Un ex entrenador de Los Pumas, José Luis Imhoff, aseguraba de los All Blacks, que juegan este sábado en Córdoba ante la Selección: “Te dicen que te están peinando pero te están comiendo el hígado”. O sea: bajo ese aspecto de corrección y de que son los mejores en todo, no dudan, incluso, en pasar los límites con tal de ganar un partido.
No por nada son los históricos mejores del mundo (ganaron el 76% de los partidos que jugaron), más allá de que hoy en la cima esté claramente Sudáfrica.
Los All Blacks ayudaron a levantar un auto estancado en la Ciudad de Buenos Aires.
Esa supremacía habitual, ese combinar lo mejor de los dos mundos del rugby, potencia y habilidad, sumado a cuestiones de marketing generaron que no sea necesario asociar su nombre con ninguna palabra para que hasta doña Rosa sepa de quiénes se trata. Probablemente la señora y toda su familia desconozcan quién es el actual DT o el apertura, pero sí comprenden qué es el haka y hasta reconocen la camiseta del equipo.
La visita a una cárcel con haka incluido.
Sería subestimarlos y hasta menospreciarlos relacionar su fama solo con el deporte, su danza tribal o lo que hacen dentro de la cancha. Porque ser un All Black excede todo eso y hasta los nombres; es una especie de religión, un estilo de vida y un ejemplo.
Ellos “inventaron” eso de que el vestuario visitante se deja en las mismas condiciones en las que se encontró, pasada de escoba mediante. Y si se te queda el auto y necesitás que lo empujen o lo levanten, no llames a la grúa porque lo hacen ellos…
También fueron a la cancha de Boca.
Y también apelan a la sensibilidad y el humanismo cuando visitan un país, como en este caso Argentina. Hace unos años fueron a la ex Villa 31 y este miércoles, el entrenador y un forward visitaron la Unidad Penal 48° de San Martín, donde avisaron que la semana próxima, entre los dos partidos vs. Los Pumas, regresarán con más gente. El lugar elegido no fue casual, ya que allí se encuentran los internos que forman el equipo Espartanos, un programa para alentar la reinserción de los reos en la sociedad con la excusa del rugby.
En la cancha, es verdad, te comen el hígado, pero afuera muestran su corazón.
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