El chicle, o goma de mascar, tiene una larga historia. Hace más de 2.000 años, los mayas mascaban la resina del chicozapote, un árbol al que llamaban sicté, para limpiarse los dientes, calmar la sed y como parte de rituales.
Los aztecas incorporaron esta costumbre y la rebautizaron como tzictli (“cosa pegajosa”), término del cual deriva la palabra chicle. Hay evidencia de que los egipcios y hasta los griegos mascaban resinas vegetales, pero, sin duda, el chicle nació en el actual México.
Tanto es así que el presidente mexicano Antonio López de Santa Anna introdujo el chicle en los Estados Unidos, en el siglo XIX. Allí el inventor Thomas Adams trató de usarlo como sustituto del caucho. Al fracasar en el intento, le agregó sabor y, así, inició la industria del chicle tal como la conocemos.
Según una encuesta realizada en los Estados Unidos, el 62% de las personas mascan chicle: en promedio uno al día. Aquí explicamos las ventajas y desventajas de este hábito.
Mascar chicle todo el día: ¿es malo para tu salud?
Un artículo del New York Times destaca los beneficios y los perjuicios de mascar chicle. Según afirma Peter Arsenault, dentista y profesor de la Facultad de Odontología de la Universidad Tufts, “masticar chicle estimula la producción de saliva, lo que puede proteger los dientes de la erosión y neutralizar la acidez de la boca”.
Al igual que el cepillado, el movimiento del chicle por la boca también puede eliminar restos de comida y placa de los dientes y alrededor de las encías. La saliva adicional, añade Arsenault, también puede mejorar el aliento, porque el mal aliento empeora con la boca seca.
“Las alternativas sin azúcar suelen ser mejores para los dientes, porque el azúcar alimenta las bacterias que pueden causar caries. Los chicles elaborados con el sustituto del azúcar xilitol pueden proporcionar beneficios dentales adicionales, porque son capaces de reducir las bacterias que causan caries”.
El chicle nació en México. Luego, el inventor Thomas Adams le agregó sabor.
En 2022, un grupo de investigadores descubrieron que masticar chicle o comer golosinas con xilitol de 3 a 5 veces al día después de comer podría reducir el riesgo de caries en un 17%.
Otro beneficio de mascar chicle ha sido destacado por la gastroenteróloga Aditi Stanton, de Cincinnati, citada por el diario.
Afirmó que “cuando se traga, la saliva adicional de la goma de mascar puede ayudar a neutralizar el ácido del esófago, lo que reduce los síntomas de acidez estomacal.
Un estudio realizado en 2005 determinó que masticar chicle sin azúcar durante 30 minutos después de haber comido alimentos que provocaban acidez conducía a una reducción de los niveles de ácido en el esófago.
La saliva adicional que genera mascar chicle puede mejorar el aliento.
Todavía hacen falta más investigaciones para corroborar el siguiente beneficio, pero algunas pruebas limitadas sugieren que mascar chicle puede ayudar a algunas personas a concentrarse y aprender.
En un pequeño estudio de 2018, los investigadores descubrieron que aquellos que mascaban chicle mientras se les presentaban lecciones de fisiología obtenían mejores resultados en los exámenes que quienes no lo hacían.
“Otras pruebas sugieren que masticar chicle podría mejorar el estado de ánimo y aliviar el estrés, al menos a corto plazo, de forma similar a la forma en que algunas personas agitan las piernas o se enredan el pelo cuando están nerviosas”, afirma el New York Times.
En cuanto a las desventajas, destaca los problemas de mandíbula, en especial, entre quienes son propensos a tener afecciones o lesiones en la articulación temporomandibular (ATM), que conecta la mandíbula con el cráneo, “Esto incluye a quienes rechinan o aprietan los dientes. Masticar chicle puede cansar los músculos de la mandíbula y provocar chasquidos, crujidos, dolores de cabeza y fatiga muscular facial”, explica Arsenault.
Masticar chicle sin azúcar favorece la salivación, lo que puede proteger los dientes de la erosión y neutralizar la acidez de la boca.
Por eso, el especialista recomienda mascar chicle solo durante periodos cortos después de comer (entre 15 y 20 minutos). Sin embargo, si hay una lesión o trastorno de la ATM, habría que evitar los chicles.
Si bien en algunas personas mascar chicle podría aliviar los problemas de reflujo, en otras podría empeorarlos. Porque el hábito puede relajar el esfínter esofágico inferior, un músculo ubicado en la parte inferior del esófago que impide que el ácido entre. Cuando el ácido entra en el esófago, puede provocar síntomas de acidez.
“Cuando alguien mastica chicle, sobre todo si lo hace enérgica o rápidamente, también puede tragar aire sin darse cuenta, lo que puede provocar hinchazón, gases y eructos”, publica el diario.
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