Misiones
“Esto llena el alma”: Mirta Sánchez se despide tras 44 años de cuidar a los misioneros
Con la enfermería como vocación y el compromiso como bandera, Mirta Raquel Sánchez acaba de cerrar un capítulo inolvidable. A sus 63 años, se despidió del Hospital Madariaga de Posadas, donde durante 14 años brindó contención, cuidados y enseñanzas. Su retiro marca el final de una trayectoria que comenzó en 1981, siempre en la salud pública misionera.
“Soy Mirta Raquel Sánchez, tengo 63 años. Empiezo mi jubilación el martes. Hoy lunes es mi último día”, compartía emocionada, con una sonrisa serena y el corazón lleno de gratitud. Ese hospital que ayudó a inaugurar en 2010 se convirtió en su segundo hogar, donde trabajó junto a médicos, kinesiólogos y colegas enfermeros para formar un equipo que crecería con los años.
“Era todo muy distinto al hospital anterior”, recuerda sobre esos primeros días en el Madariaga. Su experiencia, su templanza y su calidez la convirtieron en una guía para las nuevas generaciones de profesionales que comenzaron allí sus primeros pasos. “Fui una de las más grandes de la guardia, junto a un compañero. A veces me decían ‘mamá’, y yo también les decía así, con cariño”, cuenta entre risas.
Esa cercanía, esa capacidad de abrazar el dolor ajeno y acompañar con paciencia, fueron parte esencial de su modo de estar en el mundo. “Me llevo lo más grande de todos. Estoy muy orgullosa de las personas que conocí. La mayoría me respetaba y me quería”, dice, emocionada, en su despedida.
Su camino en la salud comenzó en Eldorado, donde trabajó desde 1981 hasta 2006. Luego, por cuestiones laborales, se trasladó a Posadas, donde dejaría su huella definitiva. «Esto nos llena el alma», asegura cuando habla de la enfermería. Su mensaje para los jóvenes que eligen esta profesión es simple y poderoso: “Tengan paciencia, mucha contención con los pacientes y sus familias. Eso lo es todo”.
Hoy, al mirar hacia atrás, Mirta se despide sabiendo que dejó una huella imborrable. Una historia de compromiso silencioso, de amor por el otro, y de vocación en estado puro. Un ejemplo que quedará en la memoria del Hospital Madariaga y en el corazón de quienes compartieron su paso.
Salud
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