Merlyn Nouel, dominicano, 36 años, mira la imponente cartelera del teatro Lola Membrives y confiesa que aún no puede creer verse ahí y que se siente incómodo cuando le piden fotos y autógrafos a la salida de cada función. «¿A mí me piden una foto? Yo soy un laburante», dice, incrédulo, y utilizando el lunfardo porteño adquirido en sus trece años en el país.
Merlyn es Apollo Creed en Rocky, la obra protagonizada por Nicolás Vázquez, una de las más vistas de la calle Corrientes, con funciones de jueves a domingos.
«Yo sabía que iba a llegar este momento, porque de chico soy soñador», le dice a Clarín, antes de detallar que su sueño máximo es que su hijo, Elián, de seis años, que vive en España, y sus padres, ambos en República Dominicana, puedan venir a verlo algún día en escena.
El camino de Merlyn para convertirse en el primer gran retador de Rocky, interpretado por Carl Weathers en el filme de 1976, incluye algo de suerte, un fisic to rol ideal para él, mucha fuerza de voluntad y una conexión especial con Nico Vázquez, el encargado de elegirlo para el papel.
«Venite, es un casting importante, es para teatro, pero no te puedo decir mucho más», le dijeron. Para él fue una convocatoria más de las tantas, debido a que por su trabajo como modelo y actor publicitario suele hacer hasta 50 casting por mes. Sí le pareció llamativo la propuesta de que sea para teatro, una cuenta pendiente en su carrera.
Se presentó, habló de su vida, contó cómo comenzó a practicar boxeo motivado por la pareja de su madre, algo que luego perfeccionó dando clases en hoteles turísticos en Punta Cana, hizo una pequeña prueba de actuación y se fue. «Para mí fue un casting más, de los tantos que hago. Y después me olvidé… Al mes me llamaron y me dijeron que me tenía que presentar en el Lola Membrives. Yo no sabía dónde era, je», se sincera.
Merlyn le contó a Clarín cómo fue el proceso para convertirse en Apollo Creed para la obra «Rocky». Foto: Ariel Grinberg.
«Cuando entré al teatro y vi a Nico dije ‘esto es inmenso, va a estar picante'», sigue Merlyn, que en ese momento se prometió «divertirse y pasarla bien». Y así fue. Nico Vázquez quedó impactado con su primera presentación y le pidió repetirla, primero con más tranquilidad y luego con más humor. «El estaba extasiado, decía ‘dame más, seguí así…”. Y eso me motivaba. Después me preguntó algo de mi vida y yo le dije que era mi primera vez, que es mi pasión, y que tenía mucha hambre», detalla.
Nico, que además de interpretar al personaje creado por Sylvester Stallone es el director de Rocky junto a Mariano Demaría, lo invitó ese mismo día a ver Tootsie, su obra anterior, para ver «a lo que te podes llegar a enfrentar». Luego, lo citó y le dijo: «Sabés que sos Apollo, ¿no?».
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-¿Cómo fue ese momento?
-Eso fue una locura. Lloramos un poco, hablamos de nuestras vidas… Él me contó de su hermano (NdR: Santiago Vázquez), que falleció en mi país. Yo soy de la edad de su hermano… Me dijo que lo hacía acordar en ciertas cosas. Tuvimos una conversación muy bonita. Yo también estaba en un momento complicado, porque en ese entonces mi hijo de cinco años se acababa de ir con su mamá a vivir a España. Yo antes de esto estaba desorientado. Tenía trabajo, ganaba plata, pero me sentía desorientado. Había vuelto a sentir la soledad otra vez. Ver a un hijo irse es jodido, uno se plantea ‘qué hago acá’. Yo tengo un mundo acá en Argentina, pero pensé en irme. Y esto de Rocky me volvió a mi eje.
-¿Caíste en la responsabilidad que tenías?
-¡Sí! Estuve un mes durmiendo mal. Me levantaba a las 3 de la mañana, a veces llorando… Me preguntaba si iba a estar a la altura. Estaba nervioso. Yo soy muy religioso y orar y pedirle a Dios que me ayude me ayudó mucho. Y después cuando llegó el día no tenía miedo, tenía ganas de demostrar todo lo que había aprendido en toda la etapa de ensayos.
Merlyn Nouel como Apollo Creed y Nico Vázquez como Rocky, en plena pelea.
-¿Y en la pelea se escapan algunos golpes de verdad o es todo coreografía?
-Nos cuidamos la cara. Los golpes deben ser a un puño de distancia de la cara. Pero alguna vez se nos zafa alguna piña. Por ejemplo él una vez se fue con la cara hinchada del lado izquierdo y yo una vez me comí un derechazo. Fue en un entrenamiento y tuve que parar la pelea. Hoy en día estamos muy cancheros y además estamos a full de adrenalina… Pero sí en el cuerpo nos pegamos. A veces Nico me dice ‘pegame duro, estás lento, dale pendejo’, je. Se la banca Nico. También disfrutamos esos momento de abrazarnos en plena pelea y a veces tomamos el tiempo de decirnos cosas bonitas. Nos damos mucho apoyo. Hoy Nico es como un hermano. Es un tipo que siempre se preocupa por mí, me ha tratado demasiado bien… Todo el elenco me trata de maravillas.
La historia de vida de Merlyn Nouel
Merlyn, el menor de seis hermanos, todas mujeres, nació en Santo Domingo, capital de República Dominicana. Pero a los diez años se mudó a un pequeño pueblo en la provincia de Altagracia, debido a que sus hermanas habían comenzado a trabajar en los lujosos hoteles turísticos de Punta Cana, la principal fuente de ingresos del país caribeño.
«Nos criamos sin el viejo. Todas mis hermanas en ese entonces ayudaban a mi mamá. Y yo desde chico también lo hago. Nosotros eramos pobre con «P» mayúscula. Al mudarnos comenzamos a tener una mejor vida. Por lo menos vivíamos en el campo y había más comida, je», rememora.
Merlyn nació en República Dominicana y en 2012 llegó a la Argentina. Foto: Ariel Grinberg.
A los 18, Merlyn también consiguió trabajo en un all inclusive en Punta Cana como personal trainer. «Es duro, pero es dichoso poder conseguir un laburo. Yo trabajaba de algo que me gustaba, porque siempre me gustó el deporte, pero es dura la vida. Esos hoteles son como ciudades, después trabajé en el Hard Rock que tiene tres mil empleados», describe.
-¿Y cuándo apareció la conexión con Argentina?
-Después de cuatro años de trabajo me voy al hotel Paradisus Palma Real. Recuerdo que un amigo me dijo ‘ahí vas a conocer a alguien y te vas a ir del país’. Y así fue, je. Duré seis meses trabajando ahí. Conocí a una chica argentina. Una rubia, mayor que yo. Yo tenía 22 y ella 41. Las cosas se dieron como se dieron y vine a conocer a la familia. Volví a mi país y le dije a mi vieja ‘me voy’. Mi mamá me dijo que estaba bien, que podía hacerlo, que soy joven, que si no me gustaba podía volver…
-¿Cómo fue cuando llegaste?
-Eso fue en 2012. ¡Una locura! Cuando llegué me quería comer el mundo. Veintidós años, la testosterona allá arriba… Dije ‘a laburar y volverme con el saco’. Pero acá la vida también estaba dura, pero menos que en mi país. Pero el dólar estaba 6 pesos… Se podía trabajar. Yo le comencé a mandar a mi vieja desde que llegué.
Además de ser Apollo en «Rocky», Merlyn trabaja como actor publicitario. Foto: Ariel Grinberg.
-¿La relación siguió?
-La muchacha me ayudó, je. La doy mucha gracia a ella, le agradezco mucho. Llegué a Martínez por ella, y después a San Isidro. Y conseguí un trabajo en un gimnasio en Don Torcuato por ella… La relación duró casi cuatro años. Éramos dos mundos diferentes, me llevaba 19 años. Yo era un pibe y ella venía de un matrimonio de 15 años, tres hijos… Era jodida la cosa. Yo quería hacer una vida de joven y en esos años hice una vida de adulto. Cuando me separé cogí mucha lucha, como decimos allá.
Cajero en Falabella, vendedor de proteína en un puesto en el Unicenter, personal trainer, recepcionista de un hotel en Recoleta, camarero eventual en Madero Tango… Merlyn enumera todas sus trabajos en Argentina. Durante la charla, cada tanto, va recordando y sumando a la lista. «Yo no conozco lo que son unas vacaciones. En diciembre si Dios quiero voy a darme unas primeras vacaciones desde que estoy acá», se ilusiona.
En 2018 conoció a la madre de su hijo Elián, que nació en 2019. «Esa época fue dura, pensar cómo hacer unos pesos para mandarle a mi vieja, darle a mi hijo… Época de que no podía comprarme nada para mí».
En ese entonces, en plena pandemia, con algunos pocos ahorros y ayuda de amigos, puso un local de masajes deportivos y le empezó a ir bien, pero «la gente de la zona no estaba muy contenta».
«Un día me escribieron en la puerta del local ‘Andate a tu país mono de mierda’», cuenta y reflexiona: «Siempre hay un boludo… Discriminación vas a encontrar donde quieras, hasta en tu propio país».
Merlyn: «Que me discriminen por mi color de piel a mí me resbala». Foto: Ariel Grinberg.
-¿Y qué hiciste?
-Nada, qué voy a hacer. Si me enojo gana él, si le doy un golpe me mandan para mi país y yo pierdo. Yo soy de sangre fría con ese estilo de cosas. Me han dicho muchas veces ‘negro de mierda’. Pero que me discriminen por mi color a mí me resbala. Por ahí nadie me va a entrar. Me jodieron mucho para que me fuera y dejara el local. Ahí también vino la separación de la madre de mi hijo, que ahora vive en España.
-¿En el medio siempre hacías castings?
-Sí. En plena pandemia hice como 50 casting y no quedé en ninguno, je. Pero en 2021 exploté. Ahí dije ‘vamos a ponerle garra a esto, que es de lo que quiero vivir’. Desde entonces hago muchos comerciales, todos para afuera. Grabo acá, en Chile o Uruguay. Hice para KFC, marcas de tecnología como Apple, farmacéuticas, alimentos para animales… de todo. En su mayoría se ven en EE.UU. No es un trabajo muy estable, pero cuando sale alguna se gana buena plata. Este año no pude hacer tantas por Rocky, pero sí renové más de seis. Estoy contento.
-¿Cuál es tu objetivo?
-Verme como un actor establecido. El mundo da muchas vueltas, y yo me veo así… Yo se lo conté a Nico, él sabe bien para yo dónde voy.
Sobre la firma
Darío Doallo
Jefe de la sección Fama [email protected]
Bio completa
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