«En el marco Mes de la Prevención de Adicciones, desde el Consejo de Pastores de la Provincia de Misiones queremos alzar la voz y afirmar nuestro compromiso inquebrantable como pueblo de fe evangélica, frente a uno de los desafíos más urgentes de nuestro tiempo: la lucha contra las adicciones y el consumo problemático de sustancias que afectan a tantas personas y familias misioneras. Ella no sólo es una cuestión sanitaria o de seguridad, sino una causa humana, espiritual y comunitaria que nos interpela a todos». Así expresa el documento dado a conocer en las últimas horas.
Comunicado
El crecimiento del narcotráfico, la naturalización del consumo cada vez mayor
que no respeta franjas etarias ni posiciones sociales ni económicas sumado al
dolor que atraviesan tantas familias marcadas por las adicciones, nos obligan a
dar respuestas integrales, constantes y sostenidas. En este contexto, el
Ministerio de Prevención de Adicciones y Control de Drogas de Misiones, junto
con los Consejos Pastorales Evangélicos, vienen impulsando un trabajo
mancomunado, territorial y profundamente humano, convencidos de que la
prevención no puede hacerse en soledad, sino desde el entramado comunitario
que escucha, contiene y restaura.
En este camino compartido, celebramos con esperanza la consolidación del
Espacio 33:3, un ámbito de primera escucha activa, donde se brinda atención,
contención espiritual y acompañamiento personalizado a quienes atraviesan
situaciones vinculadas al consumo, y también a su núcleo más cercano. Este
espacio sostenido por hermanos y que funciona de manera física en
congregaciones evangélicas, no solo representa un refugio, sino una puerta
abierta a la transformación y al reencuentro con el propósito y la dignidad. Son
espacios donde las personas pueden hablar sin ser juzgadas, encontrar
respuestas sin ser rechazadas y comenzar un proceso de restauración
acompañados.
La Iglesia Evangélica con presencia en todo el territorio provincial, desempeña
un rol fundamental en esta tarea. Con su compromiso sostenido, ha sido y es un
actor clave en la prevención, brindando herramientas, contención y valores a
niños, adolescentes, jóvenes y familias enteras. A través de sus comunidades,
pastores, voluntarios y redes de apoyo, trabaja con convicción para erradicar
este flagelo que tanto daño causa, pero también para sembrar vida, fe y nuevas
oportunidades, que dignifiquen y levanten al caído.
En un tiempo donde la cultura del descarte y la indiferencia muchas veces ganan
terreno, elegimos ser presencia, acción y escucha. Elegimos no mirar para otro
lado. Desde el corazón de la Iglesia y el brazo extendido del Estado, seguimos
trabajando para fortalecer redes territoriales de prevención, con una mirada
integral que abarca no solo lo asistencial, sino también lo espiritual, lo emocional
y lo comunitario.
Que este mes de junio nos encuentre más unidos que nunca, con un mismo
clamor: por una Misiones libre de adicciones, con más espacios de contención y
con una fe activa que transforma realidades.
“Pero clamaron a Jehová en su angustia, y los libró de sus aflicciones.
Envió su palabra, y los sanó, y los libró de su ruina”. (Salmo 107:19-20)