Gemma se había recibido de chef internacional. Con 22 flamantes años cumplidos el 21 de julio, se subió tres días más tarde a un micro de Andesmar, junto con su abuelo del corazón, en la terminal de Río Gallegos, Santa Cruz.
Debían recorrer casi 800 kilómetros para llegar a Comodoro Rivadavia, Chubut. A las nueve de la mañana del 25 de julio, ella tenía turno en el consulado de Portugal, para tramitar la visa, ya que planeaba irse a vivir a ese país europeo, poco después que lo hiciera su madre, Beatriz Parra (49), junto con el marido y la beba de dos años.
No llegó a darle un abrazo a «Betty», que estaba ocupada con la nena. «Nos vemos mañana«, fue su despedida. Luego le mandó un audio de WhatsApp y una foto. Sería la última, porque el interno 5378 apenas recorrió unos 30 kilómetros y chocó de frente con un camión, en la ruta nacional 3, cerca de Güer Aike, por causas aún no esclarecidas.
El micro de la empresa Andesmar que chocó con un camión en la ruta 3, en Santa Cruz.
Gemma Candelaria Kaldi fue una de las tres ocupantes que murieron, junto con Raúl Oscar Flores (24) y Exequiel Andrés Dulor (22), otras dos vidas jóvenes cuyos sueños quedaron truncos.
También falleció el camionero Claudio Néstor Moreno (61). Además, hubo 20 heridos, cuatro de ellos de gravedad.
Gemma, la piedra preciosa de la familia
El nombre Gemma era como la piedra preciosa. «La más preciosa para nosotros», le cuenta «Betty» a Clarín desde Río Gallegos, a un mes de la tragedia, todavía sin poder procesar lo que pasó.
De fondo se oye el llanto de Aisha Anastasia y su mamá baja la voz para que no escuche Miguel Kaldi (63), el hombre que la cobijó tras quedar huérfana, quien sufrió graves heridas en el choque y recibió el alta hace pocos días, aunque tuvieron que ponerle prótesis en el húmero y la clavícula.
Gemma, en su último cumpleaños.
«Era una niña grande en un cuerpo de mente infantil, abebotada, inocente», la describe. Gemma había estudiado en Córdoba. Iba a recibir su título este año -o el próximo- en la ceremonia de colación.
Orgullosa, la mamá detalla sus cualidades: «Hablaba cuatro idiomas. No fumaba. No tomaba. No salía. Vivió para darme ese título. Ni novio había tenido. Iba feliz a buscar su futuro«.
Aquella noche, el marido de «Betty» estaba volviendo en micro a Río Gallegos, ya que había ido a presentar su renuncia en la minera donde trabajaba, por la inminente mudanza a Portugal, tres días más tarde.
La última foto que Gemma le envió a su mamá, desde arriba del micro de Andesmar.
La mujer vio en las redes sociales un alerta de seguridad vial sobre un incidente en la ruta, aunque sin prestar demasiada atención, y se lo mandó al esposo. «No, si hubo un accidente del micro de Andesmar«, le aclaró él, pasadas las 23. La respuesta la heló la sangre. Inmediatamente tuvo la certeza de que era el colectivo en el que viajaba su hija.
Empezó a mandarle un mensaje tras otro a Gemma, pero no le llegaban. De la empresa nadie le comentó nada, pese a que en los pasajes figuraba su número de celular porque ella los había comprado.
Cuando logró comunicarse con el Hospital Regional de Río Gallegos, le dijeron que allí estaba Miguel. De la chica, nada. «Acérquese hasta acá«, le pidieron.
El camión que chocó con un micro de la empresa Andesmar en la ruta 3, en Santa Cruz.
Al llegar, le comunicaron la peor noticia de su vida: «Su hija está muerta». Increíblemente, el cuerpo de Gemma estaba todavía dentro del ómnibus. Recién lo sacaron al mediodía siguiente. La excusa fue que se estaban haciendo pericias.
Ahora, «Betty» lamenta y reclama: «Toda su juventud truncada por esta desgracia. Yo solo quiero justicia por ella, una niña joven con futuro, ejemplar. Quiero saber la verdad».
El gemelo que soñaba la recibida con su hermano
Los gemelos Raúl Oscar y Jorge Ignacio Flores (24) también habían cumplido años recientemente. Fue el 10 de julio. Lo festejaron en Río Gallegos con sus papás y sus dos hermanos.
Pasaron las vacaciones de invierno y se subieron al micro -que tenía San Salvador de Jujuy como destino final- rumbo a Comodoro Rivadavia, donde cursaban el 3° año del Profesorado de Educación Física en el Instituto Superior de Formación Docente (ISFD) 810 «Fidel Pérez Moreno».
Oscar Flores (der.), con su hermano gemelo, Ignacio, en su último cumpleaños en Río Gallegos.
Su familia fue a despedirlos a la terminal, con la esperanza de verlos el siguiente fin de semana largo, que era cuando ellos viajaban.
«Cuando nos comunicaron que Oscarcito había fallecido, sentí como si mi corazón se hubiera detenido, que el mundo se detenía. Un dolor inexplicable sentimos.. sólo decir por qué, por qué a él, un chico lleno de vida, de sueños, con miles de proyectos junto a su hermano Nacho», plantea su mamá, Érica González (50), a Clarín.
Oscar compartía asiento con su gemelo, que se salvó. «Él le hizo los primeros auxilios hasta que llegó la ambulancia. Es un guerrero mi hijito también, ayudando a su hermano. Es muy feo lo que vivió ahí», agrega la mujer, cuyo marido trabaja como enfermero en la Compañía de Comunicaciones Mecanizada 11, del Ejército, en Gallegos.
El posteo del instituto donde estudiaba Oscar Flores, víctima del choque en la ruta 3, en Santa Cruz.
La familia -al igual que en el caso de Gemma Kaldi- es representada por la abogada Karen Cader.
«Era una personita excelente. Vivía sin hacerle mal a nadie, lo mismo que su hermano. Solo se dedicaban a estudiar para tener un futuro de lo que les gustaba. Hablaban del día que se recibirían los dos juntos. Con sus otros hermanos, Nicolás y Walter, hicieron la escuela de fútbol Sargento Cabral, donde asistían más de 100 chicos de distintas categorías, cuando vivimos en Córdoba, en 2019, por el trabajo de su papá», añade Érica.
La mujer advierte que «unos irresponsables le arrebataron su vida, no dejaron que termine de cumplir sus sueños, se tiene que hacer justicia«. También agradece a todos los que los apoyaron en el dolor y los siguen acompañando, entre ellos a Luciana, una pasajera que le brindó los primeros auxilios a Oscar junto con «Nacho».
El micro de la empresa Andesmar que chocó con un camión en la ruta 3, en Santa Cruz.
«No te merecías que te arrebaten la vida así. Hasta pronto, hijito querido. Te lo decimos tus hermanos y papás, porque sé que algún día nos volveremos a ver, cuando Dios lo disponga, y así abrazarte fuerte. Te amamos, Oscarcito, siempre estarás en nuestro corazón«, cierra en un mensaje dirigido a su hijo.
El chico que murió en un acto de amor
Exequiel Andrés Dulor tenía 22 años. Según contó su familia en las redes sociales, había cuidado a sus hermanos como si fuera su papá y emprendió ese viaje por un gesto del corazón. «Me hubiese gustado que todos te conocieran, que pudieran ver la bondad y el amor que brindabas«, escribió Natividad Chuchuy.
«Subiste al colectivo para realizar tu acto de amor. Perdón… cuidar a tu papá, que quizás no siempre estuvo… pero en tu corazón no había lugar para el rencor. Vivirás en mi corazón y en el de todos los que tuvimos la bendición de conocerte«, completó.
Exequiel Andrés Dulor (22) murió arriba de un micro de la empresa Andesmar en la ruta 3, en Santa Cruz.
Su primo Francisco Guenchor le dedicó un emotivo poema en Instagram: «En el jardín de la vida, una flor se marchitó, mi primo querido, tu luz se apagó«.
«Recuerdo tu risa, tu mirada sincera. Ahora solo quedan las huellas de tu andar, tu recuerdo, un eterno brillar. El cielo te acoge, en su manto estrellado, donde el tiempo no existe, ni el dolor es pesado. Descansa en paz, mi primo, mi amigo leal, tu recuerdo vive en mí, inmortal. Aunque la pena embargue mi alma, tu memoria me guía, me enseña a amar«, expresó.
Exequiel Andrés Dulor (22) murió arriba de un micro de la empresa Andesmar en la ruta 3, en Santa Cruz.
El camionero que dejó a sus hijas desarmadas
Claudio Néstor Moreno (61) era un camionero experimentado. Vivía en Valentín Alsina, Lanús. Al momento de la tragedia estaba viajando en un Iveco de la empresa Internavegación S.A. hacia Río Grande, Tierra del Fuego. Tres meses antes, había muerto su esposa Marina.
Sus hijas también lo despidieron en las redes. «Fuiste siempre el mejor, mi héroe, el que me empujó estos meses. Te me fuiste nomás, te fuiste en tu ley, en ruta. Te amo y me dejás el alma desarmada. Ahora ya estás con la vieja, los dos, cuídennos papi. Mi negro hermoso, mi vida entera«, posteó María Eugenia, que vive en Comodoro Rivadavia.
Claudio, con su esposa y su hija «Maru».
Milagros, otra de las hijas de «El Negro», señaló: «Descansá en paz papi… fuiste el mejor, nos cuidaste con todo el amor del mundo y nos diste los mejores momentos, risas y viajes. Jamás te voy a olvidar, te voy a extrañar tanto. No quiero creerlo, no quiero aceptarlo. Cuidanos, te voy a amar por el resto de mis días viejito querido, te amo«.
El recuerdo del camionero con su hija «Mili».
La investigación por la tragedia
El expediente está a cargo de la Jueza de Instrucción Nº 2 de Río Gallegos, Yamila Jennifer Borquez.
Según pudo saber Clarín, los exámenes toxicológicos realizados tanto al conductor del camión como al del ómnibus arrojaron resultados negativos para alcoholemia, drogas y psicofármacos.
Las pericias accidentológicas son las que determinarán las causas de una de las peores tragedias viales de la provincia de Santa Cruz y evaluar las posibles responsabilidades. Mientras tanto, hay una certeza: para las familias de las víctimas, nunca habrá consuelo.
EMJ
Sobre la firma
Esteban Mikkelsen Jensen
Editor jefe de la sección Policiales [email protected]
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