Misiones
Acidez y daño hepático figuran entre los efectos
Alertan que el uso de suplementos dietarios sin control médico puede dañar la salud
Cada vez más personas recurren a suplementos dietarios sin realizarse análisis ni consultar al médico. En muchos casos, lo hacen motivadas por el deseo de verse mejor o sentirse con más energía, a partir de recomendaciones en redes sociales o del entorno. Esta conducta puede provocar efectos adversos, interferir con tratamientos o dificultar el diagnóstico de enfermedades.
En este sentido, la médica general y especialista en Medicina Familiar Susana Irrazábal Bonetto explicó los riesgos de esta tendencia y la importancia de acompañar el consumo con estudios previos y supervisión profesional.
“Cada vez más personas llegan al consultorio ya consumiendo suplementos, especialmente colágeno, vitamina C o multivitamínicos, muchas veces por recomendación de redes sociales o conocidos, sin estudios previos ni orientación profesional”, observó Irrazábal Bonetto.
Según explicó, los productos que más se consumen sin indicación son la vitamina C, el colágeno hidrolizado, la melatonina, el ácido hialurónico oral, la vitamina D y los multivitamínicos.
“El colágeno se volvió muy popular, pero pocos saben que para que el cuerpo lo produzca necesita ciertos aminoácidos como glicina, prolina y lisina, además de vitamina C como cofactor indispensable para la síntesis de fibras de colágeno”, señaló la especialista.
Además, indicó que el ácido hialurónico se genera naturalmente a partir de dos azúcares principales, por lo que una dieta con frutas, verduras, legumbres y cereales integrales resulta más eficiente que ingerirlo en cápsulas. En relación con la melatonina, sostuvo que antes de suplementarla habría que revisar hábitos como el uso de pantallas antes de dormir, aunque destacó que tiene beneficios cuando existe una sospecha clínica de déficit.
“Muchas decisiones se toman más por lo que dice un influencer que por lo que indica un profesional de salud. Lo natural, lo ‘antiage’ o lo que se asocia a belleza vende, pero eso no significa que sea seguro o útil en todos los casos”, expuso la médica.
A su vez, recalcó que los suplementos no están exentos de efectos adversos. En el caso de la vitamina D, su consumo sin estudios puede producir hipercalcemia, una condición peligrosa por el aumento del calcio en sangre. También advirtió que muchos multivitamínicos contienen dosis superiores a las recomendadas, lo cual puede derivar en síntomas como manchas en la piel o alteraciones digestivas. “No es inocuo ‘por si acaso’. A veces los pacientes sin saber toman más de un multivitamínico y las dosis se van sumando”.
Entre los efectos más frecuentes, mencionó la acidez, la gastritis, la diarrea o incluso el daño hepático o renal, según el suplemento y su combinación. También alertó que el uso excesivo puede enmascarar síntomas de enfermedades o crear una falsa sensación de bienestar.
“Que algo sea natural no significa que sea seguro en cualquier dosis o contexto. La clave está en la dosis, la indicación y la necesidad real”, afirmó Irrazábal Bonetto.
Asimismo, comentó que es habitual que los pacientes lleguen tomando entre cuatro y cinco productos diferentes sin saber sus componentes ni posibles interacciones. Estas combinaciones pueden alterar la absorción de ciertos nutrientes o generar competencia entre ellos, reduciendo su eficacia.
Además, especificó que hay vitaminas que deben tomarse con alimentos grasos o con un medio ácido para mejorar su absorción, como es el caso de la vitamina C. También señaló que el magnesio puede producir acidez o diarrea en algunas personas, dependiendo del contexto y del estado de salud individual.
“Cuando hay déficit confirmado por análisis o riesgo aumentado, como en personas mayores, embarazadas, veganos, pacientes con enfermedades intestinales, entre otros, el suplemento está indicado”, indicó la profesional.
La suplementación es necesaria en poblaciones específicas como embarazadas, mayores de 60 años o personas con dietas restrictivas, celiaquía o enfermedades crónicas. En esos casos, puede indicarse ácido fólico, vitamina D o B12.
En esa línea, sostuvo que los estudios necesarios incluyen hemogramas, perfiles vitamínicos y minerales, función renal y hepática, y en algunos casos, evaluación hormonal. Además, los déficits pueden sospecharse ante síntomas como fatiga persistente, caída del cabello, uñas frágiles, piel apagada o lesiones en la boca, aunque lo más recomendable es confirmar con análisis. “La suplementación no reemplaza hábitos. Ningún comprimido puede compensar una dieta pobre, el estrés crónico o la falta de sueño”, subrayó la médica general.
En cuanto a la absorción, aclaró que no siempre el cuerpo aprovecha todo lo que se consume. Depende de la forma química del nutriente, del estado del intestino, la hora de ingesta y otros factores. Una vez que se llenan los depósitos de un mineral, el resto se elimina. “El médico debe orientar, educar y evitar excesos o usos innecesarios. También ayudar a interpretar análisis y guiar el uso responsable de suplementos”.
Además, recalcó la importancia de trabajar en conjunto con nutricionistas. Antes de iniciar un suplemento, es clave saber si se necesita, en qué dosis, por cuánto tiempo y si hay contraindicaciones o interacciones con otros medicamentos.“No todo lo que está de moda es adecuado para todos. Cada cuerpo es distinto. Informarse, consultar y no seguir modas a ciegas es un acto de cuidado personal”, concluyó la médica.
Control con nutricionistas
En los últimos años, la demanda de suplementos creció en la práctica nutricional y los productos más consumidos van desde vitaminas hasta creatina, magnesio o colágeno. “Hay un aumento en el consumo de suplementos, y con más frecuencia se consume la creatina”, advirtió la nutricionista Carina González.
De igual manera, señaló que el uso sin supervisión puede generar reacciones adversas como alergias en el caso del ácido hialurónico o infecciones en la zona donde se lo utilice. También mencionó que el colágeno y el magnesio pueden causar complicaciones neuromusculares o renales, al elevar los niveles de ácido úrico.
Sobre algunos productos que son ofrecidos en redes sociales y prometen mejorar la energía o ayudar en la pérdida de peso, aclaró que “estos productos pueden causar algunos inconvenientes en las personas, como el efecto rebote luego de dejarlos, con el consiguiente aumento de peso. También algunas intolerancias o reacciones alérgicas a determinados componentes”.
Asimismo, remarcó que pueden producir un aumento en la carga renal, lo que exige un trabajo mayor del riñón, sobre todo si no hay necesidad concreta de suplementar. “Nunca los suplementos pueden reemplazar a una alimentación equilibrada, ejercicio y un descanso adecuado”, sostuvo la profesional.
De manera complementaria, diferenció los alimentos reales de los suplementos vitamínicos, y afirmó que la biodisponibilidad en los primeros es mayor, ya que se absorben y utilizan con mayor eficacia. En los suplementos, en cambio, depende de su forma, la presencia de otros nutrientes y la presentación.
“La sobredosis también es otra diferencia: con el consumo de alimentos reales no hay riesgo, en cambio, al consumir suplementos puede haber efectos por sobredosis”, destacó González.
Del mismo modo, señaló que el consumo aumentó por la influencia del marketing en redes y medios, ya que muchos suplementos son de venta libre. “Es impresionante cómo la población interpreta que todos los pueden consumir, pero es fundamental consultar a un profesional”, expresó González.
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