Hay interrogantes para los que todavía no aparecieron respuestas. Independiente navega en un mar de incertidumbre. En Avellaneda se encuentran a la expectativa del fallo de la Conmebol luego de la barbarie que desencadenó a la cancelación del partido frente a Universidad de Chile. También aguardan precisiones en cuanto a la reprogramación del partido de la sexta fecha ante Platense, que fue postergado. La dirigencia quiere que el encuentro se dispute en el estadio Libertadores de América – Ricardo Bochini, con presencia de público. Y se analiza jugarlo el fin de semana del domingo 7, cuando habrá fecha FIFA.
El presidente del club, Néstor Grindetti, el vice, Carlos Montaña, el secretario general, Daniel Seoane, y el abogado de la institución, Maximiliano Walker, viajaron el jueves a Luque, en Paraguay, para presentar un descargo ante la casa matriz que rige el fútbol sudamericano. Esta semana volverán a viajar ya que hay tiempo hasta el miércoles para presentar más pruebas documentales, fílmicas e incluso testificaciones. Quieren reunirse con Alejandro Domínguez, quien no se encontraba en Asunción la semana pasada.
En el Rojo ya tienen definida, a trazo grueso, la estrategia que van a adoptar: argumentarán que, como la suspensión se originó por disturbios iniciados por la parcialidad visitante, corresponde sanciones disciplinarias, pero no deportivas. Desde Independiente asumen que corresponden penalizaciones como disputar los próximos partidos correspondientes a competencias internacionales sin público o incluso en otros estadios, pero tratarán de salvar el aspecto deportivo.
En la Conmebol prevalece una tendencia que parece ser inexorable. Las escenas de violencia fueron dantescas y tanto la intervención del presidente de Chile, Gabriel Boric, como de la máxima autoridad de la FIFA, Gianni Infantino, y de importantes personalidades del gobierno argentino le confirieron al tema un status de cuestión de estado. Soplan vientos que auguran medidas ejemplificadoras para sentar un precedente que aleccione y resulte preventivo de cara al futuro. En ese contexto, todo indica que los castigos tendrán implicancias directas y fuertes en lo futbolístico.
Ambos equipos resultarían descalificados de la Sudamericana. “El local es más responsable”, le comentaron a Olé desde Conmebol. También se evalúa que el Rojo no pueda disputar competencias internacionales durante 2026 y que, cuando vuelva a jugar copas, deba afrontar ocho encuentros de local a puertas cerradas.
El próximo partido de Independiente será el viernes, ante Instituto en Córdoba, por el Clausura. Por ahora, todo está en veremos.
Comenzaron a reparar el estadio
Luego de haber preservado la escena durante las primeras 48 horas por disposición de la UFI N°4 de Avellaneda para realizar pericias, en Independiente comenzaron a poner manos a la obra para limpiar y reparar la tribuna Pavoni alta, sus accesos e instalaciones, en el estadio Libertadores de América – Ricardo Bochini.
La tribuna Pavoni alta. (Foto: Prensa Independiente)
En primer lugar se limpiaron los escombros. Luego comenzaron a arreglar los baños, ya que los inodoros y griferías fueron arrancados por la barra de Universidad de Chile. También se cambiarán los portones, que fueron derribados y será necesario reemplazar butacas y sus estructuras metálicas.
Los pasillos debajo de las gradas de la tribuna Pavoni alta. (Foto: Prensa Independiente)
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