Con la llegada del invierno y el descenso de las temperaturas, los hogares misioneros vuelven a encender estufas, salamandras y otros artefactos para calefaccionar los ambientes. Sin embargo, este hábito conlleva riesgos que pueden tener consecuencias graves, como incendios o intoxicaciones con monóxido de carbono. Por ese motivo, desde la División Bomberos de la Policía de Misiones se emitió un llamado a la comunidad para extremar los cuidados durante esta época del año.

El jefe del área en la zona sur de la provincia, Walter Farías, explicó que uno de los principales riesgos proviene del uso de braseros, cocinas a gas y salamandras en ambientes cerrados. Aunque su utilización se volvió frecuente en muchos hogares, advirtió que estos dispositivos no solo generan calor, sino también gases tóxicos que, si no se cuenta con una adecuada ventilación, pueden acumularse y poner en peligro la vida de quienes se encuentran en el lugar. En especial, se refirió al monóxido de carbono, un gas que se produce por la combustión incompleta de productos como gas natural, leña o carbón. Lo peligroso del monóxido de carbono es que no tiene olor, color ni sabor, lo que lo convierte en indetectable para los sentidos humanos. Por eso se lo conoce como el “asesino silencioso”.

Los síntomas de intoxicación pueden comenzar con dolor de cabeza, náuseas, mareos y cansancio, y agravarse rápidamente hasta provocar pérdida de conocimiento, convulsiones e incluso la muerte. Frente a los primeros indicios, se recomienda abrir puertas y ventanas para ventilar el ambiente, salir del lugar contaminado y buscar asistencia médica inmediata. La prevención, remarcan los especialistas, es fundamental.

Entre las recomendaciones básicas para reducir estos riesgos, los Bomberos de la Policía de Misiones aconsejan ventilar todos los ambientes al menos diez minutos al día, incluso en días de frío intenso, y revisar cada temporada el estado de estufas, salamandras y otros aparatos de calefacción. También subrayan la importancia de «no dejar los artefactos encendidos durante la noche ni usarlos para secar ropa, una práctica extendida pero muy peligrosa, ya que cualquier fuente de calor consume oxígeno y, si hay telas cerca, puede provocar un incendio».

El invierno también pone a prueba las instalaciones eléctricas. Farías advirtió sobre la sobrecarga de enchufes, una situación frecuente en esta época, cuando se conectan varios electrodomésticos a un mismo tomacorriente. «Esta práctica puede generar cortocircuitos o incendios, sobre todo en casas de madera, donde el fuego se propaga con rapidez». Por eso, se recomienda verificar las instalaciones al menos una vez al año y no improvisar conexiones.

Otro de los riesgos señalados por los bomberos es la instalación inadecuada de salamandras. Muchas veces, las familias adquieren estos equipos sin contar con el asesoramiento técnico necesario, lo que aumenta considerablemente la posibilidad de accidentes.

Desde la fuerza provincial recuerdan que, ante cualquier emergencia, se debe llamar al 911. Allí se canalizan los pedidos de ayuda y se deriva la asistencia correspondiente. Con medidas sencillas y responsables, señalan, es posible prevenir tragedias y garantizar que el calor del hogar no se convierta en una amenaza durante el invierno.