KIEV.- Después de medio año de desconfianza de la Casa Blanca hacia Ucrania y de señales de acercamiento a Rusia, el presidente Donald Trump y los principales republicanos están cambiado de rumbo: la Casa Blanca se prepara para enviar armamento adicional a Ucrania y el Congreso se moviliza para promulgar nuevas sanciones duras contra Rusia.
En ese contexto, y mientras Rusia intensifica sus ataques contra Ucrania, el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, se reunió este jueves con el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, en el marco de la reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la ASEAN en Malasia,
Fue su segundo encuentro en persona, en un momento en el que Trump se muestra cada vez más frustrado con el presidente ruso, Vladimir Putin, a medida que se prolonga la guerra en Ucrania.
Durante su reunión, que duró 50 minutos, Rusia y Estados Unidos cruzaron nuevas ideas para conversaciones de paz en Ucrania, dijo Rubio. Lavrov y Rubio llevaron a cabo “un exhaustivo intercambio de perspectivas” sobre la agenda que comparten ambos países, así como sobre la situación mundial, incluidas, además de Ucrania, Siria e Irán.
Ambos coincidieron en señalar la necesidad de “encontrar soluciones pacíficas a los conflictos, restablecer la cooperación económica y humanitaria ruso-estadounidense y mantener contactos fluidos entre las sociedades de ambos países”, señala el comunicado publicado por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia.
Este intercambio “podría facilitarse, en particular, reanudando el tráfico aéreo directo”, indica la nota, en la que también menciona el interés de Washington y Moscú de normalizar el trabajo entre ambas misiones diplomáticas.
Además, Rubio expresó su “decepción y frustración” a su homólogo ruso por la falta de avances en la resolución del conflicto. “Me hice eco de lo que dijo el presidente Trump, una decepción y una frustración por la falta de avance”, declaró tras la reunión.
“Necesitamos una hoja de ruta para poner fin a la guerra en Ucrania”, agregó.
Se vio a Rubio guiñando un ojo a Lavrov después de la reunión, mientras los periodistas gritaban preguntas, que ambos ignoraron.
Rubio y Lavrov se reunieron por primera vez en Arabia Saudita en febrero como parte del esfuerzo de Trump para restablecer las relaciones y ayudar a negociar el fin de la guerra. Los homólogos también hablaron por teléfono en mayo y junio.
El Kremlin dijo el miércoles que estaba relajado ante las críticas de Trump y que seguiría tratando de arreglar las relaciones “rotas” con Washington.
Giro
Trump prometió el año pasado que actuaría con rapidez para detener el conflicto, pero no ha tenido éxito.
Un alto funcionario de la Casa Blanca dijo el miércoles a The Washington Post que el presidente ahora había aceptado algunas solicitudes ucranianas de ayuda militar basándose en una lista detallada que el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky le entregó el mes pasado cuando se reunieron en La Haya.
La promesa se produjo un día después de que Trump expresara un enojo público inusualmente duro hacia Putin, al declarar que el presidente ruso dice “muchas tonterías”.
En el Capitolio, el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson (republicano de Luisiana), y el líder de la mayoría del Senado, John Thune (republicano de Dakota del Sur), dijeron el miércoles que intentarán aprobar una legislación este mes que le daría a Trump la capacidad de imponer sanciones a los compradores de exportaciones energéticas de Rusia.
Nuevos ataques
Desde la última llamada telefónica de Putin a Trump el jueves pasado, Rusia ha atacado a Ucrania con algunos de los bombardeos más feroces de la guerra.
Rusia atacó este jueves la capital de Ucrania con una nueva andanada de misiles y drones en un ataque nocturno que se prolongó hasta la madrugada del jueves, provocó incendios en varias partes de Kiev y mató a dos personas, según funcionarios ucranianos.
En otra noche tensa para los residentes de Kiev, Rusia lanzó ataques durante la noche, muchos de los cuales corrieron en la oscuridad, con personas refugiándose en las estaciones de metro. Al menos 19 personas resultaron heridas, según Tymur Tkachenko, jefe de la administración regional de Kiev.
La noche estuvo marcada por el escalofriante zumbido de los drones que se acercaban y estrellaban en zonas residenciales, provocando bolas de fuego naranja en la oscuridad durante las 10 horas que duró el ataque. Rusia lanzó 397 aviones no tripulados Shahed y señuelos, además de misiles de crucero y balísticos sobre Kiev y otras cinco regiones, de acuerdo con las autoridades.
“Esta es una clara escalada del terror ruso: cientos de drones Shahed cada noche, constantes ataques con misiles, ataques masivos a ciudades ucranianas”, manifestó el presidente del país, Volodimir Zelensky, en una publicación en Telegram.
Rusia ha tratado recientemente de abrumar las defensas antiaéreas rivales con ataques que incluyen un número cada vez mayor de drones señuelo. La noche anterior, disparó más de 700 aviones no tripulados de ataque y señuelos, superando los bombardeos nocturnos previos por tercera vez en dos semanas.
En paralelo, el ejército del Kremlin lanzó una nueva ofensiva para abrir partes de la línea del frente de 1000 kilómetros donde las fuerzas ucranianas, que están faltas de efectivos, están bajo una fuerte presión en lo que podría ser un período crucial de la guerra.
“En este momento, el avance ruso se está acelerando y es probable que la ofensiva de verano de Rusia ponga a las fuerzas armadas de Ucrania bajo una intensa presión”, escribió Jack Watling, investigador principal del grupo de expertos militares RUSI, en un análisis publicado el miércoles.
La presión ha causado alarma entre las autoridades ucranianas, que no están seguras de la continuidad del crucial apoyo militar de Estados Unidos y de la política de Trump hacia el Kremlin.
“Los socios deben acelerar las inversiones en producción de armas y desarrollo tecnológico”, apuntó Zelensky el jueves. “Tenemos que ser más rápidos con las sanciones y presionar a Rusia para que sienta las consecuencias de su terror”.
El número de civiles muertos o heridos en Ucrania como consecuencia de la invasión rusa alcanzó su nivel más alto en junio en tres años, informó este jueves Naciones Unidas.
“Los civiles en toda Ucrania se enfrentan a niveles de sufrimiento que no habíamos visto en más de tres años”, afirmó Danielle Bell, la jefa de la Misión de Monitoreo de Derechos Humanos de la ONU en Ucrania, que registró 232 fallecidos y 1343 personas heridas durante el mes de junio, una cifra superior a la de abril de 2022.
“El aumento de los ataques con misiles de largo alcance y drones en todo el país ha provocado aún más muerte y destrucción para los civiles lejos de la línea del frente”, dijo Bell en el informe.
Desde que Rusia invadió Ucrania, en febrero de 2022, no hay una cifra fiable. Sin embargo la ONU ha registrado más de 13.500 muertes de civiles, un balance que que podría ser “considerablemente mayor” ya que muchos casos no se pueden verificar y es imposible acceder a áreas bajo ocupación rusa.
Agencias AFP, AP y Reuters, y diario The Washington Post