Iguazú (LaVozDeCataratas) Gracias al trabajo de los especialistas de la Fundación Azara, que administra el centro ubicado en Iguazú, el ave fue intervenida, recuperada y finalmente después de un año fue liberada en su hábitat natural.
El Micrastur ruficollis es un halcón de pequeño tamaño que se desplaza entre las copas y estratos medios del monte misionero. Su presencia es un indicador de buena salud ambiental, y su conservación es clave para el equilibrio ecológico de la región.
Desde la Fundación Azara remarcaron la importancia de la rehabilitación de fauna silvestre como parte de un enfoque más amplio de conservación. Además, recordaron a la comunidad la necesidad de evitar el tráfico y la tenencia ilegal de animales silvestres, una de las principales causas por las que muchos ejemplares llegan al centro.