El viernes pasado, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) comenzó el trámite para cerrar la Estación Experimental Agropecuaria Área Metropolitana de Buenos Aires (EEA AMBA), tras una decisión tomada por el propio Consejo Directivo, que está integrado no solo por representantes del Gobierno, sino también por entidades del sector agropecuario. El 27 de febrero pasado, los representantes del Consejo aprobaron la decisión que se comenzó a ejecutar la semana pasada y que afecta a 100 trabajadores, que trabajaban en las nueve agencias de extensión pertenecientes a esa unidad.
Estas nueve agencias estaban desde hace meses en proceso de cierre, entre ellas La Plata, Escobar, Marcos Paz, San Vicente, Luján y Moreno. De estas había seis agencias periurbanas y tres urbanas que atienden la densidad poblacional más grande de la Argentina. La EEA AMBA tiene influencia sobre 39 municipios y la ciudad de Buenos Aires, donde viven 16 millones de personas; es relevante en problemáticas y desafíos de la agricultura urbana y periurbana.
Según pudo confirmar LA NACION, el personal está siendo reubicado a otras unidades del INTA. Se trata de un trámite administrativo iniciado recientemente. En febrero, el Consejo Directivo aprobó la reducción del 20% en la estructura de la Dirección Nacional del ente. Hasta ahora no se había avanzado en este proceso porque existía una propuesta elevada por la Dirección Nacional al Consejo Directivo del organismo referida a la Agricultura Familiar, que planteaba una nueva estructura y permitía repensar la temática.
En ese esquema se contemplaba la reubicación de casi la totalidad del personal de la EEA AMBA. Sin embargo, la semana pasada, representantes del Consejo Directivo resolvieron no aprobar esa propuesta, por lo tanto, se obligó a iniciar el proceso de reubicación del personal.
Según supo este medio, el ajuste en esta unidad repercute directamente en el acompañamiento que el INTA brinda a productores hortícolas, florícolas, granjeros, porcinos y otras actividades vinculadas al abastecimiento de la ciudad de Buenos Aires. Además se ven afectadas líneas de investigación que cumplen un rol clave en el respaldo técnico a la producción periurbana. Los representantes del Gobierno en el consejo directivo, además, propusieron en su momento redefinir el concepto de Agricultura Familiar, que pasará a ser denominado “Producciones Regionales y de Pequeña Escala“.
Por el impacto de este cambio, el Centro de Información de Actividades Porcinas (CIAP) publicó una carta de Anahí Minvielle, una investigadora y trabajadora de la Institución, en la que señala que efectivamente el INTA AMBA se cierra, más allá de que el personal sea reubicado. Según dijo, así es como lo sienten quienes integran ese equipo que denuncian una decisión tomada sin diálogo ni explicaciones.
“El AMBA sí se cierra. Digámoslo con todas las letras. Se cierra, nos cierran; nos desarman sin mirarnos a la cara, sin darnos ni una sola explicación, sin siquiera darnos la posibilidad de defendernos. No nos preguntan qué hacemos; no quieren saber, no les importa. Sólo quieren borrarnos del mapa, que no se pronuncie más nuestro nombre, porque somos la mancha negra. Somos el INTA que trabajaba codo a codo con los que menos tienen, con ese productor y productora que vino del interior o de países hermanos, escapando de la miseria, a engordar las grandes urbes, huyendo del hambre y del agro negocio que lo arrinconaba y lo dejaba sin aire y sin posibilidades de progresar”, escribió en un tramo.
“Somos el INTA que fomentó los mercados de cercanía para mejorar la rentabilidad del productor y hacer más accesible el alimento a la comunidad vecina. Somos el INTA que promovió y fomentó las ferias de intercambio de semillas en defensa de la soberanía de los pueblos y el derecho a utilizar y cuidar los recursos naturales. Somos el INTA de las buenas prácticas de manufactura y agregado de valor. Somos el INTA de la inclusión social, de las charlas en las quintas y las huertas de los barrios. El INTA que investiga para ese sector de la agricultura que tiene las manos cuarteadas, la espalda doblada, del que vive entre cuatro chapas, alquilando a precios usureros; y también del que pudo crecer gracias a que hubo políticas pensadas para ese sector”, dijo.
También, entre otros fragmentos, señaló: “hoy nos cierran y se siente como un puñal, que no mata, pero que hiere profundo”.