Cuando tenía 18 años, un tal Robert Pattinson se puso en la piel de Cedric Diggory en Harry Potter y el cáliz de fuego (Harry Potter and the Goblet of Fire). Fue el puntapié para que tres años después apareciera en la pantalla grande como el vampiro Edward Cullen en Crepúsculo (Twilight). Si bien este proyecto lo llevó a la fama, también lo encasilló por mucho tiempo como un “galán adolescente”. En los últimos años, asumió importantes desafíos actorales que le permitieron mostrar todas sus facetas artísticas, siendo sus protagónicos en The Batman (2022) de Matt Reeves y Mickey 17 (2025) del ganador del Oscar Bong Joon-ho, los más aclamados. Pero, si bien tiene más de dos décadas de experiencia en Hollywood, como todo intérprete, tuvo momentos delicados en los sets. Existe una particular escena que, sin bien los fanáticos celebraron y fue una de las más memorables de la ficción, él odió filmar.
Los libros de la saga Crepúsculo escritos por Stephenie Meyer, Crepúsculo (Twilight), Luna Nueva (New Moon), Eclipse y Amanecer (Breaking Down) fueron llevados a la pantalla grande entre 2008 y 2012 con los roles protagónicos de Kristen Stewart y Robert Pattinson. La última entrega se dividió en dos partes. En la primera, Crepúsculo La Saga: Amanecer Parte 1 (The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 1) — disponible en la Argentina para ver en streaming a través de Prime Video y Mercado Play o para alquiler por Apple TV — tiene lugar la boda de la humana Isabella ‘Bella’ Swan y el vampiro Edward Cullen y también la luna de miel. Durante el viaje a la Isla Esme, una isla ficticia ubicada en Brasil, los personajes tienen intimidad por primera vez. Si bien era un momento muy esperado para los fanáticos, para Pattinson filmar las escenas de sexo fueron un dolor de cabeza.
En una entrevista con Parade en 2011, el actor aseguró que cuanto más cómodos se sienten los actores entre ellos (por aquel entonces él y Stewart estaban juntos en la realidad y en la ficción) “ se vuelve más difícil” hacer intensas escenas de pareja. “Pensás: ‘No quiero hacer el ridículo delante de esta persona’; ‘Ya sé lo que está pensando’, así que llega un punto en el que se vuelve ridículo. Ver a otras personas teniendo sexo nunca va a ser tan espectacular. Es extraño cuando hay tanta expectativa al respecto. Pensás: ‘Dios mío, espero que esté a la altura’. Lo más difícil fue evitar la clasificación R (que determina que la película está “restringida” para menores de 17 años). Es curioso cuando la gente habla de las escenas de sexo del libro porque no las hay. ¡Volvé a leerlo! ¡Siempre se desvanecen a negro!”.
Asimismo, el actor aseguró que no fue “tan romántico” como aparentaba. Si bien mostraban “el romance de la habitación” y un paradisíaco destino de playa, tuvieron que filmar varias escenas de besos en el agua, las cuales él no disfrutó en lo absoluto. ¿El motivo? Las olas. “Intentábamos besarnos, pero calculábamos mal la fuerza de la marea, así que fue una de las cosas más difíciles que tuve que hacer en mi vida”, admitió, dando cuenta que lo que es idílico en la pantalla, puede ser un tormento en la realidad. “Había olas enormes y Kristen y yo estábamos de pie sobre cajas atadas a la orilla. ¡Dios mío, era absolutamente imposible!“, reconoció. Sin embargo, destacó un aspecto positivo: como rodaron esas escenas en el Caribe ”el agua estaba caliente».
En varias ocasiones, el protagonista de Agua para elefantes (Water for Elephants), admitió su disconformidad con el personaje que interpretó en la saga de vampiros. Definió a Edward Cullen como una persona “ridícula que existe y es increíble en todo”. En una entrevista con Empire en 2008, admitió sin vueltas que cuanto más leía el guion más odiaba al personaje y fue así como decidió interpretarlo: “Como un maníaco-depresivo que se odia a sí mismo”.