“Todo empezó en el 79, estaba estudiando cine con Rodolfo Hermida, en la Escuela de Cine de Avellaneda. Hice un curso de fotografía, porque no tenía idea, y sentí que me iba a ser útil para cine. Y ahí me enamoré totalmente de la fotografía, aparecía en mis sueños, fue muy intenso, amor total”, cuenta sobre sus comienzos la fotógrafa Adriana Lestido. Este sábado, a las 20, y los sábados 12, 19 y 26 de julio, se presenta en el Malba Yo y la que fui, un documental sobre su vida y su obra, de Constanza Niscovolos, también fotógrafa –de Clarín, entre otros–, alumna y amiga de Lestido. También se presenta en CineArte Cacodelphia.
“Al año siguiente dejé cine y empecé a estudiar fotografía. Mucho tiempo después, me di cuenta de la cercanía que hubo entre el descubrimiento de la fotografía como mi medio expresivo y la desaparición de mi compañero, Willy Moralli, que había sido el año anterior, en el 78. Eran tiempos muy oscuros y, quizás por eso, abracé con tanta fuerza la fotografía, el medio de la luz, como para conjurar tanta oscuridad”, dice Lestido a Revista Ñ.
Adriana Lestido nació en Buenos Aires, en 1955. En 1973 comenzó a estudiar ingeniería y a militar en el partido Vanguardia Comunista en el que conoció a Willy Moralli con quien se casó un año después. En 1978, su marido fue secuestrado y detenido desaparecido.
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En 1979, Adriana comenzó a estudiar cine y fotografía en la Escuela de Cine y Técnicas Audiovisuales de Avellaneda. Entre 1982 y 1995 trabajó como fotoperiodista para La Voz, Página/12 y la Agencia Diarios y Noticias. Fue la primera fotógrafa argentina en obtener la Beca Guggenheim, la Hasselbad y el Premio Mother Jones.
También fue nombrada Personalidad Destacada de la Cultura por la Legislatura de Buenos Aires, obtuvo la Medalla del Bicentenario, el Premio a la Trayectoria por la Asociación Argentina de Críticos de Arte, el Premio Leonardo por el Museo Nacional de Bellas Artes, el Gran Premio Adquisición Salón Nacional de Artes Visuales, el Premio a la Trayectoria otorgado por la Academia Nacional de Bellas Artes, el Premio Konex de platino, entre otras distinciones.
El documental de Constanza Niscovolos recorre la vida de Lestido y su pasión por la fotografía: su serie sobre madres e hijas, su deseo constante de mirar, su disfrute en su casa del mar con amigos, entre los que estaban los escritores Juan Forn y Guillermo Saccomanno. “Como alguna vez dijo (el fotógrafo checo Josef) Koudelka, una buena fotografía es un milagro. Y los milagros nadie los hace ni los provoca, se descubren. Tienen que ver con la percepción, no con conceptos o emociones –aunque creo que toda expresión genuina incide sobre todo en las emociones de una persona, tocando su alma y haciéndola receptiva hacia lo bueno–. El milagro radica en que una imagen poderosa simplemente es, trasciende el tiempo. Es conciencia pura porque es presente”, considera Lestido.
Adriana Lestido y su cámara, en el documental «Yo y la que fui».
Histórica
Todavía queda en la memoria colectiva la foto que sacó en 1982 en Plaza de Mayo de una Madre con su pequeña hija en brazos reclamando aparición con vida de detenidos-desaparecidos por la última dictadura militar. Pero también su película Errante, producida por Lita Stantic y Maravilla Cine.
Niscovolos, directora de Yo y la que fui, conoció a Lestido a sus 19 años cuando se anotó en un taller de fotografía con ella, por recomendación de su madre. “La idea de la película surge cuando ella publica el libro Lo que se ve, que es una retrospectiva de sus fotos de una muestra en Recoleta, en 2008, y mirando el libro me dije: ‘Quiero hacer un documental sobre ella’; y empecé a fines de 2017”, cuenta. “Lo que aprendo de Adriana es, por un lado, el respeto que le tiene a su propio deseo, a sus decisiones, a ella misma y después la fuerza de voluntad: tiene una fuerza de voluntad que no conozco en otra persona. Esa es su esencia”, afirma Niscovolos.
Lo que se ve recoge en 152 fotografías, más de 30 años de trabajo de Lestido: mujeres presas, madres adolescentes, niñeces en un hospital infanto-juvenil y su casa en el mar se ven en las fotos cosidas al papel, acompañadas por palabras de Sara Gallardo, John Berger, Alejandra Pizarnik, Clarice Lispector, Carl Jung, Raymond Carver y Pedro Salinas. Más dos textos finales de Marta Dillon y María de los Ángeles González sobre la belleza, la esperanza y lo profundo de su estética.
La fotógrafa Constanza Niscovolos.
Una fotógrafa contando la historia de otra fotógrafa, eso es Yo y lo que fui. “Con la fotografía puedo estar y observar y eso es un regalo; es lo que más me gusta en el mundo y ahí se arma mi familia, mis amigos, los vínculos. La cámara te da ese pasaporte para poder mirar, más allá de todo lo que atravesamos cada día como trabajadores y trabajadoras”, detalla Niscovolos.
Durante el recorrido del audiovisual, que también muestra a Lestido viajando a la playa y al sur del país, bendiciendo sus obras con incienso y venerando a la Pachamama, la fotógrafa dice que quiere ser aprendiz por siempre, salirse del lugar estático de la consagrada: “Mientras se está vivo se está siempre aprendiendo. Es una condición vital para poder seguir evolucionando como ser humano. Ahora estoy con el cine y con la escritura; son mis nuevos caminos expresivos. Pero el aprendizaje va mucho más allá del medio de expresión. Tiene que ver con estar viva”.
*El documental Yo y la que fui se presenta los sábados de julio, a las 20, en Malba Cine, Figueroa Alcorta 3415, y los domingos 6 y 13 de julio, a las 17, en CineArte Cacodelphia, Roque Sáenz Peña 1150.
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