El Gobierno volvió este martes a remover el avispero de la medicina prepaga al anunciar que a partir de una nueva norma -aún no publicada y cuyos alcances concretos se desconocen- el dinero de los aportes que derivan los afiliados desregulados volvería a ser de los afiliados. Esto es porque hay un universo de empleados cuyo salario es lo suficientemente alto como para que esa contribución supere el costo del plan de salud.
El artículo del anexo de una norma dictada en el epílogo del gobierno de Alberto Fernández había establecido que ese dinero, en caso de haber excedente, debía quedar en poder del agente de salud. Eso era justificado en función del “sistema solidario” en el que se enmarca por ley el actual mecanismo de la seguridad social, en el que el dinero de los que más aportan debería servir para financiar el “rojo” de los menos pudientes.
El Gobierno aseguró que la nueva medida beneficiará a 1,8 millón de afiliados. Ese sería el número de personas que, según datos oficiales, en los últimos años habrían estado aportando por encima de lo que su prepaga cuesta sin haber recibido un beneficio a cambio.
En base a consultas que hizo Clarín en diferentes empresas, la cifra de potenciales beneficiados por la iniciativa del Gobierno no está demasiado clara. En una de las prepagas más grandes del país aseguraron que el universo de afiliados con excedente de aportes llega apenas a las 40 mil personas.
Hay otro elemento a tener en cuenta y es que, si bien hoy el tema es manejado por las prepagas de manera discrecional, hay varias que han decidido reconocer estos excedentes -que juegan a favor del afiliado- por un plazo estipulado que suele ser de un año. Quiere decir que si en determinada instancia una persona quiere mejorar su plan, ese dinero acumulado podría destinarse a ese fin.
El costo de la salud y el impacto en el bolsillo vuelve al foco oficial. Foto: Shutterstock
¿Habrá otra manera de que el dinero que pase a pertenecer a los afiliados pueda tener un impacto positivo en el bolsillo? La incógnita terminará de develarse cuando se conozcan los detalles de lo que por el momento ha sido un anuncio en conferencia de prensa. Al cierre de esta nota, las fuentes empresariales consultadas se mostraban sin brújula ante la consulta de cómo la medida podría llevarse a la práctica.
Fuentes del Gobierno buscaron aclarar el punto: «El excedente es el que va a volver a la persona, queda como saldo a favor, a diferencia de lo que ocurre desde 2023 que se lo queda la empresa». En cuanto a cómo se implementaría el beneficio, casi la única opción, en principio, sería acceder a un plan de salud más caro. Otra, que la «cuenta corriente» del afiliado le juegue a favor para el acceso a determinados insumos que el PMO no cubre.
“Un ejemplo claro se da cada vez que se cobra el aguinaldo. Ahí pasa que el aportante por un mes puede exceder con su aporte el costo de su cobertura, por lo que le queda dinero a favor para pagar la cuota los meses siguientes”, explicó a Clarín un actor importante de sistema. ¿Pero qué pasa cuando el afiliado supera con su aporte todos los meses, de manera sistemática, el costo de su plan de salud? Ahí la respuesta se vuelve más compleja.
Hoy, lo natural ante ese escenario sería, por parte de las empresas, ofrecer la posibilidad a esos afiliados de que pasen a un mejor plan. Pero esa solución no siempre tiene aceptación, dado que el excedente puede ser eventual y que la persona no quiera atarse a futuro a una cuota que luego, tal vez, no pueda solventar. Otro cambio que vendría atado a la norma es que el saldo positivo acumulado, que hoy se blanquea una vez por año, deje de tener vencimiento.
El antecedente del fin de la triangulación
El nuevo anuncio del Gobierno tiene un aire al antecedente del final de la triangulación de aportes, medida por la que las obras sociales sindicales que cumplían con esa función quedaron fuera del circuito, para que el flujo de dinero se dirigiera de forma directa a las prepagas.
Según el Gobierno, hay 1,8 millón de afiliados con excedentes de aportes. Foto: Shutterstock
¿Cuánto impactó finalmente en el bolsillo de los afiliados el fin de la triangulación? En marzo pasado, el primer mes en que aquel sistema se extinguió, el Gobierno pidió un gesto a las prepagas para que no aumentaran sus cuotas ese mes, con el objetivo de que se apreciara la existencia de un beneficio real para los usuarios.
Sin embargo, durante los meses siguientes la diferencia producto de esa modificación no apareció tan clara. En algunos periodos hubo prepagas que dispusieron aumentos diferenciales en función de si los afiliados eran directos o desregulados, pero la discriminación luego pareció caer en el olvido.
Por eso, otra pata importante del anuncio de este martes buscaría equilibrar esa balanza, a partir de los subsidios que manejan las prepagas y que conforman el Fondo Solidario de Redistribución (destinado a medicamentos de alto costo y discapacidad). El Gobierno, según se desprende de lo poco que se explicó, ordenaría incluir dicho subsidio como parte del aporte de los afiliados.
El argumento oficial sería que cuando existía la triangulación esos subsidios quedaban en poder de las obras sociales sindicales, mientras que hoy ese dinero llega sin escalas a las prepagas. Pero la lógica no sería tan lineal, ya que según el convenio que tuviera cada empresa con su correspondiente obra social la relación de fuerzas administrativas sobre los subsidios podía variar.
En este caso, entonces, sí surgiría un margen de descuento para aquellos cuyo aporte actual no llega a cubrir la cuota entera, al acreditarse una suma extra a partir del subsidio. Analistas del mercado advirtieron que dicha cantidad por cápita sería poco relevante. No así para las empresas, para las cuales el monto de todas esas cápitas arrojaría un saldo no despreciable a la hora del balance.
A las dudas pendientes se agrega dilucidar si las prepagas buscarán compensar las nuevas condiciones en futuros aumentos de las cuotas. Como la medida oficial trascendió una vez que las subas de octubre ya habían sido definidas, habrá que ver si el Gobierno -con su marca personal sobre los precios mes a mes, ahora potenciada por el contexto electoral- se muestra dispuesto a tolerar que algún que otro protagonista retire los pies del plato.
PS
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Pablo Sigal
Editor jefe de la sección Sociedad [email protected]
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