TEL AVIV, Israel.- El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu sufrió un duro revés político el miércoles, cuando un aliado clave de su gobierno anunció que abandonaba su coalición, dejándolo en minoría en el Parlamento en un momento en que el país enfrenta varios desafíos.
Se trata de Shas, un partido ultraortodoxo con larga trayectoria como actor clave en la política israelí, que decidió abandonar el Ejecutivo en protesta por la falta de avances en una propuesta de ley que contempla amplias exenciones del servicio militar obligatorio para los sectores ultrarreligiosos. Es el segundo partido ultraortodoxo en romper con Netanyahu esta semana.
“En esta situación actual, es imposible sentarse en el gobierno y ser un socio en él”, indicó el ministro del gabinete de Shas, Michael Malkieli, al anunciar la decisión del partido.
No obstante, Shas aclaró que no buscará desestabilizar la coalición de Netanyahu desde fuera y que podría respaldar al oficialismo en algunas votaciones clave, lo que le daría al primer ministro un salvavidas en un escenario que, de otro modo, volvería casi ingobernable y pondría en jaque su prolongado mandato. Una vez que se hagan efectivas las renuncias, la coalición de Netanyahu quedará reducida a 50 de los 120 escaños del Parlamento.
Por ahora, el mandato de Netanyahu no parece estar en peligro inmediato. Una vez presentadas las renuncias de los ministros de Shas, se abre un plazo de 48 horas antes de que se hagan efectivas, lo que le brinda al primer ministro una ventana clave para intentar recomponer su gobierno.
El anuncio del partido también coincide con el inminente receso de verano del Parlamento, lo que juega a favor de Netanyahu: durante los próximos meses habrá escasa o nula actividad legislativa, dándole tiempo para renegociar y tratar de reincorporar a los partidos escindidos.
Hasta el momento, el partido Likud de Netanyahu no ha emitido comentarios sobre la situación.
La inestabilidad política ocurre en un momento crucial para Israel, que actualmente negocia con Hamas los términos de una propuesta de alto el fuego en Gaza, respaldada por Estados Unidos. Aunque no se espera que la decisión de Shas descarrile las conversaciones, el debilitamiento de la coalición incrementa la presión sobre Netanyahu para mantener cohesionados a sus aliados.
Con una coalición fracturada, el primer ministro deberá esforzarse por apaciguar a los sectores más duros de su gobierno, especialmente al influyente bloque de ultraderecha, que se opone firmemente a cualquier cese del fuego mientras Hamas siga operativo.
A la tensión se sumó este martes el partido ultraortodoxo Judaísmo Unido de la Torá, que también anunció su retiro del gobierno, en protesta por el fracaso de Netanyahu para avanzar en una ley que regularice las exenciones del servicio militar para miembros de su comunidad.
Pese a la pérdida de estos dos socios clave, Netanyahu aún conserva margen para avanzar en las negociaciones por un alto el fuego. La administración del presidente estadounidense Donald Trump ha estado presionando activamente a Israel para que ponga fin a la guerra, que ya lleva 21 meses.
El servicio militar es obligatorio para la mayoría de los israelíes judíos, y el tema de las exenciones ha dividido al país durante mucho tiempo. Esas divisiones solamente se han ampliado desde el inicio de la guerra en Gaza, ya que la demanda de personal militar ha crecido y cientos de soldados han sido asesinados.
Un arreglo de décadas por parte del primer ministro de Israel otorgó a cientos de hombres ultraortodoxos exenciones del servicio obligatorio israelí. Con los años, esas exenciones se multiplicaron por miles y crearon profundas divisiones en Israel.
Los ultraortodoxos dicen que sus hombres están sirviendo al país estudiando textos sagrados judíos y preservando tradiciones centenarias. Temen que el alistamiento obligatorio diluya la conexión de los adherentes con la fe.
Pero la mayoría de los israelíes judíos ven la exención como injusta, así como los generosos estipendios gubernamentales otorgados a muchos ultraortodoxos que estudian en lugar de trabajar durante la adultez. Ese enojo ha empeorado en los casi dos años de guerra.
La coalición de Netanyahu trata de encontrar un camino a seguir en una nueva ley. Pero su base se opone en gran medida a otorgar amplias exenciones del servicio militar y un legislador clave ha impedido dar a los ultraortodoxos una ley que puedan respaldar, lo que provocó su salida.
Agencias AP y Reuters