El Hospital Escuela de Agudos Dr. Ramón Madariaga impulsa un abordaje integral de la diabetes a través de un equipo interdisciplinario que combina la atención clínica con acciones de prevención. La iniciativa se enmarca en una estrategia de salud pública que busca reducir las complicaciones asociadas a esta enfermedad crónica no transmisible.

La diabetes afecta la manera en que el cuerpo utiliza la glucosa para obtener energía. Se trata de una patología metabólica caracterizada por niveles elevados de azúcar en sangre, que con el tiempo puede provocar daños en el corazón, los vasos sanguíneos, los ojos, los riñones y los nervios. Desde el hospital explicaron que existen dos tipos principales de diabetes: la tipo 1, anteriormente conocida como diabetes juvenil o insulinodependiente, que se produce por la falta de producción de insulina por parte del páncreas; y la tipo 2, que es la más común y se caracteriza por una resistencia a la insulina y/o una producción insuficiente. A ellas se suma la diabetes gestacional, que se desarrolla durante el embarazo y, si bien suele desaparecer luego del parto, puede aumentar el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 tanto en la madre como en el bebé.

El hospital cuenta con un equipo que incluye médicos diabetólogos, enfermeros y especialistas de distintas áreas que trabajan en forma coordinada. Según explicó el médico Daniel Dionisi, integrante de la Unidad de Úlceras Crónicas, una de sus funciones principales es la coordinación en el área de pie diabético, donde atienden a personas que presentan esta complicación u otras derivadas de la enfermedad. “Intentamos trabajar también mucho en la prevención, intentamos evitar que los pacientes lleguen a esta situación”, expresó.

Precisamente, el equipo multidisciplinario se encarga desde la curación de heridas hasta la categorización del riesgo de los pacientes, lo que permite definir prioridades tanto para la atención inmediata como para las derivaciones a distintas especialidades o subespecialidades. Esta organización facilita el seguimiento continuo de la enfermedad.

Asimismo, Dionisi remarcó que uno de los mayores desafíos es evitar que las complicaciones, como úlceras o infecciones, progresen hasta requerir amputaciones. “Trabajamos en la prevención para evitar que los pacientes lleguen a desarrollar úlceras o lesiones que puedan derivar en amputaciones. Nuestro equipo multidisciplinario incluye médicos, enfermeros, fisiatras, traumatólogos y otros especialistas, quienes colaboran en la evaluación, curación y seguimiento de los pacientes”, indicó.

Además de la atención médica, el equipo realiza una labor educativa con los pacientes para que puedan reconocer signos de alerta. “Nuestro objetivo es intervenir tempranamente, educar a los pacientes sobre el cuidado del pie, controlar los valores de glucemia y realizar controles periódicos para detectar signos de neuropatía o alteraciones vasculares”, señaló Dionisi.

En el plano preventivo, se brindan recomendaciones básicas para el cuidado del pie como no caminar descalzo, utilizar calzado adecuado, evitar el uso de bolsas de agua caliente y mantener una higiene apropiada. También se enseña a los pacientes a detectar cambios en la coloración, temperatura o sensibilidad, ya que estos pueden ser indicios de lesiones en desarrollo. Según explicó Dionisi, la neuropatía, que provoca pérdida de sensibilidad, y las alteraciones vasculares, que afectan la circulación, son factores de riesgo clave para el desarrollo de úlceras y amputaciones.

El equipo realiza además scores de riesgo para categorizar a los pacientes y definir la frecuencia de los controles, así como las posibles derivaciones a especialistas en cardiología, neurología, ortopedia o cirugía vascular, según corresponda.

Como parte de su compromiso con la comunidad, el hospital realiza jornadas de concientización y charlas educativas dirigidas a la población en general. Estas actividades tienen como fin promover estilos de vida saludables y la importancia del control periódico de la glucemia. Desde la Fundación Parque de la Salud se impulsan políticas sanitarias que refuerzan este enfoque, con énfasis en la coordinación y logística necesarias para asegurar un tratamiento eficaz y sostenido de la diabetes.