En una entrevista cargada de definiciones políticas y cuestionamientos al oficialismo provincial, el diputado electo Ramón Amarilla criticó con dureza la situación institucional de Misiones, defendió a los trabajadores detenidos tras las protestas de mayo y reclamó diálogo genuino por parte del gobierno. “Si desde una celda logré más de 100.000 votos, deberían preguntarse qué están haciendo mal”, sostuvo.

Amarilla apuntó directamente a la conducción de la Renovación. “Yo creo que Rovira tendría que interiorizarse mejor y no dejarse soplar la oreja”, dijo, en alusión al rol del líder del oficialismo. Y agregó: “Ellos ven que alguien desde la cárcel obtiene la confianza de la gente, y en lugar de reflexionar, responden con persecución”.

Sobre los hechos ocurridos durante las protestas salariales y laborales en mayo del año pasado, el legislador electo fue contundente: “La solución no es enfrentar fuerza con fuerza, ni meterle palo al empleado misionero. El gobierno tiene que sentarse con los gremios, con los sindicatos, con nosotros, que desde el 2020 tenemos una mesa de diálogo reconocida”.

También denunció que hay trabajadores detenidos injustamente: “Hay dos compañeros en el penal de Loreto y otros dos en Puerto Rico. Están presos sin haber matado, robado ni secuestrado a nadie. Es una injusticia. Empezaron a soltarlos de a uno, como para hacer más angustiosa la situación”.

Amarilla señaló que el gobierno “ha entrado en conflicto con los que le cuidan, con los que le sanan y con los que le educan”, y que utiliza leyes para someter al pueblo misionero. “Tenemos una aduana paralela, la ley de lemas, la ley mordaza. Esto no da para más”, advirtió.

Además, reiteró su compromiso con la austeridad en la política. “Propuse públicamente que los legisladores provinciales nos bajemos el sueldo en un 50%. Yo voy a ser parte de eso. Tenemos que vivir como un trabajador común. Ser legislador es un honor, pero eso se gana trabajando”.

Finalmente, convocó a recomponer la institucionalidad: “Misiones necesita paz. No más persecución, no más artilugios. Necesitamos diálogo y justicia para todos los trabajadores”.

La entrevista llega en un momento de tensión social persistente en la provincia, en medio de reclamos por mejoras salariales, libertades individuales y reformas políticas profundas.