Los cálculos renales (nefrolitiasis o urolitiasis) son depósitos duros hechos de minerales y sales que aparecen dentro de los riñones. Existen varias causas, como el exceso de peso corporal, algunas afecciones, una dieta desequilibrada y el consumo de suplementos dietarios.
La formación de los cálculos, que pueden estar en cualquier parte de las vías urinarias, se debe a una concentración anormal de la orina que permite la cristalización y unión de los minerales.
La expulsión de los cálculos renales es dolorosa, aunque estos no siempre producen daños permanentes, en especial, si son detectados a tiempo. De todas formas, si se alojan en las vías urinarias o causan complicaciones, habrá que practicar una cirugía.
Existe una manera natural, y sencilla, de intentar expulsar los cálculos, sobre todo si son pequeños. También conviene seguir algunas recomendaciones para tratar de evitar su formación.
¿Es posible limpiar el calcio en los riñones de forma natural?
Según informa la Clínica Mayo, de Estados Unidos, “los cálculos se producen cuando la cantidad de sustancias que forman cristales (calcio, oxalato y ácido úrico) en la orina es mayor de la que pueden diluir los líquidos presentes en ella. Al mismo tiempo, la orina puede carecer de sustancias que impidan que los cristales se adhieran unos a otros, lo que crea un entorno ideal para la formación de cálculos”.
Hay varios tipos de cálculos. La mayoría son de oxalato de calcio, compuesto por una sustancia que produce el hígado (oxalato) o que se obtiene de ciertos alimentos, como frutos secos y chocolate, así como algunas frutas y verduras.
“Las altas dosis de vitamina D, la cirugía de bypass intestinal y varios trastornos metabólicos pueden aumentar la concentración de calcio u oxalato en la orina”, agrega el centro de salud estadounidense.
Los cálculos renales generan dolor.
Los cálculos de estruvita se forman a partir de una infección de las vías urinarias. Pueden crecer rápidamente y volverse bastante grandes, a veces, con muy pocos síntomas o pequeñas advertencias.
Los de ácido úrico suelen formarse en personas que pierden mucho líquido por diarrea crónica, malabsorción, en quienes tienen una dieta rica en proteína o padecen diabetes o síndrome metabólico.
Menos frecuentes son los cálculos de cistina, que se forman en quienes padecen de un trastorno hereditario (cistinuria) que hace que los riñones excreten un aminoácido específico en grandes cantidades.
En todos los casos, la facilidad para expulsarlos, en general bebiendo abundante agua, dependerá del tamaño. Como el proceso siempre es doloroso, el médico recomendará algún analgésico mientras se intenta la expulsión.
Las infecciones de las vías urinarias y los cálculos renales pueden hacer que la orina se vea turbia u opaca. Foto: Shutterstock.
El laboratorio Cilfa, de España, elaboró un documento con varias sugerencias para evitar los cálculos.
Bebe diariamente de 2,5 a 3 litros de agua. Hazlo de manera regular a lo largo del día, sobre todo si vives en un clima caluroso o realizas mucho ejercicio físico. Opta por bebidas de pH neutro como el agua o la leche.
Limita la ingesta de bebidas gaseosas. Estos productos presentan un alto contenido en ácido fosfórico, que puede contribuir a la formación de cálculos.
Intenta evitar el alcohol. Aparte de no ser recomendable para la salud, puede favorecer también la aparición de gota, que es un factor predisponente para la aparición de cálculos renales.
Tomar abundante agua de manera regular a lo largo del día es clave para facilitar su expulsión natural. Foto: Shutterstock.
Mantente alerta con el calcio. Asegúrate de que tu organismo recibe al menos un aporte de 1000 mg al día, pero consulta al profesional sanitario antes de tomar suplementos.
No abuses de la sal. Dado que los cálculos están asociados a ingestas elevadas de sodio, trata de tomar entre 3 y 5 g al día como mucho.
Opta por la proteína vegetal. Modera el consumo de carnes, sobre todo de las menos magras. Y aumenta la ingesta de alimentos como palta, la coliflor y guisantes, ricos en proteína vegetal.
Controla el oxalato. Ya que es una de las sustancias presente en muchos cálculos, es recomendable optar por los alimentos en los que la concentración de oxalato es baja (huevos, lentejas, arroz blanco, manzanas peladas, uvas, coliflor o calabacín) y evita otros como las espinacas, las nueces, el ruibarbo y el salvado de trigo.
Vigila tu orina. Debe tener color claro y alcanzar un volumen de entre 2 y 2,5 litros y medio al día.
Mantente en forma. Intenta evitar que tu índice de masa corporal (IMC) rebase los límites saludables (30) y cuida tu peso. Practicar ejercicio de manera regular te ayudará a conseguirlo y también, a sentirte mejor.
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