Después de 30 años de trabajo, la Argentina ha dejado de imponer su criterio protector para dar paso al desentendimiento en algunos aspectos en la lucha contra el tráfico ilícito y el uso indebido de drogas, cuyo día fue impuesto por la ONU el 26 de junio 1988.
Al hablar de la lucha contra el tráfico de drogas puntualmente, es para destacar el trabajo desplegado por Patricia Bullrich desde el Ministerio de Seguridad. Pero no es el único aspecto, dado que el trabajo preventivo ha desaparecido desde el 2000 hasta la fecha provocando en los más chicos una inclinación hacia el consumo de sustancias lícitas e ilegales en forma consuetudinaria, incluso viendo su ingesta por jovencitas embarazadas. Quizás Javier Milei se sienta molesto por el yerro que marco, pero debemos entender que la prevención y la asistencia a adictos es la columna vertebral de la lucha contra las drogas y esto a dejado de hacerse hace ya mucho tiempo. Es hora de comenzar una campaña preventiva sostenida en el tiempo en medios de comunicación. Señor Presidente: prevenimos o morimos.
Pongo el acento en que el peor escollo que tenemos es la Ley de Salud Mental 26.657, que propone la desaparición de todos los neuropsiquiátricos y espacios de rehabilitación de adictos de todo el país, la taxativa imposibilidad de internación compulsiva del drogadependiente dejándolo abandonado a su suerte, lo que convierte al sufriente en delincuente u homicida.
Debemos desarticular la Ley de Salud Mental, encarar campañas preventivas y provocar la asistencia en los afectados como tarea primaria para ir en ayuda de aquellos que por falta de información terminan en el consumo de sustancias que doblega, destroza, encarcela y mata no solo al adicto sino a su grupo conviviente más cercano. Enfrentar las drogas es nuestro deber, enfrentar a los promotores del consumo es nuestra obligación; no hacerlo nos convierte en cómplices de este homicidio masivo.
Claudio Izaguirre – Presidente Asociación Antidrogas de la República Argentina – [email protected]
OTRAS CARTAS
La polémica por la prisión domiciliaria de Alperovich
José Alperovich, condenado por abuso sexual, accedió al beneficio de cumplir su pena en prisión domiciliaria. Además de haber sido denunciado y juzgado por un delito aberrante, fue también protagonista de escándalos de corrupción durante su carrera política. Lo que ha trascendido respecto del lugar donde cumplirá la condena -una verdadera “jaula de oro”- y la posibilidad de estar acompañado incluso por su amante, supera cualquier lógica moral o jurídica. No existe un término que resuma la indignación, el asombro y la impotencia que provoca tamaña injusticia. Mientras tantos otros -algunos sin condena firme o con edades avanzadas- languidecen en condiciones mucho más duras, Alperovich disfruta un privilegio que parece premiar el delito en lugar de sancionarlo. Es urgente revisar estos criterios si aspiramos a que la palabra “Justicia” recupere sentido en la Argentina.
Enrique T. Vidal Bazterrica [email protected]
Le recuerda a Milei que el pez por la boca muere
Como millones de bonaerenses, estoy muy disconforme con la gestión del gobernador Axel Kicillof y no está en mis planes votarlo en las próximas elecciones presidenciales. La provincia de Buenos Aires es zona liberada para la delincuencia hace añares. Los vecinos vivimos enrejados, temiendo por nuestra vida todo el tiempo, organizándonos entre nosotros para protegernos. Aun así, me parece inaceptable la manera en que el presidente Javier Milei se refirió a Kicillof durante su visita a La Plata. Entre sus múltiplos insultos, lo trató de “burro eunuco”, “pelotudo”, “pichón de Stalin”, “parásito mental”. Su nivel discursivo es de una bajeza y ordinariez imperdonables, sobre todo viniendo de boca del funcionario más importante del país en este momento. ¿Por qué se expresa tan burdamente Milei? ¿Creerá que le suma votos? Lo dudo. Da un ejemplo lamentable. Debería recordar que el pez por la boca muere. Se puede criticar y señalar errores con más altura, sin apelar a tanta grosería.
Irene Bianchi [email protected]
Sobre la Obra Social de las Fuerzas Armadas
La Obra Social de las Fuerzas Armadas (IOSFA) anduvo de mal en peor desde que los sucesivos gobiernos le arrebataron su natural gestión (siempre lo fue por sus integrantes) para entregarla a la militancia como fuente de trabajo, cargos por sueldos. Hoy los afiliados y sus familias se han quedado casi sin prestaciones ni coberturas. El IOSFA se encamina lentamente hacia un quebranto que es imperioso evitar. Recientemente, por disposición del actual Gobierno, ha comenzado una tercera administración. Es deseable que ésta tenga éxito, que realice una auditoría para determinar responsabilidades e incompetencias, que adopte medidas para sanear las finanzas, que proceda al reclutamiento interno, pues dentro de ella se encuentra personal ampliamente capacitado que no ha podido desplegar debidamente sus competencias por haber sido relegado de los lugares de decisión y, finalmente, que devuelva a nuestras FFAA la conducción y gestión de su propia obra social.
Jorge Augusto Cardoso [email protected]
“Entre robar un pullover y robarse medio país”
Creo que todos los argentinos que aún creemos en la Justicia necesitaríamos que los jueces nos aclaren hasta cuándo tenemos que ver a Cristina Kirchner detenida en su casa con tobillera haciendo lo que se le ocurre, comportándose como si fuera que está libre, hablando de que este Gobierno se cae. Pobres las presas que están en las cárceles verdaderas, algunas por robar un pullover, y no tienen derecho a nada. Y robó medio país y la tenemos que aguantar que aparezca en televisión como si nada hubiera sucedido. Señores jueces, yo aún sigo creyendo en ustedes.
Cristina Formaro [email protected]
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