Tanto el clima nublado como la lluvia pueden tener un impacto en la salud mental. Existe investigaciones que demuestran que este tipo de días pueden provocar tristeza y falta de energía.
Sin embargo, existen personas que se ven afectadas de forma positiva por estas condiciones climáticas.
Qué es la pluviofilia
«Filia» viene del antiguo griego y está formado por «philos», que significa amor, y el sufijo «ia», que se refiere a cualidad. De ahí viene la palabra «philia» («filia») que representa la cualidad de sentir amor por una situación, un objeto o práctica determinada.
De acuerdo con la Real Academia Española (RAE), «filia» es el antónimo de fobia. Se trata de experiencias contrarias: la primera representa el amor o afición por algo, mientras que la segunda es una aversión exagerada a algo o alguien.
«Pluvio» viene de «pluvial», que es perteneciente o relativo a la lluvia. De esta manera, podemos entender a la «pluviofilia» como el amor o atracción especial a la lluvia y todo lo relacionado a ella.
«Pluviofilia» es el nombre que utilizan quienes sienten amor por la lluvia y lo que conlleva. Foto: Clarín
Cuáles son las características de la pluviofilia, según la psicología
Si bien no hace referencia a una categoría clínica formal, la pluviofilia se inclina por todas aquellas circunstancias que permiten disfrutar de la lluvia a través de la vista, del olfato o del tacto.
- Estar cerca de una ventana cuando llueve: no necesariamente se encuentra el placer estando bajo la lluvia. Estar detrás de una ventana también puede favorecer el disfrute. Ver las gotas caer, contarlas y ver cuál cae primero son algunas de las actividades que realizan quienes se consideran «pluviófilos«.
- Preferir el cielo gris: se suele pensar que los factores climáticos afectan de forma negativa a las personas. Sin embargo, en la pluviofilia es todo lo contrario. El cielo nublado los ayuda con un mejor estado de ánimo, a diferencia de los días soleados.
- La experiencia de estar bajo la lluvia: quienes no disfrutan de mojarse ven a la lluvia como un enemigo y buscan evitar enfermarse. Pero en este caso particular, estar bajo la lluvia puede transmitir una sensación de libertar y seguridad.
- Escuchar el sonido de la lluvia: aun sin la presencia de la pluviofilia su sonido puede resultar placentero. Por un lado, al escucharlo desde la comodidad del hogar puede generar resguardo y protección. Por otro, la intensidad de las gotas al caer y los truenos pueden ser confortantes.
- El olor luego de la lluvia: el olor que se percibe en la calle durante y luego de la lluvia les resulta agradable e, incluso, refrescante.
Los fanáticos de la lluvia muchas veces prescinden de paraguas. Foto: Luciano Thieberger