La derrota de Boca contra Atlético Tucumán es un golpazo para Russo y compañía. Quedar afuera de la Copa Argentina tiene doble efecto inmediato: por un lado el dolor de cualquier eliminación del torneo y por el otro, que uno de los caminos para volver a la ansiada Copa Libertadores ya no se puede transitar.
Boca viene jugando mal y los resultados lo demuestran. El tema es que mientras se analizan y trabajan las causas de esta debacle general, al equipo ahora le quedan dos chances para clasificarse a la Libertadores que hace dos años no se le dan: salir campeón del torneo o, al menos, terminar entre los tres primeros de la tabla anual.
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