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Entrenador del fútbol argentino, profesión de riesgo. Gustavo Costas dio la nota el viernes en la derrota de Racing contra Tigre, y Guillermo Barros Schelotto también mostró su peor versión en lo que terminó siendo triunfo de Vélez sobre Independiente en Liniers. Qué les pasa a los técnicos y qué los lleva a reaccionar de semejante manera, ante las cámaras de TV y con mil micrófonos rodeándolos.
El Mellizo ex Boca explotó en el cierre de la polémica y caliente victoria de su Vélez ante el Rojo, que quedó último del torneo. Fue la noche de los tres penales, el discutido papel del árbitro Leandro Rey Hilfer y las interpretaciones del VAR, pero también del blooper de Kevin Lomónaco, que abrió el partido con su resbalón del primer tiempo. Y a cinco del final apareció Guillermo.
El técnico quedó en el centro de la escena cuando a cinco minutos del final intentaba hacer un cambio desde el banco de suplentes, justo después del 2-1 marcado por Braian Romero. El exfutbolista surgido en Gimnasia pareció reclamar que se habían confundido con los futbolistas que quería reemplazar pero el cuarto árbitro, Lucas Comesaña, entendió que el cuerpo técnico del Fortín estaba tratando de hacer tiempo. Primero echaron a Federico el Pocho Insúa, ayudante de los Schelotto.
El instante se volvió tenso y confuso, con las pulsaciones a mil desde un lado y la frialdad arbitral del otro, pero también con Julio Vaccari y la gente de Independiente siguiendo la secuencia de cerca, tratando de apurar la escena para que el partido siga jugándose.
«¿Cömo me decís eso a mí? ¡Me muero, me muero! ¡Me muero si me decís que hago trampa! ¡Yo no hago trampa!», gritaba Guillermo en la cara de Comesaña pero también la de Rey Hilfer, que se acercó para expulsarlo también a él.
La reacción de Barros Schelotto ante la tarjeta roja fue inmediata: dejó de enfocarse en Comesaña para insultar a una persona que parecía estar vinculada a Independiente. «¡La rec… de tu madre, la rec… de tu madre, hijo de mil pu…!», explotó el Mellizo, dando una imagen lamentable, frente a toda la platea de Vélez, donde hay chicos y familia, pero también frente a las cámaras de TV.
Sacado, Guillermo inició su camino a los vestuarios pero pareció bajar un cambio cuando quedó cara a cara con Vaccari. «No me toques», le señaló el entrenador del Rojo, esquivando lo que pareció un intento de saludo de parte de Barros Schelotto.
El DT de Vélez se retiró entre insultos y revoleándole una piña de impotencia a un cartel que se cruzó en su trayecto a la parte baja de las tribunas del Amalfitani. Otro estallido, como el de Costas, pero en este caso para un entrenador que ganaba el partido y que había sido favorecido por un fallo arbitral del VAR. Cosas del fútbol argentino.
