Una rivalidad que lleva más de dos décadas volvió a recrudecer en las últimas horas. Luego de que María Vázquez saliera a criticar a las personas que no “pertenecen” al mundo del polo, pero intentan hacerlo, Pampita Ardohain no se anduvo con rodeos y, fiel a su estilo, salió a responderle.
La campana de este nuevo round sonó en medio de una entrevista conjunta que Vázquez brindó a Perros de la calle junto a su marido, Adolfo Cambiaso, para promocionar la serie documental Adolfo Cambiaso: en el nombre del polo, que tiene al deportista como protagonista. Allí, la exmodelo señaló: “Todo lo que es el después del polo, postpartidos, para Adolfito fue siempre la peor parte”. Y su marido, entonces, agregó: “Mucho ‘careta’, mucha gente que no tiene nada que ver con el deporte. Van a sacarse una foto o a ver si ven a algún príncipe”.
Aquellas frases fueron recogidas por el cronista de Los Profesionales de Siempre, el programa que conduce Florencia de V en El Nueve y llegaron a oídos de Pampita, que no solo estuvo casada con el polista Martín Barrantes, sino que desde hace más de un año está de novia con otro hombre ligado a ese deporte, Martín Pepa.
“¿Cómo te llevás con las chicas del polo?“, fue la primera pregunta de la cronista. Sorprendida, Pampita explicó: ”En realidad, no es mi ambiente y voy muy poco. Así que no pertenezco“.
Entonces, la periodista, con cierta picardía, le dijo que Vázquez había expresado que “la gente nueva en el polo no tiene nada que ver, gente careta que no tiene nada que ver con el deporte”.
Sin perder la sonrisa, pero afilada como siempre, Ardohain no se anduvo con rodeos a la hora de responder. “No entiendo a quién se refiere. ¿A los patrones que contratan a su marido? ¿A los que le compran caballos a su marido? ¿O al público que mira polo y por eso el polo existe?”.
Y, cuando le preguntaron sobre los rumores de que no había sido “bien recibida” por Vázquez cuando las dos compartieron pantalla en la última temporada de El Rayo, Pampita indicó: “Habría que preguntarle a María, ¿no? Llámenla“.
Y luego profundizó: “No sé a quién se refiere. Seguro que a mí no, porque Martín le compra muchos caballos a su marido. Así que no se va a meter con alguien que le compra tantos caballos para sus patrones. No me siento tocada”.
“Es raro porque está casada con el número uno del mundo del polo y hablar mal del ambiente del polo creo que no la deja bien parada. Su familia es increíble, sus hijos también están jugando al polo… Su hijo Poroto también es excelente. No me la imagino a ella diciendo algo así, porque sería muy feo”.
La rivalidad entre la conductora y la esposa de Cambiaso comenzó a comienzos de siglo, cuando Pampita irrumpió en el mundo de la moda y se impuso tanto en las pasarelas como en las principales campañas gráficas.
Para ese entonces, Vázquez ya era conocida por haber sido la novia de Carlos Menem Junior, el hijo del entonces presidente Carlos Menem y Zulema Yoma. En aquel momento, a la protagonista de la película Desearás al hombre de tu hermana, un grupo de modelos de los que, según versiones, formaban parte Julieta Prandi y Nicole Neumann, comenzó a apodarla, a sus espaldas, “la muqui”, una forma despectiva de referirse a las empleadas del servicio doméstico.
En ese contexto, Cuatro Cabezas buscaba una nueva conductora para El Rayo, el disruptivo programa de interés general que, a finales de los años 90, había visto brillar a otras dos modelos, Déborah de Corral primero, y luego Dolores Barreiro. La elegida fue Vázquez, pero Pampita quedó contratada, también, para hacerse cargo de los móviles. Lo que ocurrió fue lo esperable: gracias a su simpatía y a su ángel, Ardohain fue ganando cada vez más protagonismo.
Varios años después, las dos volvieron a enfrentarse en la pista del “Bailando por un sueño”. La última vez, como miembros del jurado. En ese momento, en el que Pampita estaba de novia con Juan “Pico” Mónaco, amigo del matrimonio Vázquez, la exmodelo se refirió en una entrevista, nuevamente, a los motivos por los que nunca pudo entablar un vínculo con Pampita: “Porque pertenecíamos a agencias distintas, competíamos a veces por los mismos trabajos, estando en veredas opuestas. Ella llegó después que yo y yo ya tenía un lugar en el medio. No tengo ni idea, pero a veces se da y a veces no se da”.