Después de haber subido más de 13% en julio, el tipo de cambio se estabilizó este mes a costa de una cada vez más incierta volatilidad de las tasas la economía doméstica. El apretón monetario que encaró el Gobierno como estrategia para llegar a las elecciones sirvió para que el precio del dólar retrocediese menos de un 4% este mes, a costa de una inestabilidad mayor en el costo del dinero, con efectos que ya se hacen visibles en el crédito y la actividad económica.
En el nuevo escenario, el frente de los pesos parece tener más protagonismo que el cambiario, aunque la calma de este último está lejos de estar garantizada. El objetivo del Gobierno de «secar la plaza de pesos» a costa de pagar tasas muy por encima de la inflación puede morigerar la demanda de dólares, aunque el nivel que los instrumentos en pesos registraron en las últimas dos semanas hace evidente que la tensión cambiaria y la incertidumbre financiera se mantienen elevadas.
En la casa de bolsa boutique Criteria analizaron la evolución que las tasas y el tipo de cambio tuvieron en los últimos doce meses y encontraron que, en los momentos de mayor incertidumbre económica, los rendimientos en pesos aumentaron. Este año, las tasas se recalentaron tres veces, aunque el episodio actual es que el que más se extiende en el tiempo con movimientos más exagerados. La primera vez fue inmediatamente después del escándalo de Libra, la segunda vez fue desde abril, cuando el mercado estaba ansioso por conocer los términos y condiciones del acuerdo con el Fondo y la tercera vez se da desde la segunda mitad de julio, cuando comenzó el desarme de las LEFI.
Las LEFI (Letras Fiscales de Liquidez) fueron instrumentos emitidos por el Tesoro Nacional y utilizados como herramienta monetaria para absorber el exceso de pesos en el sistema bancario, en reemplazo de los pases pasivos que había utilizado el BCRA. Cuando los bancos tenían pesos excedentes al cierre del día, se los colocaban automáticamente en LEFI, y al día siguiente el BCRA se los devolvía con interés, lo que funcionaba como una remuneración automática diaria de esos saldos.
El Central buscó correrse de este mercado, que lo ponía como fijador de la tasa de interés de la economía, con el objetivo de alcanzar una tasa «endógena», es decir que estuviera fijada por el libre juego de la oferta y la demanda de esos pesos.
«Ahora los bancos, junto con el Gobierno y el resto de los participantes del mercado están buscando de qué forma, alcanzar un nuevo equilibrio y manejar esta liquidez. Hay anuncios que sorprenden», comentó Gustavo Araujo, head of research de Criteria. «El Gobierno reafirma su postura de no estar dispuesto a entregar tipo de cambio e inflación. Y si la economía tiene que sufrir, está dispuesto a correr ese riesgo», añadió.
La semana pasada se conocieron datos que anticipan posibles efectos de esta política monetaria tan contractiva. Por un lado, el EMAE ya mostró una contracción del 0,7% del nivel de actividad en junio, incluso antes del salto del tipo de cambio y la tormenta de liquidez de julio. Por otro, el Banco Provincia presentó un nuevo indicador, que basado en un complejo algoritmo de Inteligencia Artificial, mide la actividad en territorio bonaerense semana a semana. Pulso BA, como lo llamaron, enciende la primera luz amarilla donde se juega la pulseada electoral más próxima: en el último mes la economía cayó otro 0,4%.
A dos semanas del test electoral en ese territorio, el dato cobra mayor relevancia. «Si bien por el momento el traslado a precios es lento y permite una saludable mejora en el tipo de cambio real de la Argentina, haciéndolo más competitivo, el alza en las tasas de interés tendrá impacto en una economía que ya mostraba claros signos de “fatiga”. Aunque las perspectivas electorales para el oficialismo siguen siendo alentadoras, la debilidad de la actividad y la amenaza de un rebote de la inflación son riesgos a seguir de cerca», anticiparon analistas de Cohen.
Con otro mega vencimiento de la deuda en pesos previsto para esta semana, en la City coinciden en que las elevadas tasas marcarán el ritmo de los días previos a las elecciones bonaerenses. «El gobierno exhibe un compromiso explícito con la sostenibilidad de tasas elevadas como ancla para preservar la estabilidad cambiaria en los niveles actuales -no obstante, al cierre de esta semana, el dólar oficial volvió a avanzar por tercera jornada consecutiva», advirtieron en Invecq. «Mantener rendimientos reales de esta magnitud en el tiempo, plantea desafíos de consistencia macroeconómica y podría derivar en expectativas de mayor riesgo crediticio«, añadieron.
Sobre la firma
Ana Clara Pedotti
Redactora de la sección Economía/Pyme. [email protected]
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