Está Cruzado, no hay con qué darle. Ya sin el Huevo Rondina en el banco de suplentes, Quilmes continúa evidenciando los mismos problemas fecha tras fecha. Y si bien mostró una leve reacción, el equipo pegó caro sus errores no pudo pasar de la igualdad frente a Deportivo Maipú y alcanzó los nueve encuentros sin triunfos en el campeonato, por lo que permanece fuera de los puestos de Reducido de la Zona A.
Con la dupla Frediani-Vendakis como interinos y conAldo Pedro Duscher en uno de los palcos del estadio Centenario, el Cervecero empezó perdiendo, lo logró dar vuelta en un abrir y cerrar de ojos, pero no pudo sostener el resultado a favor y terminó estirando su mal momento, algo que se explica desde lo futbolístico y también desde lo anímico.
El Cruzado, que fue dirigido por último partido por Juan Manuel Sara, tuvo un buen momento, se hizo dueño de la pelota y logró abrir el resultado por medio de un penal ejecutado por Pío Bonacci, luego de una clara mano de Joaquín Postigo. Y hasta contó con oportunidades para estirar la ventaja. ¿Del otro lado? Muchas intenciones y muchos inconvenientes en la generación.
El empuje y también el oportunismo fueron determinantes para que Quilmes se ilusionara con volver a sumar de a tres. Dos jugadas de pelota parada, una serie de rebotes en el área rival y la aparición goleadora de Juan Capano y de Gastón Aranda para revertir el marcador.
Sin embargo, Maipú durmió al Cervecero en un córner y Luciano Paredes saltó más alto que todos para estampar el 2-2 en el Sur y profundizar la crisis ajena.
Y, está Cruzado.
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