Lo dice un informe del Gobierno: la mitad de las rutas nacionales fueron relevadas por Vialidad Nacional en 2024 y, a su vez, la mitad de los kilómetros de esos caminos están en regular o mal estado. Los resultados de las recorridas por los casi 40.000 kilómetros que tiene la red de corredores viales se terminarán de procesar este mes.
La falta de inversión (obra) pública, hasta tanto no se concesionen las rutas a empresas privadas (las «privatizaciones», que avanzan lento) o Nación no transfiera la potestad a las provincias, empeora el cuadro, aunque ayuda al Gobierno a tener superávit fiscal y bajar la inflación.
Cómo están las rutas en Argentina
El relevamiento de la Dirección Nacional de Vialidad, que el Gobierno quiere cerrar aunque la Justicia por ahora se lo impide, evaluó el 48,1% de los 39.854 kilómetros que tiene la red de corredores viales, tanto los cerca de 10.000 kilómetros de autopistas en manos de privados como el resto, de los que se encarga el Estado.
Allí, detectó que casi 9.100 kilómetros de rutas nacionales -un 47,5% del total evaluado- se encuentra en buen estado; cerca de 4.500 kilómetros -23,5%- está «regular»; y unos 5.500 kilómetros, el otro 29%, está «mal». Se espera que a lo largo de agosto se terminen de analizar los otros casi 20.000 kilómetros para tener un panorama completo.
Estado de las rutas nacionales en 2024 y evolución previa, según reportes de Vialidad. Fuente: Instituto Argentina Grande (IAG).
Los niveles de evaluación de la primera etapa fueron bajos en Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Neuquén, Tucumán, Salta y Santa Cruz, donde hay una alta actividad de la logística vinculada al agro, la energía y la minería.
Sin embargo, un seguimiento parcial contra los datos de años anteriores permite concluir que el estado de las rutas va empeorando, tras meses con bajísima inversión pública en el mantenimiento.
Según observó el Instituto Argentina Grande, que conduce Gabriel Katopodis -ex ministro de Obras Públicas del gobierno de Alberto Fernández-, «el porcentaje de rutas rutas en mal estado llegó al 29%, cuando en la medición anterior, de 2022, era de 23%«. «La proporción de las que se encuentran en estado regular aumentaron de 22,1% a 23,5%», agregó el instituto, basado en estadísticas oficiales.
«Mientras tanto, el porcentaje de rutas en buen estado en el mismo periodo cayó del 54,9% al 47,5%. Esto coincide con un freno casi total a la inversión pública en rutas. Los gastos de capital cayeron, en promedio, un 82% en términos reales y en 2025 el gasto de capital sigue sin recuperarse: entre enero y mayo de 2025 se devengó un 75% menos en la red vial que en el mismo período de 2023 (variación interanual acumulada en términos reales)», sostuvo el organismo.
De acuerdo a estimaciones de la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO), el costo de mantenimiento anual del sistema de rutas de la Argentina -nacionales y provinciales- es de 4.213 millones de dólares y el costo de recuperación de la infraestructura actual -en caso de no ser cuidada- llega a los US$ 40.773 millones.
Es decir, que por cada peso ahorrado en obra pública, una vez que se vuelve insegura transitar una ruta el costo de recuperarla se multiplica por 10.
Eduardo Plasencia, ex coordinador de Gestión de Vialidad en el gobierno de Mauricio Macri, publicó en el portal Mapa Rutero que el presidente Javier Milei quiere contratar a empresas privadas para que hagan el mantenimiento de las rutas y el Estado se ahorre unos 100 millones de dólares, pero se pregunta «con qué plata los va a pagar, si mantener las rutas cuesta unos US$ 3.000 millones al año, 30 veces lo que pretenden ahorrar».
Precisamente, el ex funcionario plantea que el Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL), que recauda el equivalente a unos 3.000 millones de dólares anuales, se debe destinar al mantenimiento de las rutas y no a financiar gastos corrientes.
Los riesgos: seguridad y competitividad
La crítica situación de las rutas también genera pérdidas de competitividad e inseguridad vial. En Neuquén se multiplican los choques con muertos en los caminos a los yacimientos de Vaca Muerta. En Salta, la ruta nacional 51 tiene constantes desprendimientos de rocas en verano y obliga a los camiones que prestan servicios para la minería a buscar caminos alternativos más largos.
Santa Fe: instalan carteles que notifican el ingreso a Rutas Nacionales por su «estado catastrófico».
Asimismo, en Santa Fe el gobernador Maximiliano Pullaro señalizó el inicio de los caminos que dependen de la Nación, para marcar que la responsabilidad de la falta del mantenimiento es de Milei y contrastarlo con el estado de las rutas de su provincia.
El subadministrador de Vialidad provincial de Santa Fe, Benjamín Gianetti, explica: «Nación no arregla las rutas y no las cede a provincia. En Santa Fe transitan unos 2 millones de camiones por mes en plena cosecha, no solo del agro sino también de otras economías regionales del país que exportan por el puerto de Rosario».