A medida que crece el escándalo por las irregularidades durante el examen para el ingreso a las residencias en salud que unos 10.000 profesionales rindieron hace tres semanas, también lo hace la complejidad de la decisión a tomar por las autoridades para resolverlo. La decisión impactará en la calidad de médicos que atenderán a la población en los próximos cuatro años. Pero, ¿qué son las residencias y en qué consiste el examen de ingreso?
El sistema nacional de residencias es un mecanismo de formación de posgrado considerado esencial para que un egresado de carreras de ciencias de la salud adquiera habilidades del trabajo cotidiano bajo la supervisión de profesionales en centros de salud públicos y privados con programas habilitados por la autoridad sanitaria nacional. Hacer la residencia no es obligatorio en el país para el ejercicio profesional una vez obtenido el título universitario, que habilita a obtener la matrícula en la jurisdicción donde se va a trabajar.
En los últimos años fue disminuyendo el interés de los egresados argentinos a seguir la residencia dada la baja remuneración para jornadas con alta demanda, estrés y poco descanso. A la par, fue creciendo la inscripción de extranjeros, sobre todo de la región y con título de universidades de otros países homologados o que llegan a cursar la carrera a facultades de medicina o ciencias de la salud en la Argentina. Esa tendencia terminó por reflejarse en la cantidad de vacantes que quedaban sin cubrir, sobre todo en especialidades críticas, como pediatría, neonatología o terapia intensiva.
Instituciones del sistema de salud público y privado ofrecen residencias en distintas disciplinas. Al completarlas, los profesionales reciben el certificado de especialista. El ingreso es a través de concursos, con distintas características, aunque en todos los casos se tiene en cuenta el promedio obtenido en la carrera y un examen que refleja la integración del conocimiento adquirido.
Entrevista personal
Hay concursos que incluyen, también, una entrevista personal para sumar a un promedio final en esa competencia por acceder a una vacante para un programa que dura cuatro años. Universidades, provincias, la Nación, fuerzas armadas y de seguridad y centros del sistema privado, entre otros, tienen concursos para cubrir las vacantes que financian en sus instituciones de salud o institutos.
Desde 2011, en el país se toma el Examen Único, que elabora, coordina y supervisa un área dentro del Ministerio de Salud de la Nación. Es la actual Dirección Nacional de Calidad y Desarrollo del Talento en Salud, tras la renovación del nombre. Esa prueba es anual y sirve para unificar desde el proceso de inscripción hasta el cronograma y el examen escrito de ingreso.
Su importancia reside en que permite cubrir la mayoría de los cupos en el país para unas 70 especialidades de medicina y todas las especialidades de bioquímica y enfermería. Otras profesiones y las residencias posbásicas –en una especialidad tras completar la residencia básica– tienen sus exámenes por separado, según sea el concurso que se elija.
Los postulantes al Examen Único obtienen un puntaje final que los ubica en un ranking de orden de mérito que les permite están en mejor o peor posición para elegir el lugar donde seguir la formación de posgrado. Este año, se inscribieron 13.476 profesionales y se presentaron finalmente 9199 a rendir el 1° de julio en las 28 sedes habilitadas en el país para cubrir 7687 vacantes en más de
Para poder participar, el postulante tiene que estar inscripto y habilitado para rendir en el concurso por el que se presenta. Los concursos, a la vez, tienen que estar adheridos al Examen Único. Por ejemplo, la ciudad de Buenos Aires, la Provincia de Buenos Aires y la Nación ofrecen sus vacantes en un Concurso Unificado, que, a la vez, participa del Examen Único para la calificación de la evaluación de conocimientos que se computa con el promedio de la carrera para el orden de mérito.
Examen nacional
Ese examen nacional comenzó como una herramienta para las provincias del sur del país –seis inicialmente– y se terminó de extender en 2019 a casi la totalidad, además de universidades nacionales, instituciones y el sector privado.
El Ministerio de Salud nacional difunde el cronograma, los postulantes habilitados a rendir y las notas que, luego, se utilizan en cada concurso para adjudicar las vacantes disponibles de acuerdo con un orden de mérito final.
Este año, Salud tuvo en cuenta un reclamo que desde hace varios años tienen egresados de universidades argentinas, incluidos profesionales que lo hicieron con medalla de oro. Era por la desventaja en el ranking final con respecto de colegas extranjeros por diferencias en los sistemas de evaluación y calificación en la carrera en universidades de la región. Para compensar esa diferencia, el ministerio dispuso sumar cinco puntos adicionales al puntaje final de egresados en universidades del país, más allá de la nacionalidad. Eso equivale a responder bien unas 10 preguntas del examen.
Las irregularidades en los resultados del Examen Único para medicina en la sede de la Villa Olímpica porteña podrían ser una respuesta “masiva y organizada”, como la definen en el ministerio a cargo de Mario Lugones, a ese cambio en el cálculo para el ranking final.