Después de haber jugado el partido ante Inter con el nivel de tensión -y de foco y de acierto- que ameritaba la instancia decisiva, Marcos Acuña terminó pasado de revoluciones. Tanto es así que no sólo protagonizó un cruce verbal con el deté de Inter, Cristian Chivu, sino que a la vez acabó yendo a buscar a Denzel Dumfries. Figura del cuadro italiano a la que anuló.
El tackle/maul de rugby que Franco Armani, Leandro González Pirez y Nicolo Barrella debieron hacerle a Acuña para evitar que el Huevo alcanzara al neerlandés corporizó el nivel de bronca que el neuquino tenía contenida. Cargado por la adrenalina que le metió a su propio partido (con métricas impecables: gano el 70% de los duelos, no falló un pase largo y tuvo un timing impresionante) y también por las discusiones que se dieron en el fragor del cierre del encuentro.
Acuña va a buscar a Dumfries (Reuters).
Porque cuando el partido ya se extinguía a la par de las chances de River de clasificar, el lateral tuvo un cruce verbal tanto con Dumfries -figura neerlandesa a la que anuló con intensidad para pegársele como sticker- como con Cristian Chivu. Tanto es así que Acuña acabó quedando prácticamente cara a cara con el rumano, al mismo tiempo que desde las gradas bajaba el «olé, olé, olé, Huevo, Huevo».
Esas primeras líneas de fiebre nerviosa fueron síntoma de lo que ocurriría después. Un segundo careo con Dumfries -de quien viene de arrastre una bronca de Qatar 2022: hubo pica en el cruce ante Países Bajos- que acabó en borbollón y roja a Gonzalo Montiel por doble amarilla. Y una erupción casi volcánica luego de que el uzbeko Ilgiz Tantashev marcó el final del partido y de la ilusión millonaria en la Copa del Mundo.
Instantáneamente, Acuña fue directamente a buscar a Dumfries. Lo corrió hasta casi el túnel antes de ser derribado por dos de sus compañeros, un rival y hasta integrantes de la seguridad privada. Todo mientras Armani y Chivu lo intentaban hacer entrar en razón, casi como haciéndole entender que no tenía sentido seguir con esa furia.
Una que el Huevo quería premiar con una victoria, como todo River, en un encuentro que jugó a la altura del estatus de campeón del mundo. Lo que le valió el reconocimiento y la sensación de que, independientemente del impacto anímico que tendrá la eliminación, con su performance estuvo a la altura.
Acuña va abajo con Dumfries. Se la hizo difícil toda la noche, el Huevo (AP).