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Los granos de choclo o maíz son nutritivos y están presentes en la dieta de la mayoría de los argentinos, a excepción de aquellos que tienen restricciones alimentarias. Puede que parezca un alimento inofensivo, pero lo cierto es que a nuestro organismo se le hace incapaz de poder degradarlo. Pero, ¿por qué?
Si alguna vez notaste que luego de evacuar había presencia de granos enteros en la materia fecal, no es que exista un problema grave, sino que esto se debe a la propia composición química del vegetal que se adaptó genéticamente para resistir diversas inclemencias del exterior.
Los granos no se digieren en el intestino debido a que tienen una capa protectora de celulosa, que los hace más fuertes frente a sequías o plagas. Sin embargo, nuestro cuerpo no cuenta con las enzimas ni las bacterias necesarias para degradar completamente el alimento. Es por esta razón que en la materia fecal parecen quedar intactos.
Según dijo, a la revista Insider, Chelsea Amengual, gerente de programación y nutrición de fitness en Virtual Health Partners, puede pensarse al choclo como un “dispositivo rastreador del sistema digestivo del cuerpo”. Y, si se consume en la cena, es probable que al día siguiente se hallen algunos granos en nuestros desechos.
Cabe destacar que la nutricionista indicó que un proceso más lento de la digestión puede ser favorable para otros sistemas, como el circulatorio, al tiempo que contribuye al corazón, ya que no demanda un uso repentino de la energía. Incluso aumenta el volumen de las deposiciones y aliviar el estreñimiento.
La celulosa, que protege el almidón del choclo, corresponde el 10% y el otro 90% restante está compuesto por nutrientes útiles para el organismo. Por este motivo se sugiere el consumo de este alimento, siempre y cuando no exista una contraindicación médica.
La capa de celulosa, cabe aclarar, puede romperse. Cuando se ablanda en alguna receta o se mastica, generar un debilitamiento en la membrana que permite digerirse parcialmente. Por este motivo, en algunos casos se sugiere cocinar los granos y luego procesarlos.
Entonces, ¿es beneficioso comer choclo? ¿Con cuánta frecuencia se recomienda hacerlo? Desde la Facultad de Medicina Johns Hopkins, la nutricionista Sofia Wicker Velez, explicó que es un producto libre de gluten y bajo en grasa.
La experta recomienda consumir los granos naturales, sin un procesamiento previo, ya que no tienen azúcar agregada ni otros aditivos. Además, tiene una composición química rica en vitaminas C, B y A, potasio, magnesio, luteína y zeaxantina -que favorecen la visión y la salud ocular- y fibra. Esta última “actúa como prebiótico, nutriendo y favoreciendo el crecimiento de bacterias intestinales saludables”.
Y añadió: “La fibra soluble del maíz se descompone y forma un gel en el intestino, lo que puede contribuir al control del colesterol”.
Otro aporte es el fósforo, mineral necesario para el desarrollo de células y la reparación de las mismas. Influye en la producción y almacenamiento de energía y colabora en el desarrollo de proteínas de crecimiento.
Los derivados del choclo, también son sugeridos, como la polenta, la harina de maíz o el jarabe, siempre y cuando no tengan excesos en grasas, azúcares y sodio, que podrían transformarse en un enemigo para el organismo.
Es preciso mencionar que, ante cualquier duda, acudas a un nutricionista de confianza para conocer cuál es tu respuesta al consumo de este alimento.
