Tal como se esperaba, la llegada de fin de mes aceleró la suba del dólar oficial, que cerró en el segmento minorista a $ 1.380. Se trató de un salto adicional de 4%, que reflejó nuevamente un fuerte desbalance entre la escasa oferta de divisas por parte del sector agropecuario y una demanda que se mantiene firme.
El ministro de Economía Luis Caputo prefirió resaltar la mejora del tipo de cambio real -que ya se acerca al 20%- sin que se haya producido traspaso a la inflación. Sin embargo, prefirió no mencionar que hasta hace pocos días el Gobierno había salido a defender a capa y espada un techo de $ 1.300 para el dólar oficial. Ese valor fue literalmente pasado por arriba en esta última semana.
A partir de este nuevo salto del tipo de cambio, surgen varias consideraciones. La primera es que la cotización se acerca al techo de la banda cambiaria, que actualmente se ubica en alrededor de $ 1.460, o sea a una distancia de apenas 6%. En el mercado muchos se preguntan si se terminará testeando ese nivel, lo que obligaría al BCRA a vender.
El escenario es indudablemente opuesto al que esperaba el Gobierno, que en todo momento habló de salir a comprar dólares cuando la cotización toque el piso de la banda, algo que hoy parece ciencia ficción.
Otra de las cuestiones a dilucidar y que se sabrá en las próximas horas es cuánto perdió el Central por haber vendido contratos de dólar futuro a fin de julio a precios inferiores a $ 1.300. El pago de esos contratos a los inversores se realizará con emisión monetaria.
Al mismo tiempo, en la medida que el tipo de cambio no retroceda habrá que ver si se mantiene un traspaso casi nulo a precios. Por lo pronto, habrá más presión para incrementos adicionales en el valor de los combustibles, lo que podría desencadenar ajustes de precios a nivel mayorista a lo largo de agosto.
Y otro de los temas centrales para seguir de cerca es hasta qué punto ayudará o no la fuerte suba de tasas que se definió en la última licitación del Tesoro. Las Lecap colocadas tienen un rendimiento superior al 60% anual o una tasa mensual que se acerca al 5%.
Con este esquema, ahora la expectativa oficial es que con un tipo de cambio que se acerca al techo estipulado con el FMI y tasas muy altas, se detenga la presión sobre el dólar.
Lo que no dio resultado luego de la última suba de tasas, ahora sí podría darlo. La diferencia es que ahora el Gobierno se compromete a que el tipo de cambio permanezca con un techo cercano a $ 1.460. En otras palabras, la suba del dólar está bien acotada según el acuerdo firmado entre Argentina y el FMI.
La certeza de que el dólar ya no tiene mucho recorrido alcista es lo que podría volver mucho más efectiva la política de tasas altas. Si se cumple con la promesa de impedir un incremento del dólar más allá de los niveles estipulados, entonces no tiene mucho sentido financiero en los próximos meses acumular divisas.
Por lo tanto, las elevadas tasas fijadas por el Tesoro para las Lecap deberían ser lo suficientemente atractivas como para suavizar la presión cambiaria. Sin embargo, no será tan fácil lograrlo en el cortísimo plazo: a partir de hoy con el pago de sueldos es posible que muchos opten por dolarizarse, sobre todo teniendo en cuenta la cercanía de las elecciones legislativas.
Por el momento el atesoramiento se mantiene muy firme. Desde que se levantó el cepo cambiario la dolarización por parte del público ya había acumulado USD 7.000 millones hasta junio y posiblemente sobrepasó los USD 10.000 millones contando lo sucedido en julio.
(Fuente: Infobae)