
A partir de noviembre, los senadores de la Nación recibirán un salario bruto superior a los $10,2 millones, como resultado del sistema de actualización automática que ata sus dietas a los aumentos salariales del personal legislativo. Esta fórmula fue aprobada por los propios legisladores en abril de 2024 y ya generó varias polémicas desde su implementación.
El mecanismo se basa en un esquema de módulos salariales: cada dieta senatorial equivale a 4000 módulos, desglosados en 2500 módulos base, 1000 por gastos de representación y 500 por desarraigo. A esto se suma una dieta adicional anual, en concepto de aguinaldo.
El último acuerdo paritario entre el Congreso y los sindicatos del sector legislativo fijó un aumento del 1,3% mensual para junio, julio y agosto, y 1,2% para septiembre, octubre y noviembre, con bonos mensuales de $25.000 y $20.000 respectivamente. Estos incrementos elevaron el valor del módulo a $2554, lo que lleva la dieta bruta de los senadores a $10.216.000.
Este monto se percibirá en noviembre, aunque se estima que, tras los descuentos correspondientes (como el Impuesto a las Ganancias), el salario neto rondará una cifra menor.
Durante 2024, el Senado había aprobado congelar sus haberes hasta el 31 de diciembre, medida que luego fue extendida por la vicepresidenta Victoria Villarruel —presidenta del cuerpo— hasta marzo de 2025. No obstante, en junio de este año, Villarruel firmó una resolución que habilitó a cada senador a decidir individualmente si aceptaba o no el aumento, lo que generó diferencias internas en algunos bloques, informó el portal TN.