En los últimos años, el interés por las plantas medicinales creció más de un 60 % en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud. Esto demuestra que cada vez más personas buscan alternativas naturales para cuidar su salud y prevenir enfermedades, sin recurrir de inmediato a fármacos industriales.
Dentro de este resurgir verde, la salvia ocupa un lugar especial. Es una planta aromática con siglos de historia, que fue usada por diferentes culturas tanto en rituales espirituales como en la cocina y en la medicina casera.
Se decía que la salvia ayudaba a purificar ambientes, calmar malestares y mantener la mente clara, algo que hoy la ciencia empieza a estudiar con mayor profundidad.
Pero ¿qué vuelve a esta planta tan especial? ¿Por qué su uso ancestral sigue despertando tanto interés en la medicina actual? Cada vez más estudios buscan entender cuáles son sus efectos en el cuerpo y qué beneficios concretos puede aportar su consumo, más allá de la tradición.
Sus propiedades curativas
Entre otros beneficios, el té de salvia refuerza el colesterol bueno y combate al malo.
Según el sitio especializado Healthline, la salvia es una planta aromática originaria del sur de Europa y parte de Asia, reconocida tanto por su uso culinario como por sus propiedades medicinales.
Perteneciente a la familia de las lamiáceas, comparte parentesco con otras hierbas populares como el orégano, el romero y la albahaca. Aunque por su sabor intenso y terroso suele emplearse en pequeñas cantidades, la ciencia moderna ha descubierto que esas mínimas dosis están cargadas de compuestos beneficiosos para la salud.
Esta planta, disponible en forma fresca, seca o como aceite esencial, concentra una variedad de antioxidantes y nutrientes. Entre ellos se destacan la vitamina K, hierro, calcio y pequeñas cantidades de vitaminas A, C, E y del complejo B.
También contiene ácido rosmarínico, ácido cafeico y flavonoides con propiedades antiinflamatorias, neuroprotectoras y antimicrobianas. Estos elementos han despertado el interés de la investigación médica por su potencial terapéutico frente a diversas afecciones.
Principales beneficios comprobados por la ciencia
Puedes incluir hojas de salvia en salsas, sopas, rellenos y diversos platos.
- Rica en nutrientes esenciales. Una pequeña cantidad de salvia molida aporta un porcentaje significativo del valor diario recomendado de vitamina K, clave para la coagulación sanguínea y la salud ósea. Además, brinda antioxidantes naturales que fortalecen el sistema inmunológico.
- Potente acción antioxidante. Con más de 160 tipos de polifenoles, la salvia ayuda a combatir el daño celular provocado por los radicales libres, reduciendo el riesgo de enfermedades crónicas como cáncer, diabetes y trastornos cardíacos.
- Mejora la salud bucal. Sus efectos antimicrobianos han demostrado ser eficaces contra bacterias responsables de caries y enfermedades periodontales. Estudios con enjuagues a base de salvia revelaron una significativa reducción de la placa dental.
- Alivia síntomas menopáusicos. la salvia contiene compuestos con actividad estrogénica que pueden ayudar a reducir sofocos, sudoración excesiva e irritabilidad durante la menopausia. Una revisión reciente señaló que el consumo de suplementos de salvia logró disminuir la frecuencia de estos síntomas.
- Contribuye al control de la glucosa. Investigaciones preliminares en humanos y animales han demostrado que la salvia puede contribuir a reducir los niveles de azúcar en sangre y mejorar la sensibilidad a la insulina, lo que podría ser beneficioso en casos de diabetes tipo 2.
- Estimulación de la memoria y la concentración. Ayuda a proteger la acetilcolina, un neurotransmisor esencial para la memoria, cuya reducción se asocia con enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Algunos ensayos clínicos hallaron mejoras cognitivas tras el consumo de extracto de salvia.
- Reducción del colesterol “malo”. El consumo regular de infusiones de salvia mostró una baja en los niveles de colesterol LDL y un aumento del HDL, el llamado colesterol “bueno”. Este efecto podría reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
- Potencial anticancerígeno. Ensayos en laboratorio sugieren que el extracto de salvia puede inhibir el crecimiento de células cancerígenas, favoreciendo la apoptosis (muerte celular programada). Aunque los resultados son prometedores, aún faltan estudios en humanos.
- Ayuda a la digestión. Tradicionalmente, la salvia se usó para aliviar diarreas leves y trastornos intestinales. Sus compuestos relajan el músculo liso del tracto gastrointestinal.
- Mejora la calidad de la piel. Gracias a su capacidad antioxidante, la salvia podría retrasar los signos visibles del envejecimiento, como arrugas o pérdida de elasticidad cutánea, según estudios preliminares.
- Fácil de incorporar a la dieta. La salvia puede usarse fresca o seca en infusiones, sopas, salsas y platos horneados. También existen suplementos y extractos disponibles en tiendas naturistas.
Se recomienda evitar su consumo excesivo, especialmente durante el embarazo, lactancia o en personas con afecciones neurológicas. En infusión, se sugiere no superar las 3 a 6 tazas por día.
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