La crisis ecológica global tiene múltiples capas y una de las más relevantes es el impacto que las actividades productivas humanas tienen sobre la biodiversidad del planeta, desde hace décadas afectada por los modos de consumo de amplias franjas de la población, más que nada de los países más ricos. Muchos expertos e instituciones trabajan en todo el mundo para revertir la acelerada pérdida de especies: la doctora Kira Mileham, directora de Alianzas Estratégicas de la Comisión de Supervivencia de Especies de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN CSE), es una de esas personas.
Hace pocas semanas, esta australiana convertida en un referente mundial en el proceso de integrar el trabajo de científicos con zoológicos, acuarios, jardines botánicos y organismos de gobierno estuvo en la Argentina, donde participó de reuniones con expertos en Temaikèn, el único Centro de Supervivencia de Especies UICN del país. Desde ese nodo de trabajo, bajo un protocolo común, se articula la expertise de científicos y organizaciones zoológicas en proyectos concretos de conservación de especies en peligro, que en nuestro territorio incluyen al cardenal amarillo, el caracol de Apipé y la rana patagónica, entre otros.
–La existencia de especies amenazadas es uno de los mayores problemas ecológicos del planeta. ¿Qué relación tiene con otras crisis ambientales, como el cambio climático?
–Es imposible separar estos problemas. Si no se restaura la biodiversidad, no garantizamos el hábitat para las especies amenazadas y para las personas. Tampoco hay seguridad alimentaria, y si no luchamos contra el cambio climático como parte de esas acciones, no avanzaremos en ninguna de las otras dos. Las tres son una sola crisis, es imposible resolver una sin abordar la otra. Debemos trabajar de manera articulada y encontrar soluciones que resuelvan estos problemas en conjunto. Por eso, organizaciones como Fundación Temaikèn son tan importantes, ya que pueden articular su trabajo con el de otros actores como las comunidades locales, los científicos, otras organizaciones civiles y los gobiernos, al tiempo que trabajan a nivel territorial.
–¿Cuán importante es la incidencia del cambio climático en la crisis de biodiversidad global?
–Depende de las regiones y de las especies, pero el cambio climático es una gran presión sobre la biodiversidad en el planeta. La escala a la que llegó la población humana mundial es un riesgo, sobre todo por el modo de vida de muchas sociedades que es simplemente insostenible. Algunas sociedades tienen estándares de vida muy altos que no son sostenibles, y esto tiende a ser una amenaza para la supervivencia de muchas especies. Si seguimos aumentando la presión sobre los recursos naturales, será mucho más difícil contrarrestar los impactos de esto.
–¿Qué tipo de soluciones aparecen en el horizonte para contrarrestar esta crisis ecológica global?
–Podemos aprender mucho de comunidades locales que viven en armonía con la naturaleza, hay soluciones positivas que van más allá de indicar que determinado modo de vida no es el indicado. Debemos trabajar como una gran comunidad global, adoptando soluciones locales. Es muy difícil exigirle a una población determinada que resigne sus altos estándares de vida, por eso debemos avanzar hacia decisiones colaborativas. Organizaciones como Fundación Temaikèn juegan un papel muy importante: cuando las familias conocen el Bioparque, cuando experimentan en primera persona la naturaleza, pueden conectar mejor con las especies en peligro. Eso se convierte en una experiencia positiva cuyos resultados quizá no se ven en el corto plazo, pero que ayuda mucho a mejorar la interacción de las comunidades con los animales y la naturaleza en general.
–¿Cómo se está trabajando en la Argentina respecto a la conservación de especies?
–En la Argentina hay muchas organizaciones y expertos trabajando. El 10 de junio tuvimos una gran experiencia con la convocatoria de expertos de la UICN, el Centro para la Supervivencia de Especies Argentina y el equipo de Fundación Temaikèn, donde compartimos un diálogo de trabajo con 70 expertos que trabajan en diferentes proyectos de conservación a nivel local, provincial y nacional. Hay una agenda activa de proyectos y hay trabajo articulado con la sociedad civil y con algunos niveles de gobierno. Uno de los proyectos claves que nos permite ver el trabajo de la Fundación Temaikèn es lo que se está haciendo con las evaluaciones de la lista roja, que permite evaluar el grado de amenaza que sufren algunas especies endémicas y no endémicas en la Argentina, para luego poder desarrollar mejores planes de conservación. Un ejemplo muy claro es lo que hace la Sociedad de Mamíferos, que está con un proyecto nacional de listas rojas de mamíferos endémicos. Quiero destacar que es importante centrar los esfuerzos no solo en aves, reptiles y mamíferos, ya que hay otras especies como hongos, invertebrados, peces y plantas que deben ser analizadas también.
–¿De qué manera específica trabaja Temaikén en estos temas?
–Fundación Temaikèn es actualmente la única organización en la Argentina que estableció un Centro para la Supervivencia de Especies en alianza con la UICN. A través de él, se adoptan e implementan herramientas de conocimientos científicos de la UICN para la conservación de la biodiversidad. La UICN CSE emplea la evaluación de especies usando la lista roja [las listas rojas agrupan a las especies en peligro de extinción], diseña planes de conservación y actúa en el campo, ejecutando dichos planes. Se trata de una metodología que unifica criterios de estudio, empleando datos basado en ciencia y la investigación de campo para desarrollar este tipo de proyectos de conservación. En ese contexto, Fundación Temaikèn y el Centro fueron sede del evento donde se reunieron estos 70 científicos a compartir información, experiencias de trabajo y perspectivas del trabajo colaborativo en el país. Todos estos científicos, al ser parte de la UICN CSE, también aplican esta metodología de trabajo. Los Centros para la Supervivencia de Especies son un modelo que busca brindar respuestas a los expertos para que puedan recibir más capacidad y recursos y así mejorar el impacto de sus proyectos de conservación.
–¿En qué consiste esta metodología creada desde la UICN?
–One plan approach (enfoque de un solo plan) es el nombre de la metodología. Se trata de una estrategia integral de conservación para apoyar planes de conservación de forma conjunta y coordinada entre expertos y diferentes actores, directa o indirectamente vinculados a una especie determinada. One plan approach propone una estrategia coordinada de los actores en el manejo in situ (poblaciones silvestres) y ex situ (poblaciones bajo cuidado humano para la conservación de una especie). Por eso, los Centros para la Supervivencia de Especies son tan importantes, ya que son el espacio natural para conectar a los diferentes actores que trabajan con un objetivo común.
–¿Qué tipo de estrategias utilizan en one plan approach?
–El one plan approach promueve el estudio de la especie a fondo, antes de ser reintroducida. Este doble manejo in situ y ex situ ayuda a identificar las potenciales amenazas y a garantizar la restauración de los hábitats de la mejor manera. Desde la UICN CSE hemos desarrollado un conjunto de guías para el manejo de reintroducción de especies, a partir del conocimiento de especialistas con mucha experiencia que identificaron cuáles son las mejores prácticas. Una de las ventajas de los centros como Fundación Temaikèn es que permiten un trabajo colaborativo de múltiples grupos de especialistas y actores que parten de datos basados en ciencia para la toma de decisiones.
–¿Cuán grave es la crisis de biodiversidad y cuán reversible es?
–Siempre es deseable revertir los errores del pasado, nunca es demasiado tarde. En relación a los esfuerzos para la conservación de las especies, el mejor momento para hacerlo es ahora. Desde la UICN CSE tenemos las herramientas, sabemos como salvar especies. Pero debemos trabajar juntos y entender cuándo, cómo y dónde hay que intervenir con una especie determinada, cuándo debe ser retirada de su hábitat para un manejo ex situ, cuándo y cómo debe ser reintroducida. La conservación de la naturaleza ha desarrollado documentos, guías y protocolos científicos que establecen sobre cómo manejar especies de la manera efectiva. En este punto hay un papel concreto de los zoológicos, los acuarios y los jardines botánicos en la conservación, que antes no estaba tan claro. Hoy sabemos sobre la importancia de los espacios de investigación ex situ en el manejo de la conservación de las especies, así como el cuidado humano. Desde la UICN CSE elaboramos una declaración de posición sobre el papel que estas organizaciones pueden tener en la conservación de especies. Fundación Temaikèn es un gran ejemplo en ese sentido, con su programa de manejo ex situ, rehabilitación, investigación y de reintroducción, trabajando con algunas especies endémicas como la rana patagónica, el cardenal amarillo o caracoles de Apipé.