El queso cottage está viviendo un auténtico furor. Su valor nutricional lo ha convertido en un alimento estrella en la dieta de quienes buscan opciones saludables y proteicas. A diferencia de otros quesos, el cottage se destaca por ser una alternativa ligera, saciante y antiinflamatoria, ideal para usar como cena ligera y mantener el equilibrio alimenticio.
Una de sus ventajas es su riqueza en proteínas de alta calidad. Por cada 100 gramos, el queso cottage aporta entre 12 y 14 de proteínas y alrededor de 90 calorías, una combinación que lo hace perfecto para quienes buscan aumentar su masa muscular o reducir la grasa corporal sin perder músculo. Además, su consumo favorece la formación de nuevos tejidos, un proceso que se potencia durante la noche.
La nutricionista Laura Parada, autora del libro ¿Qué nos mueve a comer así?, una excelente opción para las comidas nocturnas. Según dijo, el queso cottage «ayuda a mejorar la digestión al ser fuente de probióticos naturales beneficiosos para la salud digestiva que mejoran el equilibrio de bacterias en el intestino». Esta cualidad lo hace un aliado para la microbiota intestinal, contribuyendo a una mejor absorción de nutrientes.
El queso cottage es rico en proteínas y ayuda a perder grasa.
Un alimento versátil y lleno de beneficios
El alto contenido proteico del queso cottage también influye en la sensación de saciedad. Parada explica que «ayuda a mantener la sensación de saciedad por más tiempo», lo que facilita el control del apetito y lo convierte en una opción ideal para quienes desean consumir menos calorías sin sacrificar nutrientes esenciales.
Pero los beneficios del queso cottage no terminan ahí. Este lácteo es una fuente notable de vitaminas del grupo B, como la riboflavina (B2), la niacina (B3) y la vitamina B12, así como de minerales como el calcio y el fósforo. Estos nutrientes son fundamentales para el correcto funcionamiento del sistema nervioso y para la salud ósea.
Sandra Moñino advierque que el alto contenido proteico del queso cottage también influye en la sensación de saciedad.
Un punto que suele generar confusión es la diferencia entre el queso cottage y el requesón. Aunque a simple vista pueden parecer similares, no lo son. El requesón se elabora a partir del suero lácteo, tiene una textura más compacta y es ligeramente más calórico que el cottage.
Además, el requesón aporta casi la mitad de proteínas que el cottage, lo que justifica la preferencia actual por este último en las dietas proteicas. En opciones descremadas o enteras, ambas son saludables. Aunque los cottage enteros tienen más grasas y nutrientes, y recientes estudios han demostrado que estas grasas pueden ser beneficiosas para la salud cardiovascular si se consumen con moderación.
Distintas formas de incluir el queso cottage en la dieta
- Wraps saludables: se puede crear una masa a base de queso cottage y huevo, que luego se hornea para obtener un «wrap» que se puede rellenar con pollo y vegetales.
- Ensaladas: es un sustituto ideal para la mozzarella en una ensalada caprese, o simplemente un buen complemento para una ensalada verde con espinacas, tomate y huevo.
- Acompañante: combina perfectamente con verduras asadas o a la plancha, aportando una dosis extra de proteína y un sabor cremoso.
- Lácteo-cena: puede servirse como postre o «lácteo-cena» al combinarlo con arándanos y frutos secos para una opción dulce y nutritiva.
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