYD, que compró China tras la retirada de Ford. Viajará Camaçari, en el estado de Bahía tiene allí también una fiesta popular. Recién después el 3 vendrá a Buenos Aires.
O sea, estará solo para la reunión de líderes, que trabajan en las negociaciones en danza que el día anterior supervisarán -son muchas y están todas abiertas- sus ministros de Relaciones Exteriores, Economía y presidentes de Bancos Centrales. Es lo que llama la reunión del Grupo del Mercado Común.
En lo que hace a las negociaciones en danza para esta cumbre del Mercosur, lo que podría ocurrir este 2 y 3 de julio se plasmaría por ahora en un acuerdo inicial sobre los criterios que podrán adoptar los países del bloque para bajar los aranceles de 50 posiciones más a las que hay hay y que había pedido el Gobierno de Milei para poder negociar con los Estados Unidos.
Es lo que más le interesa a Milei, aunque en su gabinete y sus negociadores, desde el ministro de Economía Luis Caputo al equipo del embajador Luis María Kreckler, han advertido la imperiosa necesidad que tiene la Argentina de preservar la relación con sus principales socios que están en el Mercosur. El resto serán las conversaciones sobre un crucial cierre del acuerdo de libre comercio del bloque con la Unión Europea, otro con la región del EFTA y otro también algo avanzado con Emiratos Arabes.
