El último partido de Carlos Tevez como entrenador de Independiente fue ante Talleres. El destino y las vueltas del fútbol hicieron que ahora vuelva al estadio del Diablo dirigiendo al conjunto cordobés. Cuando la voz del estadio lo nombró, hubo aplausos y silbidos de la gente local repartidos por igual. La mitad le agradece haber agarrado en un momento bravo y haber sacado al equipo del fondo; la otra parte no le perdona la elección de malos refuerzos y no haber dado el salto para pelear un campeonato. Eso sí, recibió los saludos de Rey, Marcone y Avalos, referentes rojos.
En la previa había incertidumbre por cómo iba a recibir el público rojo a Carlitos. Es que Avellaneda amaneció con un pasacalle hostil en una esquina cercana al estadio que decía “Teve$ llevate a Toloza y Quiñónez a Córdoba”, en alusión a dos jugadores que llegaron en su ciclo y que no estuvieron a la altura del club. Santiago Toloza, de hecho, rescindió su contrato y se fue a Platense donde fue parte del plantel campeón del Apertura, mientras que el ecuatoriano está cedido en Barcelona de Guayaquil.
Pero cuando se abrieron las puertas de la cancha, un mensaje de la “barra oficial” estaba colgado del alambrado de la Tribuna Norte: “Gracias Carlitos”. Así de encontradas eran las opiniones de los hinchas también en las redes sociales apenas se supo que Tevez volvería a pisar Avellaneda luego de su partida en agosto pasado.
Es que su era había arrancado con todo, inyectando motivación a varios futbolistas que estaban de capa caída. El Apache levantó en un primer momento a equipo y lo sacó del pozo. Lo hizo olvidarse de la pelea del descenso y lo inspiró a mirar hacia arriba nuevamente. Pero no pudo dar ese salto para pelear un título. De hecho, en ambas Copas de la Liga se quedó en la primera fase, sin clasificar a los playoffs.
Sus números finales fueron positivos: dirigió al Rojo durante casi nueve meses, en los cuales ganó 14 partidos, empató 12, y perdió 6, habiendo cosechado el 56,25 por ciento de los puntos disputados. De todos modos, el sabor de boca que quedó fue agridulce.