Por qué algunos abuelos odian el nombre de sus nietos: una encuesta reveló los motivos más insólitos

La elección del nombre de un hijo es un momento clave en la vida familiar. Allí se ponen sobre la mesa cuestiones que incluyen a la identidad, la tradición y la historia familiar. Aunque todo indicaría que son padres y madres quienes deciden ese nombre, una encuesta reveló la influencia de abuelos y abuelas en esa determinación.

Un relevamiento llevado a cabo por los sitios británicos Gransnet y Mumsnet analizó hasta qué punto participaban los abuelos en el proceso de toma de decisiones sobre el nombre del bebé y si les gustaban los nombres de sus nietos.

El mismo concluyó que, entre las 2000 personas encuestadas, el 69% de los abuelos cree que está bien dar su opinión sobre el nombre de su nieto, aunque no les corresponde ofrecer sugerencias no solicitadas. El 38% de los padres dice que no es asunto de los abuelos, algo con lo que acuerda el 31% de ellos.

El 15% de los padres admite que a algún padre o suegro no le gusta el nombre de su hijo. El 4% de los abuelos sostiene que todavía no acepta el nombre, incluso con el paso del tiempo.

Hay números aún más fuertes: el 2% de los abuelos dice que se peleó con sus hijos por la elección del nombre del bebé; y un 6% asegura que no hubo contacto temporalmente debido a ese desacuerdo.

Al detallar los nombres más odiados los abuelos mencionaron Aurora, Charlotte, Elijah, Finn, Jack, Lindsay, Noah, Sally y Tabitha.

Aurora, Charlotte, Elijah, Finn, Jack, Lindsay, Noah, Sally y Tabitha, los nombres más odiados. Foto ilustración Shutterstock.

Abuelo, abuela: ¿por qué no te gusta el nombre de tu nieto?

Entre las objeciones que abuelos y abuelas mencionaron al explicar los motivos de su disgusto encabezó con un 28% que “el nombre era feo”. Un 17% pensó que el nombre “era demasiado anticuado”. Al 11% le molestó que sus hijos quisieran usar el apellido de los otros abuelos. Un 6% se enojó porque no se eligió el nombre que ellos habían sugerido y a otro 6% no le pareció adecuada la ortografía.

Al 11% le molestó que sus hijos quisieran usar el apellido de los otros abuelos. Foto ilustración Shutterstock.

Así, las reacciones al conocer los nombres de los bebés fueron distintas en estos abuelos: el 8% afirmó que le encantaba el nombre, cuando en realidad no le gustaba; un 9% se limitó a decir ‘¿qué?’ y el 4% guardó absoluto silencio.

Al momento de mencionar con qué parte de la familia surgió el desacuerdo a causa del nombre el 44% de los abuelos afirmó que fue con su hija, el 22% con su hijo, el 17% con su nuera y el 6% con su yerno.

Finalmente, el 17% de los abuelos aseguró que para no usar el nombre del conflicto evitó mencionar el nombre del bebé al hablar de él, otro 17% optó por usarlo aunque muy a disgusto y el 6% dijo mencionarlo sin problemas. La buena noticia, en tanto, es que el 39% sostuvo que se adaptó al nombre una vez que se acostumbró a él.

El 17% de los abuelos aseguró que para no usar el nombre del conflicto evitó mencionar el nombre del bebé. Foto ilustración Shutterstock.

Qué buscan madres y padres al elegir el nombre de un hijo

Sophie Kihm, psicóloga experta en nombres y, como tal, editora en jefe de Nameberry, el sitio especializado más grande del mundo, detalló a Clarín los cuatro factores principales que una familia tiene en cuenta a la hora de elegir el nombre de sus hijos:

• Honrar a un miembro de la familia o bien cumplir con determinadas tradiciones que heredan.

• Cómo suena un nombre, tanto individualmente como con nombre y apellido.

• El significado del nombre.

• El estilo del nombre y si se corresponde con el estilo de los padres.

Algunos nombres se eligen para honrar a un miembro de la familia. Foto ilustración Shutterstock.

Respecto a determinadas costumbres alrededor de los nombres, la experta afirmó: “Poner a los niños nombres de miembros de la familia es una antigua tradición que muchos todavía siguen hoy en día”.

Sin embargo, aclaró, “cada vez es menos frecuente en algunas culturas de Estados Unidos nombrar a un niño directamente con el nombre de sus padres (como Junior)”.

Entre quienes se resisten a este tipo de prácticas, justificó, están aquellas personas que “quieren que sus hijos tengan su propia identidad y piensan que tener un nombre propio respalda eso”.