Una cárcel rodeada de una jungla húmeda y sofocante, infestada de caimanes con mandíbulas potentes y serpientes venenosas, es la foto perfecta para graficar los peligros que encierra hoy ser inmigrante ilegal en los Estados Unidos. Por eso el presidente Donald Trump no dudó en viajar este martes al enclave pantanoso en Florida donde se inaugurará el llamado “Alcatraz de los caimanes”,
A Trump le fascinan las fotos simbólicas y esta será seguramente una de las preferidas de su segundo mandato. El nuevo centro de detención, en un viejo aeródromo reciclado en el corazón de los Everglades, a 72 kilómetros de la ciudad de Miami, representa «una forma eficiente y de bajo costo para ayudar a llevar a cabo la mayor campaña de deportación masiva en la historia de Estados Unidos», según dijo la secretaria de prensa Karoline Leavitt al anunciar el viaje del presidente, enfatizando uno de los pilares de la campaña que lo llevó a la Casa Blanca.
«Se conocerá informalmente como ‘Alligator Alcatraz’. Solo hay un camino que conduce a … La única salida es un vuelo de ida«, explicó Leavitt. El lugar «está aislado y rodeado de vida silvestre peligrosa y terreno implacable. La instalación tendrá hasta 5.000 camas para albergar, procesar y deportar a extranjeros ilegales criminales”, agregó.
El nuevo centro de detención, en un viejo aeródromo reciclado en el corazón de los Everglades. Foto: AP
El gobernador Ron DeSantis autorizó la construcción de un centro de detención de inmigrantes ilegales en ese sitio pantanoso, en el condado de Miami-Dade, bajo una orden de emergencia. La propiedad es un antiguo aeropuerto que fue reconvertido con robustas estructuras de tiendas de campaña para albergar a miles de inmigrantes ilegales en medio de la campaña de deportación del gobierno de Trump para expulsar a los millones de extranjeros que llegaron sin papeles al país.
«Un lugar seguro y protegido como ninguno»
El “Alligator Alcatraz” se ganó su nombre debido a su ubicación en medio de pantanos con enormes caimanes y pitones y también en homenaje a la famosa prisión de máxima seguridad ubicada en San Francisco, rodeada de agua, que ya no está en uso, pero que Trump sugirió que podría también reconvertir para albergar a inmigrantes.
«Este es un aeropuerto que ya está ahí», dijo DeSantis la semana pasada a la prensa. «Claramente, desde una perspectiva de seguridad, si alguien escapa, ya sabes, hay muchos caimanes con los que tendrás que lidiar. Nadie va a ir a ninguna parte una vez que haces eso. Es un lugar seguro y protegido como ninguno».
La auténtica Alcatraz, en San Francisco. Foto: AP
Ambientalistas y representantes del partido demócrata se han manifestado en contra del centro de detención, incluso haciendo fila a lo largo de la autopista 41, que atraviesa los Everglades, para protestar contra su construcción.
«Otro plan estúpido»
os manifestantes portaban el sábado carteles que decían: «Otro plan estúpido para abusar de la gente y de los Everglades», «No al Alcatraz de los caimanes» o carteles que exigían que ICE (la fuerza que se encarga de arrestar a los inmigrantes sin papeles) fuera expulsado de Florida.
Varias agencias federales y estatales, como el Departamento de Seguridad Nacional y la División de Manejo de Emergencias de Florida, también se vieron afectadas por manifestaciones encabezadas por grupos ambientalistas que afirman que el centro de detención interrumpirá y amenazará el ecosistema de los Everglades. Defensores de derechos humanos denuncian que el trato contra los inmigrantes es cruel e inhumano.
Pese a las críticas, el gobernador DeSantis aseguró que «el estado de Florida está totalmente involucrado en la misión del presidente Trump.
Manifestantes protestan contra la política migratoria de Ron DeSantis. Foto: Reuters
«Tiene que haber más capacidad para admitir, procesar y deportar«, dijo DeSantis en un recorrido por las instalaciones el viernes.
Los funcionarios estatales dicen que la instalación es crítica para apoyar la represión de la inmigración del gobierno federal, que ha resultado en un número récord de detenciones, totalizando más de 56.000 inmigrantes en junio, la cifra más alta desde 2019.
La secretaria Noem también respaldó el centro de detención como una instalación ideal para «algunos de los peores criminales» que, según señala la Casa Blanca, ingresaron ilegalmente a los EE.UU. bajo la administración de Biden.
En Guantánamo, también
El gobierno de Trump quiere llevar sus actuales 41.000 camas disponibles para detener migrantes a por lo menos 100.000 plazas. Otras instalaciones en la base estadounidense en Guantánamo, Cuba, están siendo acondicionadas para el mismo fin.
El presidente avanza a fondo con su ofensiva contra la inmigración ilegal. En la ley “Grande y hermosa” impulsada por Trump, que estos días se debate en el Congreso, se incluyen 45.000 millones de dólares durante cuatro años para la detención de inmigrantes, el triple del gasto actual.
Sobre la firma
Paula Lugones
Periodista, corresponsal en Estados Unidos. [email protected]
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