Aunque parezca algo simple, usar el mismo perfume todos los días tiene un significado más profundo del que imaginás. Según la psicología, esta acción representa más que una preferencia olfativa.
Refleja rutinas emocionales, conexiones con la identidad personal y una necesidad inconsciente de estabilidad. La psicóloga Marta Sarmiento explicó que esta conducta responde a la relación entre el olfato y el sistema límbico.
Qué explica la psicología sobre usar el mismo perfume todos los días
La costumbre de repetir una fragancia no solo se vincula al gusto. Implica una forma de consolidar la identidad, generar seguridad emocional y establecer una presencia constante ante uno mismo y los demás.
Esto explica el porqué de los reiterados usos de perfumes durante lo cotidiano, que puede significar la creación de hábitos emocionales difíciles de romper.
Además, el cerebro se habitúa al olor y reduce su percepción con el tiempo, lo que incrementa la comodidad sensorial en las personas.
Las elecciones de perfume tienen un componente cultural, pero también íntimo. Foto: Freepik.
Por qué el perfume también define cómo nos vinculamos
Además de su impacto emocional, el perfume cumple una función social. Elegir siempre el mismo aroma construye una identidad perceptible para los demás. Según Sarmiento, este olor actúa como una huella reconocible que otros asocian directamente con una persona.
La repetición crea un puente entre el yo interno y el entorno. En ciertos vínculos, el perfume genera recuerdos que se activan incluso en ausencia.
Oler igual cada día puede ser una forma de mantenerse emocionalmente centrado. Foto: Freepik.
Por eso, cuando alguien cambia de fragancia, puede sentirse ajeno a sí mismo o provocar una reacción en quienes lo rodean. No es solo un hábito: es una forma de permanencia simbólica.
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