Wimbledon es distinto a todo. Es el certamen de tenis más prestigioso del mundo y el que más se aferra a las tradiciones; por lo pronto, se disputa sobre césped, la superficie menos utilizada en el tour y la más inestable. Además, los protagonistas deben vestir de blanco. Sin embargo, el Grand Slam británico no es ajeno a la innovación (en todas sus áreas) y, sabiendo que es el más célebre, se ufana de cada detalle, acción que replica en su comunicación.
Wimbledon fue televisado por primera vez en 1937, cuando los partidos se transmitían por la BBC, sólo desde la cancha central, durante media hora cada día. En 1967, el torneo realizó la primera transmisión en color de la historia de Gran Bretaña. Hoy, a través de 39 acuerdos de transmisión, Wimbledon se transmite a más de 220 territorios alrededor del mundo. Claro que todo se multiplica en las redes sociales, donde las cuentas oficiales se destacan por la creatividad y los diversos atributos que escapan a las habituales coberturas deportivas de resultados, highlights o imágenes estáticas.
Por ejemplo, en el equipo de redes sociales hacen mucho foco en la producción de video, especialmente en reels (formatos cortos y verticales) que tienen un guión detrás. No se trata únicamente de ser espontáneos o informales, sino también de dejar un concepto (además, aprovechan mucho la riqueza y la variedad del archivo del torneo). Muchos de los reels de la cuenta de Instagram de Wimbledon tienen millones de visualizaciones e interacciones.
Una presentación espectacular
Isn’t it great when everything falls into place?
It’s time for The Championships 2025 💜💚 pic.twitter.com/5sawCWPOer
— Wimbledon (@Wimbledon) June 29, 2025
Hacen coberturas de detalles y backstage. Por ejemplo: el aro que se le cayó a Coco Gauff en pleno court que fue rescatado por Dayana Yastremska, ganadora en la primera ronda, o el desafío a pegarle a un tubo de pelotas entre Novak Djokovic y Aryna Sabalenka por 100 dólares. El “behind de scene” de Gauff y Sabalenka en una coreografía para Tik-Tok en pleno court central que terminó con cierta rivalidad entre ambas (19.3 millones de visualizaciones). O el momento en donde se prenden los regadores de una cancha por accidente en medio del descanso de un partido de doble mixto. También por los reels los seguidores se enteran que los hombres y las mujeres entrenan juntos, como fue el caso de Jannik Sinner con Sabalenka o de Emma Raducanu con Carlos Alcaraz.
Entre tanto contenido, sin dudas, sobresalen los videos del entrenador Jamie Delgado (trabajó, entre otros, con Andy Murray), entrevistando a jugadores en medio de una situación privada de entrenamiento. En uno de esos valiosos posteos, bromeó con Alcaraz por su escapada a Ibiza luego de ganar Roland Garros y le preguntó qué tal sintió la superficie del court central. En otra pieza le preguntó a Djokovic si vio la batalla de Roland Garros entre Alcaraz y Sinner (de 5h29m), y también abordó al italiano para hacerle la dolorosa pregunta sobre la final perdida en París con tres match points a favor.
Uno de los posteos con mayor cantidad de visualizaciones (14.4 millones) fue el momento en el que Nole irrumpió en la conferencia de prensa de Sabalenka para dar su opinión sobre el nivel de la bielorrusa y número 1 del mundo.
Los posteos que realiza Wimbledon, además, exhiben la conexión del público con los jugadores en los diferentes courts. Por ejemplo, uno de Alcaraz acercándole un botellón de agua a una espectadora que se descompuso en la tribuna, o Andrey Rublev haciendo lo mismo con una toalla para un chico que se estaba calcinando por las altas temperaturas del verano europeo. Los jugadores también son esencialmente usuarios de las redes sociales y eso también se refleja en diferentes publicaciones. Ellos, más que ninguno, saben que las redes son puentes directos con el público y las marcas que representan. Los noviazgos en el circuito también son un foco de atención que humaniza a los jugadores: por ejemplo, la británica Katie Boulter (perdió en la segunda ronda con la marplatense Solana Sierra) y el australiano Alex de Miñaur se animan a confesar cuestiones privadas de la pareja en ese contexto virtual.
Hay originalidad en las publicaciones. Utilizan los momentos de tránsito de los jugadores por el predio, fuera de los courts, para hacerles preguntas del estilo ping pong. Por ejemplo: cuál es el deporte favorito que no sea el tenis, un trabajo que no sea el deporte de las raquetas, edad en la que uno se siente viejo o el actor con el que les gustaría protagonizar una película. Los jugadores, al conocer que se trata de preguntas para las plataformas oficiales del torneo, también se prestan a responder con amabilidad, algo que no siempre los acompaña.
Si hay algo más que posee Wimbledon es el cuidado por la estética, la tradición y la sofisticación. Los posteos van en esa línea. Cuenta con un alto nivel de producción de imagen y sonido, aun utilizando un teléfono celular como base (por ejemplo, la entrevista random a Murray que elige jugadores para cada atributo del tenis: servicio, derecha, revés, toque, velocidad y mentalidad). Slow motion, efectos e intervenciones gráficas le dan a los reels una calidad infrecuente.
How about Overheard 𝘯𝘦𝘢𝘳 #Wimbledon pic.twitter.com/Nm9JjUj0x1
— Wimbledon (@Wimbledon) July 8, 2025
Todo, además, va de la mano con la monetización. Las cuentas oficiales le dan espacio a los numerosos patrocinadores del torneo con reels especiales identificados como comerciales en donde hacen interactuar a grandes figuras con esas marcas. Pero escapan al modelo de publicidad tradicional y desarrollan trailers de enorme calidad narrativa y visual. En definitiva, otro matiz que hace de Wimbledon una experiencia 360 extraordinaria, no sólo para los fanáticos del tenis.