Armand Duplantis sigue volando: saltó 6,30 metros, destrozó su propio récord mundial por 13° vez y es la superestrella del atletismo

El atletismo ha ingresado en una nueva dimensión y en el Mundial de Tokio sucede una sorpresa detrás de otra. En el maratón femenino hubo una medallista uruguaya (Julia Paternain) y el masculino se definió como si se tratara de una carrera de 100 metros y apenas tres centésimas separaron al campeón Alphonce Simbu de Amanal Petros. Keniatas y etíopes que gobernaron las medias y largas distancias en el último medio siglo ven cómo ese dominio ahora está más repartido. Europeos y hasta un neocelandés que ganó los 3.000 metros con obstáculos se atreven a desafiarlos. Pero hay un territorio donde no se guarda espacio para las sorpresas. Es el salto con garrocha, donde reina la superestrella sueca Armand “Mondo” Duplantis.

El nacido en Estados Unidos hace 25 años, pero que compite para el país de su madre, logró otra hazaña y ha llevado su especialidad a la dimensión desconocida, imaginable hasta hace pocos años. Y en Tokio atravesó la barrera de los 6,30 metros con su fantástico 14° récord del mundo.

“Estoy tan feliz que no encuentro palabras para explicarlo. Siento que la única manera de irme de Japón era batiendo el récord mundial. Esa era mi mentalidad”, dijo con el objetivo cumplido.

Además de brindar su acostumbrado show en base a su velocidad, su destreza y su técnica que roza a la perfección, Duplantis tiene el carisma de los grandes, de los históricos del deporte. A esta altura agotó todos los adjetivos y son sus propios rivales los que lo animan a nuevas hazañas en cada salto.

Al infinito y más allá: Duplantis, cada vez más alto.
EFE/EPA/Zsolt Czegledi HUNGARY OUT

El griego Emmanouil Karalis, subcampeón con 6 metros, el australiano Kurtis Marschall -bronce con 5,95 y el estadounidense Sam Kendricks, cuarto con la misma marca, podrían sentir frustración por compartir la época con este fenómeno. Todo lo contrario: exhiben el orgullo a cada instante.

Duplantis se había asegurado ayer su tercer título mundial, pero todos querían más. Su familia en la tribuna, los fanáticos en las butacas y hasta sus rivales, que lo empujaban. Antes del tercer y último intento, después de haber tirado el listón por roces muy finitos con su cuerpo suspendido, la transmisión oficial mostró al trío rival y Marschall dijo a cámara: “Quédense ahí que ahora Mondo va a saltar”. Y Mondo corrió a 37,82 kilómetros por hora, clavó la garrocha, tuvo una velocidad vertical de 21,15 km/h, volvió a rozar el listón, pero esta vez no se cayó.

Su festejo fue toda una demostración de poder y dominio, sacándose la energía contenida. Los rivales lo levantaron a puro abrazo y Duplantis fue a saludar a sus padres, Greg y Helena, y a besar a su novia, Desire Inglander, con la que comparte su vida desde el verano de 2020 y con la que se casará.

Mondo lleva dos años invicto, tiene más de un centenar de competencias con marcas sobre los 6 metros y su colección de títulos es abrumadora: el Mundial logrado ayer se suma a los de Eugene 2022 y Budapest 2023.

Tres: son los títulos mundiales consecutivos de Duplantis.
Foto: EFE

El año pasado fue uno de los astros olímpicos en París al retener su medalla de oro con un récord mundial de 6,25. Ya había logrado su primer oro olímpico en el Estadio Nacional de Tokio, pero con tribunas vacías, en 2021, cuando pasó la varilla a 6,02. A esta serie se le pueden sumar sus títulos mundiales bajo techo (Belgrado 2022, Glasgow 2024 y Nanjing 2025), sus títulos europeos (Berlín 2018, Munich 2022 y Roma 2024) y hasta el Mundial Juvenil en Tampere 2018.

El salto con garrocha supo tener aquel ciclo histórico marcado por el ucraniano Sergey Bubka, cuya plasticidad y fortaleza habían surgido de su paso por la gimnasia. Sumó 35 récords mundiales en una época en la que se llevaban por separado las marcas al aire libre y bajo techo. El ciclo de Bubka arrancó con el récord de 5,84 metros y terminó una década después (1994) al dejarlo en 6,14. Resultó imbatible en los Mundiales –ganó seis consecutivos- pero sufrió algunas frustraciones olímpicas: el boicot soviético le impidió competir en Los Angeles 1984, fue oro en Seúl 1988 y en Barcelona 1992 se quedó “en blanco” en la fase clasificatoria.

Recién en febrero de 2014 lo superó con 6,16 el francés Renaud Lavillenie, quien a los 38 años sigue vigente, anima a Duplantis en cada evento y ayer hasta se dio el gusto de ser octavo con 5,75. Porque el reinado mundial de Mondo comenzó el 8 de febrero de 2020 con el primero de sus 14 récords.

“No sé qué me depara el futuro. No me importa. Simplemente disfrutaré esto. Me sentí muy bien y sabía que tenía el récord dentro de mí. Si tengo la pista adecuada, sé que todo es posible y me alegro de que todo haya salido bien”, comentó. Y cerró: “Tan pronto como despego, desde la transición del suelo al aire sé si el salto será válido o si realmente no va a funcionar. Todo se trata de la velocidad. Mientras tenga eso bien, sé que funcionará”.

Todo funcionó una vez más para Armand Duplantis, la megaestrella del atletismo mundial.