Para los católicos realizar una novena consiste en rezar durante nueve días por alguna intención o para prepararse para una celebración destacada desde el punto de vista religioso. Pueden ser días consecutivos o, por ejemplo, durante nueve lunes o viernes.
El origen de esta práctica es la primera novena que comenzó el jueves de la Ascensión de Jesucristo: un tiempo de oración perseverante de María y de los Apóstoles en el Cenáculo de Jerusalén a la espera de la venida del Espíritu Santo, en Pentecostés.
Existen muchas novenas y una de las más conocidas es la realizada a la Virgen de Lourdes, quien se le apareció a una jovencita francesa el 11 de febrero de 1858 en 18 oportunidades.
En este caso, la tradición indica iniciar la novena el 2 de febrero para concluir los rezos el día 10, antes de las celebraciones dedicadas a esta advocación mariana.
¿Cuál es la oración a la novena de Nuestra Señora de Lourdes?
Santuario de la Virgen en la ciudad de Lourdes donde se le apareció a la niña Bernardita en 1958. Tres millones de personas peregrinan por año a ese lugar santo./ Imagen del sitio de viajes Francia Turismo
La Virgen de Lourdes, por cuyo santuario en las grutas en el sudoeste francés junto a los Pirineos pasan 3 millones de peregrinos al año, es una de las imágenes de la Virgen María más queridas en todo el mundo.
El sitio católico de información ACI Prensa brinda la siguiente novena en su página web:
Primer día
¡Oh, Inmaculada María! Te pedimos humildemente la gracia de que se acreciente más y más cada día nuestra fe, y que obtengas un rayo de luz divina para los que están sentados en las tinieblas del pecado. Extiende más el reino de Dios, destierra de entre nosotros todos los errores, y haz que tengamos siempre como su mayor gloria vivir en la fe de vuestro Hijo y que permanezcamos unidos a la Santa Iglesia Romana hasta el último suspiro. Con este objeto rezamos las siguientes avemarías y deprecaciones.
- (Tres avemarías, añadiendo después de cada una: Virgen de Lourdes, ruega por nosotros)
- (Rezar las avemarías como el primer día y después la oración final: Virgen de Lourdes, ruega por nosotros)
Segundo Día
Santoral del 11 de febrero día de Nuestra Señora de Lourdes./ Imagen de Nuestra Señora en la Gruta de Lourdes donde hizo sus apariciones./ Wikipedia, foto del usuario Dennis Jarvis from Halifax, Canada.
¡Oh, Virgen Inmaculada, Santísima Madre mía! Ya veo las lecciones de vida eterna que me das en la gruta de Lourdes. Me enseñas la práctica de la oración tan recomendada por vuestro Hijo; y en la especial complacencia con que pasas las cuentas del rosario que pende de vuestras manos, mientras Bernardita pasa devotamente las del suyo, me das a entender el agrado con que miras esta hermosa devoción y cuánto te place que tus siervos te honren e invoquen con ella. Así lo haré Señora, y desde hoy me propongo no pasar día alguno sin rezar una parte al menos del santo rosario. Te ruego me mantengas constante en mi propósito y que lo rece siempre con fervor y devoción; te saludo ahora con las siguientes Avemarías y deprecaciones.
- (Rezar las avemarías como el primer día y después la oración final: Virgen de Lourdes, ruega por nosotros)
- (Repetir la oración final del primer día)
Tercer Día
¡Virgen Santísima de Lourdes! agradecido a los innumerables beneficios que por tu mediación he recibido, y especialmente al de haber descendido del cielo a la tierra para llamarme, me ofrezco de nuevo a tu servicio, y te consagro mis potencias y sentidos, prefiriendo mil veces morir antes que ofender a vuestro divino Hijo, mi Redentor y todo mi bien. Confirma Señora mi buen deseo, y hace que sea fiel devoto vuestro en la tierra, para reinar eternamente con vos en el cielo. Y a fin de alcanzar este favor, os saludo con las siguientes Avemarías y deprecaciones.
- (Rezar las avemarías como el primer día y después la oración final: Virgen de Lourdes, ruega por nosotros)
- (Repetir la oración final del primer día)
Cuarto Día
¡Oh, Madre del amor hermoso, del temor y de la santa esperanza! A tus pies vengo lloroso, avergonzado y confuso. Yo soy el que con mis pecados llené de amargura tu corazón y de tristeza tu rostro. Mas no quiero desesperar sabiendo que eres toda benigna y que recibes con entrañas de misericordia a todo el que acude a Vos arrepentido. A Vos acudo, Señora, con el corazón desgarrado por el dolor de mis culpas y resuelto a morir mil veces antes que volver a cometerlas. Vuelve hacia mí tus ojos misericordiosos y sálvame. Mira también compasiva a todos los pecadores y atráelos a la gracia de tu Santísimo Hijo. Por la conversión y salvación de ellos rezo las siguientes Avemarías y deprecaciones:
- (Rezar las avemarías como el primer día y después la oración final: Virgen de Lourdes, ruega por nosotros)
- (Repetir la oración final del primer día)
Quinto Día
Oración a la novena de Nuestra Señora de Lourdes. Santoral del 11 de febrero./ Imagen: AICA.
¡Santísima Virgen María, Madre mía! A vos me llego fatigado y sin fuerzas de tanto luchar con las adversidades de la vida. Mi corazón, cual frágil navecilla, es llevado por los vientos de las tribulaciones a merced de las olas desenfrenadas de los vaivenes del mundo y corre a cada momento peligro de dar en los escollos del pecado o en el abismo de la desesperación. A ti levanto mis ojos que eres la Estrella de los mares; muéstrame el rumbo seguro, guía tú misma la nave para que no naufrague en el mar proceloso de las tentaciones y trabajos, sino que llegue al feliz puerto de la salvación eterna. Para conseguir esta gracia os saludo con las siguientes Avemarías y deprecaciones:
- (Rezar las avemarías como el primer día y después la oración final: Virgen de Lourdes, ruega por nosotros)
- (Repetir la oración final del primer día)
Sexto día
Postrado ante el trono de vuestra majestad, Dios mío, yo imploro tu piedad y misericordia. Vengo a Vos arrepentido, como el hijo pródigo, por haberme alejado de Vos por el pecado, y quisiera borrar con mis lágrimas y aún con mi sangre las ofensas que os he hecho. ¡Perdón! Señor; no lo merezco, porque muchas veces he despreciado tu gracia y reincidido en las mis culpas; pero en este día siento movido mi corazón con especial arrepentimiento de mis pecados, y deseos de no volverlos a cometer jamás. Vos, Madre de misericordia, que no quieres la muerte del pecador, sino que se convierta y viva; Vos que me amonestaste por medio de Bernardita que haga penitencia de mis pecados, Vos ayúdame a hacerla digna y cumplida de todos ellos. Y para que me alcance la gracia de no volverlos a cometer, rezo las siguientes Avemarías y deprecaciones.
- (Rezar las avemarías como el primer día y después la oración final: Virgen de Lourdes, ruega por nosotros)
- (Repetir la oración final del primer día)
Séptimo Día
¡Santísima Virgen María, Madre mía! Acercándome ya al final de esta novena que estoy celebrando en obsequio y honor tuyo, no quiero resistir más a los llamamientos interiores que me incitan a sellarla con una buena confesión de todas mis culpas. Sí, quiero confesarme bien para recibir dignamente a tu Santísimo Hijo el último día de la novena. Vos, Señora que me inspiras este deseo, dame gracia para practicarlo, a fin de que mi confesión sea grata a los divinos ojos, y mi alma quede enteramente purificada, y lleve en adelante una vida perfectamente cristiana y conforme con los preceptos de la ley divina. Con este objeto os rezo las siguientes avemarías y deprecaciones:
- (Rezar las avemarías como el primer día y después la oración final: Virgen de Lourdes, ruega por nosotros)
- (Repetir la oración final del primer día)
Octavo Día
Miles de peregrinos llegan a Lourdes, en los Pirineos franceses todos los 11 de febrero, día de la Virgen de Lourdes./ Imagen: AFP.
¡Oh, Inmaculada María, toda hermosa, pura y sin mancha desde el primer instante de vuestra Concepción! Alcánzame la pureza de alma y cuerpo, y la limpieza de toda culpa, para que pueda acercarme dignamente al Santísimo Sacramento del altar. Si el ciervo sediento corre presuroso a las aguas cristalinas para apagar su sed, sedienta se halla mi alma, por acercarse a ese Sacramento de bondad y de amor. Obtenedme, Virgen Santa, tal gracia al recibir mañana a vuestro Santísimo Hijo en la comunión, que jamás llegue a echarlo de mi alma por el pecado, porque sin Jesús, que es mi vida, mi dicha y todo mi consuelo, no puedo vivir, ni tener paz en mi corazón. Para conseguir esto os saludo con las siguientes Avemarías y deprecaciones.
- (Rezar las avemarías como el primer día y después la oración final: Virgen de Lourdes, ruega por nosotros)
- (Repetir la oración final del primer día)
Noveno Día
¡Inmaculada y Santísima Madre de Dios! Altísimas lecciones me diste en esta novena; saludables y amorosas invitaciones he recibido; no quiero ser ingrato ni obstinado. Decididamente me propongo servir a Dios con fidelidad, amarle con todo el afecto de mi alma, y honrarte a ti como a Madre mía queridísima. Imprime estos efectos en mi corazón para que jamás los olvide; obtenedme la gracia de perseverar constantemente en estos Santos pensamientos hasta exhalar el último suspiro de mi vida, mereciendo, ahora y siempre vuestra protección, hasta que tenga la dicha de gozar en el cielo de las infinitas delicias, que Dios tiene preparadas para los que le aman. Y a fin de que estos mis propósitos os sean más aceptables, te saludo con las siguientes Avemarías y deprecaciones
- (Rezar las avemarías como el primer día y después la oración final: Virgen de Lourdes, ruega por nosotros)
- (Repetir la oración final del primer día)
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