Más allá del “hype” y las exageraciones que rodean a la Inteligencia Artificial, lo cierto es que su uso crece rápidamente entre los argentinos y empieza a transformar algunas prácticas cotidianas.
Pero mientras el debate público se concentra principalmente en los efectos -aún inciertos- sobre la educación, un fenómeno silencioso avanza en el mundo laboral argentino: los profesionales usan cada vez más estas herramientas, pero casi siempre sin capacitación ni estrategia por parte de las empresas.
Una reciente encuesta global, en la que participaron 50.000 profesionales de todo el mundo, muestra que casi la mitad de los argentinos (42%) cree que su empresa no los está preparando para usar IA.
Es un porcentaje que supera el promedio de América Latina (34%) y del resto del mundo (32%), según el informe Talent Trends 2025 de la consultora de origen británico Michael Page, una de las más grandes en Recursos Humanos, especializada en mandos medios a ejecutivos.
Talent Trends 2025. Encuesta global del mercado profesional de la consultora Michael Page.
El informe señala que, en apenas un año, los argentinos casi duplicaron el uso de herramientas de IA. Sin embargo, la formación profesional para manejarlas en el ámbito laboral, de manera estratégica, no acompañó ese crecimiento.
Talent Trends 2025. Encuesta global del mercado profesional de la consultora Michael Page.
Muchos empleados las usan para automatizar tareas rutinarias, para ganar tiempo en el análisis de datos o para que los ayude en la redacción de un documento o en la toma de decisiones, pero la mayoría lo hace por su cuenta, de forma autodidacta y sin apoyo institucional.
Los riesgos
Lo que muestran estos resultados es que está faltando en el país una visión estratégica en torno a la IA en el ámbito laboral. Y eso puede tener consecuencias.
En un contexto global en el que la productividad depende cada vez más de saber aprovechar estas tecnologías, no contar con profesionales capacitados podría implicar perder competitividad, señalan las voces especializadas.
Es cierto (y entendible) que, ante las urgencias macro, muchas empresas relegan estos temas. Pero sí podría haber una política pública, o al menos una preocupación de las autoridades estatales por crear polos de conocimiento, alianzas con universidades y empresas o incentivos para formar talento en IA aplicada al trabajo.
Lo que está en juego no es solo la eficiencia económica o la competitividad del país. También se juega la posibilidad de que millones de argentinos crezcan profesionalmente y aprovechen mejor las oportunidades de estas nuevas tecnologías.
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Ricardo Braginski
Editor de Sociedad, especialista en Educación [email protected]
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