El violento enfrentamiento entre hinchas de Independiente y la Universidad de Chile en el partido de la Copa de Sudamericana en Avellaneda, del miércoles a la noche, devino en el amanecer del jueves en un roce diplomático inicial entre la administración de Gabriel Boric y el Gobierno de Javier Milei.
Pero terminó durante el día convertido en un nuevo choque entre la Casa Rosada y el gobierno de Axel Kicillof en medio de la campaña las elecciones de septiembre en la provincia de Buenos Aires, y de las nacionales de octubre próximo. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, candidata ahora por la LLA a senadora nacional, responsabilizó a la provincia por la falta de policías y por las graves fallas de organización. Le contestó su contraparte bonaerense, Javier Alonso.
Temprano, cuando se internacionalizaron las primeras imágenes de la barbarie en el estadio Libertadores de América entre los hinchas de Independiente y los Universidad de Chile, Boric dispuso una batería de acciones diplomáticas con su canciller, Gloria de la Fuente, con su embajador en Buenos Aires, Antonio Viera Gallo, y el consulado chileno en esta capital para atender a los detenidos y detenidos. Después, dispuso que su ministro de Interior, Álvaro Elizalde, viajara en persona a esta capital para que lo recibiera Bullrich.
“Nada justifica un linchamiento. Nada”, sentenció el presidente chileno en sus redes sociales, luego de señalar que lo sucedido en Avellaneda entre las hinchadas de Independiente y Universidad de Chile estaba mal “en demasiados sentidos, desde la violencia en las barras hasta la evidente irresponsabilidad en la organización.” También, en tono doméstico, habló de «garantizar la seguridad de los compatriotas”.
El presidente de Chile, un país culturalmente muy nacionalista gobierne quien gobierne, no podía ser indiferente a la situación. Y menos en medio de su propia campaña electoral para las presidenciales de noviembre, donde la derecha vecina con su candidato favorito, Antonio Kast, se alista para arrebatarle el poder a la izquierda, que lleva como candidata a Jeannette Jara.
Los titulares este jueves en Chile se enfocaron en dos temas. El primero, en la renuncia de su ahora ex ministro de Hacienda, Mario Maciel, un liberal que era el principal activo del saliente gobierno trasandino, y que será reemplazado por un amigo de Boric, Nicolás Grau Veloso. El empresariado no recibió bien la noticia,
Como segundo tema, aparecían las tremendas imágenes de los hinchas de Universidad de Chile -que iniciaron la barbarie en la cancha agrediendo desde la tribuna a la gente de Independiente- apaleados, ensangrentados, desnudados y humillados por los argentinos.
El embajador de Boric en Argentina, Antonio Viera Gallo se movió pidiendo por los heridos y detenidos. En Chile publicaron una lista de 101 presos de ese país, 90 hombres, más cinco mujeres y seis menos de edad. “Probablemente, (los detenidos) podrán salir mañana (por el viernes, dijeron). Tienen que ver si alguno estuvo involucrado en los hechos delictuales… El problema es que las condiciones de esa comisaría no son buenas… Pero, no es que estén siendo maltratados, ni mucho menos. Están con los procedimientos normales del caso”, señaló el embajador aunque este jueves en el carro policial, los chilenos se quejaban de supuestos maltratos, no comprobados.
Pero para entonces, la pelea política local ya había estallado entre el gobierno libertario y el kicillofismo. Un clásico, acentuado por la campaña.
Bullrich, llamó “inútil” a Kicillof, como lo hace el presidente de la Nación, lo asoció al Chiqui Tapia, y dijo que “lo de ayer en Independiente fue una tragedia.” Culpó al Gobierno de la Provincia de Buenos Aires por dejar que la violencia “se adueñe de la cancha porque les da miedo hacer intervenir a la Policía bonaerense para recuperar el orden.” Los acusó de olvidarse de las las familias y a los “hinchas de bien.”
Y por la tarde, la ministra se mostró amigable para con el enviado de Boric, el ministro Elizalde, con el que acordó «afilar» a nivel bilateral un acuerdo de seguridad en el Mercosur para que empiecen a intercambiar información de inteligencia sobre los violentos en el fútbol antes de los partidos.
Poco después, le contestó su par en provincia. Javier Alonso. “Bullrich siempre miente. Nuevamente, en modo campaña, la ministra y candidata miente. Conmebol y FIFA determinan desde hace años los partidos con hinchadas visitantes. Desconoce la aplicación de cualquier tipo de reglamento“, aseguró el ministro bonaerense por X.
Alonso explicó también que la discusión sobre el regreso de las hinchadas visitantes corresponde únicamente a los torneos locales, y «no a las competencias internacionales como la Copa Sudamericana.»
Pero por la tarde, Bullrich volvió a la carga. «Nosotros creemos que había que actuar, que las fuerzas de seguridad, el número de 800 miembros, había que actuar antes, cuando se tiró la primera piedra para evitar lo que sucedió después», sostuvo la funcionaria en conferencia de prensa junto a su par del Interior de Chile, José Antonio Viera-Gallo.