Con los años, muchas parejas descubren que el amor no desaparece de golpe por falta de regalos, escapadas o gestos románticos, sino que se apaga de a poco. En un matrimonio duradero, la rutina, las obligaciones y la falta de tiempo para el otro pueden generar una desconexión silenciosa que cuesta identificar.
Según el psicólogo Mark Travers, de la Universidad de Cornell, el amor de una pareja no se mantiene encendido por arte de magia. Lo que lo sostiene es la intención de cuidar el vínculo de forma activa. En una columna publicada en Forbes, el especialista en psicología plantea tres preguntas clave que pueden ayudar a las parejas a reencontrarse.
¿Estamos evolucionando como pareja o simplemente compartiendo casa?
La primera pregunta apunta a revisar si ambos están creciendo juntos o solo conviven sin acompañarse. Travers menciona un estudio publicado en Psychological Reports que analizó a más de 300 personas en relaciones de largo plazo y encontró que quienes mantenían la motivación personal y el interés por el otro reportaban mayor satisfacción emocional.
El compromiso, dice Travers, no es suficiente si no se acompaña de una actitud activa: ganas de conocer más al otro, de entender cómo cambian sus intereses, de renovar la curiosidad.
Recuperar esas charlas que alguna vez fueron habituales, sobre sueños, pasiones y deseos, puede generar una nueva cercanía emocional en la pareja y así ayudarse a evolucionar por separado como en pareja.
Recuperar la curiosidad por el otro refuerza la conexión emocional en relaciones de larga data. Foto: Pexels.
¿Seguimos deseando construir el mismo futuro?
A medida que pasan los años, es natural que las prioridades cambien. Lo importante es que la pareja no pierda de vista si siguen yendo en la misma dirección. Para Travers, uno de los motivos más comunes de distanciamiento no es la falta de amor, sino la desconexión en cuanto a metas compartidas.
Una revisión de estudios sobre estabilidad de pareja, publicada en Epidemiology and Health, indica que valores comunes, acuerdos en la crianza, buena comunicación y una visión clara del futuro en conjunto son factores clave para que una relación se mantenga fuerte.
Por eso, el psicólogo sugiere que una vez al año las parejas se sienten a revisar sus objetivos en conjunto: ¿estamos alineados o necesitamos ajustar el rumbo?
¿Podemos discutir sin romper la confianza?
Todas las parejas discuten, pero la diferencia entre las que sobreviven y las que se desgastan está en cómo enfrentan los conflictos. Travers destaca que sentirse seguro incluso en medio de una pelea es fundamental. Para eso, hay estrategias que se pueden aprender y practicar.
Discutir sin herirse, escuchar activamente y respetar los tiempos del otro son estrategias que protegen la relación. Foto: Freepik.
Una investigación citada por el especialista, publicada en Contemporary Family Therapy, analizó a parejas con más de 40 años de matrimonio y detectó seis hábitos fundamentales: escuchar de forma activa, evitar que las discusiones se descontrolen, comunicarse sin culpas, saber ceder sin traicionarse, no dejar que el conflicto se prolongue demasiado y respetar los tiempos de cada uno para calmarse.
Estas prácticas, además de mejorar el vínculo emocional,seguridad emocional no se da por sentada, sino que se construye día a día.
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