Hace unas semanas, la red social TikTok recibió presión por parte de la Unión Europea para que bloqueara una tendencia surgida a inicios de este año que fomentaba el culto a la delgadez extrema: #SkinnyTok
El hashtag proviene de la jerga «tiktokera»: las subculturas con más seguimiento son bautizadas con el nombre de su hobby y luego un «Tok», para hacerlas más fácil de reconocer. Por ejemplo, uno de los nichos más populares es BookTok, que reúne a amantes de la literatura, y actualmente alberga casi 58 millones de videos.
Pero el trend que TikTok finalmente debió censurar este 3 de junio iba más allá de un pasatiempo. Según archivos registrados antes de que se diera de baja el hashtag, los videos más virales de #SkinnyTok consistían en chicas jóvenes y flacas mostrando el estilo de vida recomendable para adquirir su figura: rutinas de entrenamiento demandantes, dietas restrictivas y poco balanceadas, y mantras de autoexigencia para cumplir con sus objetivos.
En un sitio donde, según un estudio de fines de 2024 de la plataforma extractora de datos Soax, un tercio de los usuarios no superaban los 24 años, este contenido sonó las alarmas de los principales reguladores de medios virtuales en Europa.
Clara Chapaz, Ministra Delegada de Inteligencia Artificial y Tecnologías Digitales en Francia, fue una de las principales voces en contra de esta tendencia.
Clara Chappaz, Ministra Delegada de Inteligencia Artificial en Francia. Foto: AFP
«Las herramientas digitales son maravillosas para el progreso, pero si se utilizan incorrectamente, pueden arruinar vidas«, advirtió la funcionaria en video de TikTok en abril, donde anunció que elevó el caso a la Comisión Europea. Dos meses más tarde, el órgano gubernamental logró que CEO de la compañía, Shou Chew para que bloqueara la palabra.
¿Qué era SkinnyTok, el hashtag censurado por TikTok?
Hoy en día, las redes sociales juegan un rol importante como impulsoras de tendencias de moda y maquillaje, pero también de estilos de vida.
En los últimos años, no solo se volvieron populares los influencers que recomiendan looks o realizan «hauls» de sus guardarropas, sino también aquellos que promueven trucos fáciles para una vida más sana, desde recetas de batidos «detox» para la digestión hasta rutinas de pilates para seguir en casa .
Bella Hadid, una de las modelos más influyentes del momento, es citada por muchas jóvenes en las redes por tener «el cuerpo ideal». Foto: Vianney Le Caer/Invision/AP.
La combinación de estos nichos en plataformas como Instagram y TikTok fue la tormenta perfecta para la vuelta de la delgadez como ideal máximo de belleza, algobody positive», que en los últimos años había logrado la inclusión de talles L y XXL tanto en las pasarelas internacionales como en las vidrieras de marcas comunes.
Sin embargo, a inicios de la década de 2020, esta corriente comenzó a revertirse con el retorno de la moda «y2k», en parte gracias a una nostalgia generalizada en la sociedad por los años y la cultura de los 2000.
Paris Hilton (derecha) fue la celebridad de la TV del reality más famosa durante los 2000. Foto: Archivo.
Comenzó a haber una nueva demanda por prendas como las que llevaban Britney Spears o Paris Hilton en el auge de sus carreras: jeans de tiro bajo y tops ajustados. Y con ellas, volvió la aspiración por tener el tipo de cuerpo «ideal» para lucirlas: uno flaco y tonificado, con estomago muy chato.
Como resultado, en los últimos años surgió una enorme cantidad de videos en TikTok obsesionados con la pérdida peso y la dieta. Aparecieron conceptos como #LoQueComoEnElDía y memes como «girl dinner» («cena femenina»), que hacen de un un chiste el olvidarse comer y luego sufrir atracones. Y se popularizó una inyección para diabéticos pero que también quita el hambre: el Ozempic.
A fines de 2024 y en los primeros meses de 2025, el hashtag #SkinnyTok explotó en la red social, desencadenando aún más contenido que romantizaba la delgadez y los sacrificios «necesarios» para alcanzarla.
Liv Schmidt, una creadora de contenido con más de 600 mil seguidores, fue expulsada del sitio en septiembre por postear videos donde recomendaba dietas de menos de 800 calorías diarias (la cantidad recomendada por profesionales es más del doble), y donde intentaba hacer sentir culpable a sus seguidoras para que comieran menos.
La cuenta de TikTok de Liv Schmidt fue dada de baja luego de que el Wall Street Journal le hiciera un perfil y expusiera su contenido a un público más amplio. Foto: Instagram.
Además, promocionaba su sitio SkinniSocieté, una comunidad paga para compartir tips de dieta y ejercicio que rápidamente se convirtió en un antro donde las suscriptoras competían entre ellas para perder más kilos, y alardeaban de sufrir efectos secundarios de anorexia, según una investigación del medio The Cut.
Otra de las referentes del #SkinnyTok es Amanda Dobler, la «coach de mentalidad y de pérdida de grasa» que utiliza frases despectivas para que sus seguidoras mejoren sus hábitos, como: «Si no comenzás a comer mejor, vas a ser feo como la mierd*«.
A pesar de que numerosos usuarios consideran este estilo como ofensivo y dañino para su salud mental, otras personas que buscan bajar de peso manifiestan que esta «disciplina amorosa» es justo lo que necesitan.
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«No me motiva que me digan que que acepte mi cuerpo tal como es; es una receta para la inactividad y la sobrealimentación. ¡Ese amor duro es lo que me impulsa a seguir adelante!«, comentó una cuenta anónima de Youtube bajo un video que criticaba el contenido de Dobler.
La delgadez como arquetipo de belleza: una historia que se repite en los medios
«Nada sabe tan rico como sentirse flaca» fue el polémico dicho de Kate Moss en una entrevista con Women’s Wear Daily en 2009, cuando le preguntaron a la modelo si empleaba algún tipo de mantra o slogan motivacional en su vida cotidiana.
La británica irrumpió en la escena de la moda durante la década de los ’90, y con su silueta esbelta de talla cero, rápidamente se consagró como la máxima representante del look «heroin chic» (chica heroína): una mujer de aspecto casi desnutrido pero a la vez «glamurosa».
Kate Moss posando para una foto, al inicio de la Semana de la Moda de Londres en 1997. Foto: AP/Alistair Grant.
Pero para fines de los años 2000, los estándares de belleza comenzaban a evolucionar, y la entrevista de Moss fue fuertemente repudiada por los medios. La trágica muerte de cuatro supermodelos en 2006 por anorexia había sido un punto de inflexión en la industria global del modelaje.
En 2009, figuras en Europa como Crystal Renn e Inga Eiriksdottir se convirtieron en referentes de un cuerpos más sanos y realistas en las pasarelas.
En los Estados Unidos, en 2012 la marca de moda minorista Lane Bryant lanzó una campaña de ropa con modelos plus-size llamada #I’mNoAngel, en forma de repudio a Victoria’s Secret por no incluir cuerpos más diversos en su famoso catálogo de «ángeles».
Finalmente en 2015, Ashley Graham hizo hsitoria como la primera modelo XXL en la tapa de Vogue en los Estados Unidos. Además, celebridades como las hermanas Kardashian y la cantante Rihanna hicieron de sus curvas atributos de lo cuales estaban orgullosas de deslumbrar en las alfombras rojas.
Ashley Graham en la pasarela de la New York Fashion Week en 2018. Foto: REUTERS/Andrew Kelly
En 2018, Kate Moss se retractó de su testimonio controversial del pasado y opinó: «Ahora hay mucha más diversidad, y creo que eso está bien. ¿Por qué tener una sola talla de modelo que represente a todas estas personas distintas?».
Pero, siete años más tarde, cuando parecía que el mundo había aceptado la convivencia de cuerpos delgados con robustos y una amplia gama de posibilidades estéticas en el medio, #SkinnyTok llegó para recordarle a la sociedad que aún no se libró por completo de su obsesión con la flacura, y que esta siempre puede volver como tendencia.