Noah Tiziano Florentín Quintana tiene un año y ocho meses y vive en la ciudad de Posadas, Misiones. Desde su nacimiento enfrenta un diagnóstico complejo: parálisis cerebral, epilepsia refractaria, microcefalia y una calcificación cerebral que afecta el desarrollo de su motricidad y sus sentidos. Además, sufre convulsiones epilépticas.

A pesar de los múltiples desafíos, Noah es un niño lleno de luz. Aunque no camina ni habla, logra comunicarse con quienes lo rodean a través de su mirada, sus gestos y su energía. Su familia lo acompaña con amor y dedicación, y busca constantemente nuevas herramientas que le permitan avanzar.

Hoy, esa búsqueda tiene un nuevo horizonte: un tratamiento en el Cytotron, una tecnología médica avanzada que podría mejorar significativamente su calidad de vida. Según explicaron, esta terapia permitiría reducir sus crisis epilépticas y promover una mejor conexión neurológica. Se trata de un procedimiento no invasivo, similar a una resonancia magnética, sin contraindicaciones.

Este tratamiento no se encuentra disponible en la provincia, por lo que la familia debe viajar a Monterrey, México, para acceder a él. Tiene un costo de 35.000 dólares y una duración de 32 días. Durante ese tiempo, Noah deberá permanecer una hora por día en la máquina.

Además del costo del tratamiento, la familia debe afrontar los gastos de pasajes y estadía. Por esta razón, pusieron en marcha una serie de campañas solidarias que incluyen rifas, venta de comidas, sorteos y difusión en redes sociales. Cada aporte, señalaron, por pequeño que parezca, los acerca un paso más al objetivo.

“Donde Dios, la ciencia y el amor se unen, nace la esperanza”, es el lema que guía el camino de esta familia.

Quienes deseen colaborar pueden hacerlo comprando una rifa, en la que se sortea una moto o $2.000.000. El valor de la rifa es de $8000 y el sorteo se realiza por número de operación. El alias para colaborar es ayudandoapollo, y quienes deseen seguir la historia de Noah pueden hacerlo en Instagram: @noah.tizii.

«Ayudemos a Noah a seguir brillando». Con el acompañamiento de la comunidad, esta familia misionera espera cumplir el sueño de acceder al tratamiento que tanto necesita.